Un ataque contra tres edificios de viviendas en Járkov causa dos muertos y treinta heridos

El ministro del Interior ucraniano, Ígor Klimenko, aseguró que la mujer hallada sin vida bajo los escombros de uno de los edificios alcanzado por el cohete «es la abuela del niño de 10 años muerto y de otro de 11 meses herido». «Dos construcciones de viviendas resultaron dañadas, y otra también residencial de tres plantas destruida», añadió. El jefe de la Administración militar regional, Oleg Sinegúbov, aclaró que ese bebé es hermano del menor muerto en la explosión.

La cifra de los treinta heridos la facilitaron Sinegúbov y el alcalde de la ciudad, Ígor Térejov, mientras continuaban las labores de desescombro. Al igual que el jueves en Groza, el misil empleado, según el fiscal, Oleksandr Filchakov, ha sido un Iskander. No se descarta que puedan ser halladas más víctimas bajo los cascotes. Rusia no ha hecho ningún comentario en relación con este ataque.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha publicado a través de su canal de Telegram imágenes de las consecuencias de la incursión matutina contra Járkov y escribió: «¡Mi más sentido pésame a la familia y amigos del niño de 10 años muerto, era solamente un niño! Más de 20 personas resultaron heridas. Todos los heridos reciben la asistencia necesaria. La operación de rescate continúa. Agradezco a todos los que ayudan a nuestro pueblo».

Por otro lado, una furgoneta del equipo de filmación del canal de televisión portugués RTP fue alcanzado por los bombardeos en Járkov. Según el jefe del Sindicato Nacional de Periodistas de Ucrania, Sergui Tomilenko, los profesionales no resultaron heridos, pero uno de ellos sufrió magulladuras. «Me golpeó el marco de la ventana, pero estoy a salvo. Todos estamos a salvo, pero pensamos que era el final», declaró el productor ucraniano del equipo, Andrei Kovalenko, que es además director ejecutivo de la Academia de Prensa Ucraniana.

Los reporteros de RTP se dirigían a Groza, en donde un nuevo balance eleva a 52 el número de muertos como consecuencia del ataque del jueves contra la cafetería de un comercio en donde se celebraba un ágape funerario, ha puntualizado Sinegúbov. El edificio, de acuerdo con las fotos y vídeos difundidos en las redes sociales, quedó completamente destruido. Sin embargo, en relación con este bombardeo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que «las fuerzas rusas no atacan objetivos civiles».

Se ha sabido este viernes, según la agencia ucraniana UNIAN, que el funeral celebrado en Groza en el momento del impacto del cohete se llamaba Andri Kozier, un militar ucraniano caído en el frente. Su hijo Denís organizó el sepelio. Antes del inicio de la guerra, ambos estaban en Polonia, pero en los primeros días de la invasión llegaron a Leópolis y acudieron a la oficina de registro y alistamiento militar. Los dos combatieron en Popasna, en la región de Lugansk, en diferentes grupos. Allí el padre resultó mortalmente herido y fue enterrado en una fosa común. Denís continuó luchando y hace unos días decidió trasladar el cuerpo de su progenitor para enterrarlo en Groza. En la ceremonia fúnebre había sesenta personas presentes de las que perecieron 52, entre ellas el propio Denís, su esposa, su abuela y su suegra.

Por otro lado, la Fiscalía General de Ucrania ha publicado fotografías que muestran las consecuencias del ataque con drones de la noche del jueves contra infraestructuras portuarias y fronterizas en la región de Odessa. «Los graneros, los edificios administrativos y los vehículos de carga resultaron dañados: nueve camiones se quemaron», señaló el departamento en un comunicado. El servicio fronterizo también anunció la suspensión del puesto de control del ferry de Orlovka, que cruza el Danubio hacia Rumania, entre los puertos ucranianos de Izmail y Reni.