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Donald Trump se las ingenió ayer para darle la vuelta a la infame imagen de haber sido fichado en una cárcel de Atlanta (Georgia). Desde el aire, en el avión privado en el que regresaba a su campo de golf en Bedminster (New Jersey), después ... de haber salido bajo fianza, colgó en Twitter la foto que celebraban sus detractores, reunidos en fiestas privadas y auditorios alquilados para la ocasión.
Era la primera vez en más de dos años y medio que activaba la cuenta de esa red social, rebautizada como X al comprala Elon Musk, que le levantó el veto. Trump perdió el megáfono para hablar a sus seguidores tras la insurrección del 6 de enero por utilizarla para incitar a la violencia. El ex presidente ha preferido seguir usando su propia plataforma de Truth Social para forzar a los medios que quisieran hacerse eco de sus comentarios a suscribirse a ella, pero es consciente de que no puede igualar los 86.6 millones de seguidores que tiene en X.
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«No Rendirse Jamás», escribió debajo de la foto que da ya la vuelta al mundo. El magnate y sus asesores vigilaban de cerca la cobertura en las televisiones y las redes sociales desde que subieron al avión. Los principales canales de televisión se negaron a retransmitir las declaraciones que dio sobre la pista culpando a los demócratas de lo que se le acusa a él, intentar interferir en las elecciones. Como en la religión de Trump no se permite ningún signo de debilidad, había ensayado cara de duro y ceño fruncido ante la cámara de la cárcel por la que pasan los delincuentes a fichar. En vista de que no fue suficiente para sacar pecho, decidió activar la opción X con la que hoy roba titulares a su propia ignominia.
Trump ha sido acusado de 13 cargos relacionados con asociación delictiva para alterar el resultado de las elecciones, además de solicitar a funcionarios públicos que violen su juramento, conspirar para suplantar la identidad de representantes electos, falsificar documentos y hacer declaraciones falsas. En atención a quien es, la fianza el detenido P01135089 se ha fijado en 200.000 dólares, de los que ha tenido que poner el 10% en efectivo. Se trata de la cantidad más alta que haya tenido que pagar cualquiera de sus compinches, al tener más cargos que ningún otro.
Era la primera vez en su vida que se veía el interior de una cárcel en calidad de detenido, a la sazón una de las peores del país. Frente a él, las paredes desconchadas, el fétido hedor y la misma silla mugrienta en la que se han sentado miles de delincuentes para los que muchas veces ha pedido en sus mítines mano dura.
Nueva York, Miami y Washington, las otras tres jurisdicciones donde ha sido imputado en los últimos cinco meses, le habían ahorrado la humillación, pero el sheriff Pat Labat insistió en que se le trate «como a un delincuente más». Ayer él y todos sus hombres patrullaban los alrededores de la cárcel con chaleco antibalas en prevención de que alguno de los doscientos seguidores que habían acudido a demostrar «su amor por Trump» decidiera vengarle. Preguntado la víspera si temía que el país se dirija a una guerra abierta, el magnate se encogió de hombros: «Hay un nivel de pasión y de odio que no he visto nunca y eso probablemente es una mala combinación», auguró en la entrevista con Tucker Carlson con la que intentó robar atención al primer debate republicano.
Anoche repitió la jugada con una entrevista a Newsmax también desde el avión, donde se quejó de la «terrible experiencia» por la que acababa de pasar en la cárcel del condado de Fulton. «Yo ni sabía lo que era un mug shot (foto policial), no me enseñaron eso en la facultad de Finanzas de Wharton». Eso sí, aseguró que duerme «profundamente», dijo. «No dejo que esto me preocupe». Según el peso y las medidas tomadas en la cárcel, el ex presidente ha perdido 11 kg con respecto a lo que tenía en la Casa Blanca. En los próximos meses deberá combinar la campaña electoral con la preparación de cuatro juicios penales en los que se enfrenta a un total de 91 cargos, sin contar con los que enfrenta por daños civiles. «Es una cosa horrible, una detrás de otra, van a por mí», lamentó. «Qué día más triste para nuestro país. Nos hemos convertido en un país tercermundista, esto no pasaba en EE UU».
La «terrible experiencia» vivida por Donald Trump al tener que presentarse la noche del jueves en la cárcel de Fulton (Georgia) para hacerse la foto policial se ha convertido en una oportunidad de oro para su campaña de cara a las primarias del Partido Republicano. Tan es así que con esa imagen del expresidente estadounidense, y bajo el mismo lema 'Nunca te rindas', la organización Save America Joint Fundraising Committee -que gestiona sus donaciones- ha galvanizado a los seguidores del exjefe de la Casa Blanca y vende desde este viernes online pegatinas para el coche por 12 dólares, tazas por 25 o camisetas por 34. «Si puede, haga una donación para echar al corrupto de Joe Biden de la Casa Blanca y salvar a América durante este capítulo oscuro de la historia de nuestra nación», reza Trump en el mensaje que ha publicado en dicha web. (Por T. Nieva)
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