El viaje de Zelenski a EE UU no da frutos y regresa a Kiev con las manos vacías

Con él a su lado, Biden presentó en conferencia de prensa los argumentos para seguir alimentando una guerra que ve como la única oportunidad de parar las aspiraciones imperialistas de Putin antes de que invada a otro país de Europa. «Estamos luchando por nuestra libertad y la vuestra», le corroboró Zelenski.

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Biden sabe que a EEUU no le gustan los perdedores. Por eso recordó que Ucrania ha recuperado ya más de la mitad del territorio del que se apropió Rusia tras la invasión de febrero del año pasado. Coincidentemente, la inteligencia estadounidense ha filtrado un informe desclasificado en el que evalúa las bajas sufridas por Rusia en más de 13.000 hombres y 200 vehículos de combate, o un 87% de sus fuerzas terrestres. El informe concluye que el coste de la invasión de Ucrania ha hecho retroceder «décadas» la modernización del Ejército ruso, un panorama muy atractivo para los legisladores estadounidenses, que aprueban ayudas para reponer con armas más modernas los arsenales estadounidenses, de donde salen las que manda a Ucrania.

Es una oportunidad para mermar a Rusia en suelo extranjero mientras Ucrania pone las vidas humanas. El presidente estadounidense asegura que ambos partidos apoyan firmemente a Ucrania y cree que al final la partida se aprobará. Tan solo utilizan la urgente necesidad del momento para arrancarle compromisos en políticas migratorias, que está dispuesto a negociar, reiteró ayer. «Necesitamos que Ucrania haga cambios», les concedió, como nosotros necesitamos hacer cambios en casa para arreglar un sistema migratorio disfuncional. Mi equipo está negociando con senadores demócratas y republicanos, así es como funciona la democracia».

Zelenski prometió que los ucranianos «lucharán hasta el último hombre», pero sin la ayuda militar estadounidense esa lucha tendrá que evolucionar a una guerra de guerrillas «mucho más brutal», contaron fuentes del Washington Post en el Congreso. Así se lo habría transmitido a los líderes del Senado Mitch McConnell y Chuck Schumer, que lo recibieron cordialmente sin ninguna esperanza de que pueda cambiar el curso de la política interna que tiene estancada la ayuda contra Ucrania.

Para McConnell, líder de la oposición republicana en el Senado, esta es la última oportunidad antes de las primarias de demostrar al electorado que el Congreso está haciendo todo lo que puede para forzar cambios migratorios en la frontera de EEUU con México, so pena de recibir un voto de castigo a través de la candidatura de Trump, que se antoja inevitable. En la Cámara Baja, su correligionario, Mike Johnson, se debe a los radicales del partido conservador, que han hecho posible su elección como portavoz del Congreso y le han convertido en tercero en línea de sucesión a la presidencia. Pese a expresarle su apoyo cortés, Johnson se mantuvo firme. Nadie espera que Biden pueda regalarle esa ayuda a Ucrania esta Navidad, pero el presidente no pierde la fe de que al final lo conseguirá