AfD denuncia a los servicios de inteligencia alemanes al sentirse perseguida

La BfV, responsable de los servicios secretos interiores y la lucha contra el extremismo que pueda amenazar la ley fundamental del país, tiene a AfD en el punto de mira desde 2018 y suma y recaba desde entonces pruebas y argumentos que, llegado el caso, podrían conducir a que ese partido sea prohibido por perseguir objetivos anticonstitucionales.

En el transcurso de estos seis últimos años, la oficina con sede en Colonia ha observado minuciosamente sus actividades y catalogado oficialmente ya en 2021 a la polémica formación como «sospechosa» de extremismo de derechas en su totalidad, mientras que la Joven Alternativa, las juventudes de AfD, se encuentran en un peldaño superior en la escala de valoración de los servicios de inteligencia interiores, al ser «confirmada» como extremista de derechas.

Esas dos clasificaciones permiten a la BfV hacer uso de todo su arsenal de recursos del mundo del espionaje para controlar las actividades de Alternativa para Alemania. Desde intervenir sus comunicaciones a infiltrar agentes en sus filas. De ahí que AfD busque la vía judicial para impedir que esto suceda y que su imagen resulte dañada ante las próximas citas electorales.

El tribunal de Münster debe decidir ahora, ante la demanda de Alternativa para Alemania, si la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, puede «confirmar» que el partido es extremista de derechas. Algo que ya hizo la instancia anterior, el Tribunal Administrativo de Colonia en 2022. La propia BfV se encuentra a la espera de la sentencia en el proceso actual, que podría producirse esta misma semana, para probablemente anunciar de manera pública esa confirmación.

La vista oral de este martes no presagia, sin embargo, nada bueno para los populistas de ultraderecha. El tribunal rechazó nada más comenzar varios recursos de los abogados de AfD para revocar individualmente a varios jueces y a la totalidad de la cámara por presunta parcialidad, así como para solicitar un aplazamiento de la vista por falta de tiempo para estudiar toda la documentación.

La fuerte presencia de medios y público obligó por falta de espacio a celebrar el proceso en el pabellón interior del Tribunal Superior Administrativo de Münster. La base para que los servicios de inteligencia interiores alemanes calificaran a AfD de «sospechosa» de extremismo de derechas fue un informe de un millar de páginas que llega a la conclusión de que el ala más radical del partido, la que lidera el ideólogo y presidente de esa formación en el estado federado de Turingia, el neonazi Björn Höcke, tiene «una apreciable influencia estructural» en todo el partido. Ese informe y argumentación hizo que el Tribunal Administrativo de Colonia diera luz verde hace un año a la BfV para que utilice todos sus recursos para observar a los ultranacionalistas. «Existen suficientes indicios fácticos de esfuerzos anticonstitucionales dentro del partido», subrayaron entonces los jueces.

El presidente del organismo que dirige los servicios de inteligencia interiores, Thomas Haldenwang, ha reiterado en los últimos meses que, desde que comenzara la observación de Alternativa para Alemania, el partido no ha hecho sino radicalizarse aún más. Hay «fuertes tendencias anticonstitucionales dentro de la AfD, cuya influencia sigue creciendo», dijo sobre un congreso de esa formación celebrado en Magdeburgo en verano. Unas tendencias que la formación ultraderechista con frecuencia ni tan siquiera trata de ocultar.

Tan solo el grupo parlamentario de Alternativa para Alemania en el Bundestag, donde cuenta con 83 diputados, tiene contratados más de un centenar de colaboradores activos en organizaciones que son catalogadas como neonazis o ultraderechistas por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, según revela este martes la cadena pública de radio y televisión bávara Bayerischer Rundfunk . Entre ellos figuran conocidos neonazis, ideólogos de la nueva derecha radical y activistas del llamado Movimiento Identitario, así como organizadores de manifestaciones antisistema, racistas como los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) o miembros de grupos extremistas de derechas seguidores del preparacionismo, que almacenan armas y víveres y construyen refugios y búnkeres para sobrevivir a un apocalipsis.

En todo caso, el momento en el que se celebra el proceso en Münster es sumamente crítico para el partido ultra alemán. Además de las elecciones al Parlamento Europeo en junio, en septiembre y octubre se celebran comicios legislativos en los estados federados de Brandeburgo, Sajonia y Turingia, regiones germano orientales donde AfD muestra más abiertamente su radicalismo, pero en las que los sondeos le conceden en todos los casos más de un 30% de votos.

El vicepresidente de Alternativa para Alemania, Peter Boehringer, anunció ya antes del comienzo de la vista que en el caso de perder también el proceso ante el Tribunal Superior Administrativo de Münster recurrirán la sentencia ante una instancia superior, el Tribunal Federal Administrativo en Leipzig, una de las cinco cámaras más relevantes de Alemania. Sin embargo, este solo verificaría si los jueces de Münster hubiesen cometido algún error procesal y las cuestiones de contenido no jugarían papel alguno en su veredicto. De no encontrar errores, se vería confirmada la sentencia de la segunda instancia.

El comienzo del juicio en la ciudad al norte del estado federado de Renania del Norte-Westfalia se vio acompañado por protestas de manifestantes contra la formación populista. Un amplio despliegue policial, que acordonó la zona en torno al tribunal, se encargó de velar por la seguridad de los asistentes, entre ellos el tesorero de AfD, Carsten Hütter.