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Donald Trump ha encumbrado a los Village People cuarenta y seis años después de publicar su clásico 'YMCA'. La insistente utilización de esta canción por parte del presidente electo, y sus vídeos donde la baila con un estilo cuando menos particular, han disparado su número ... de descargas digitales y la llevaron el pasado 17 de noviembre al número 1 de la lista Billboard en un insólito caso de resucitación musical.
'YMCA' fue el primer hit global del grupo neoyorquino, que saltó a la fama como epítome de la música disco de los 70 y los característicos disfraces de sus componentes: Felipe Rose (quien aparecía vestido de indio), Randy Jones (el cowboy), Víctor Willis (policía), Alex Briley (militar), un motero (Glenn Hughes, posteriormente sustituido por James Eric Anzalone) y un trabajador de la construcción (David Hodo). El título del tema hacía referencia a la Young Men's Christian Association, una organización que expandía los valores cristianos entre los jóvenes.
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Las intenciones de la canción siempre han sido confusas. Felipe Rose ha defendido habitualmente la vocación espiritual de 'YMCA', pero su contenido repleto de referencias homosexuales, el hecho de que el grupo se declarase inconfundiblemente gay y que terminara convertido en un himno del colectivo LGTB han sembrado las suficientes dudas como para que la propia YMCA denunciara al grupo. Como suele suceder, la cosa no fue a más tras un suculento acuerdo económico que calmó las agitadas conciencias. Por cierto, tampoco ayudó que el disco donde se incluyó la canción llevara por título 'Cruisin'.
Trump doing the signature YMCA dance while dressed as a sanitation worker is exactly what you need to just feel good.
— Joey Mannarino (@JoeyMannarinoUS) October 31, 2024
Kamala could never. Biden could never. pic.twitter.com/OVT7AKLvVM
Donald Trump tiene su lado privado. Es un gran aficionado a la música. Organiza cenas prácticamente a diario en su club de Mar-a-Lago para grupos selectos de invitados que pagan lo que haga falta por charlar unos minutos con él. Todos los jueves Trump pincha una selección de temas para los comensales. Bueno, en realidad lo hace desde su iPad, que le ha acompañado durante toda la campaña electoral. Ahí se hizo amigo inseparable de Elon Musk, el multimillonario propietario de Space X, la red X y Tesla. A veces acude con su hijo pequeño, al que llama 'Baby X'. El líder republicano le recibe cuando entra en el salón a los sones de 'Space Oddity', de David Bowie.
Trump’s YMCA dance becomes global phenomenon. 🪩🕺🏼
— Oli London (@OliLondonTV) November 19, 2024
pic.twitter.com/mpcr85PPXN
La primera vez que el presidente electo utilizó 'YMCA' fue en 2020, antes de las elecciones en las que intentó revalidar un segundo mandato y perdió ante el demócrata Joe Biden. Trump se percató del efecto revitalizador de la canción en el público. Lo que viene a ser venirse arriba. Los Yankees la ponen en sus partidos.
Los autores de 'In the Navy' han mantenido una relación desigual con el futuro presidente de EE UU. En un principio dieron su autorización para que utilizara su tema como un fijo en sus mítines. Más tarde, consideraron que era contraproducente, aunque el equipo del republicano se resistió a retirarla. Víctor Willis reconoce que no le dieron la importancia debida porque pensaban que el magnate «se cansaría de ponerla». Pero no ha sido así. Hace no mucho, Willis volvió a sopesar pedirle a Trump que dejara de pincharla. Entonces se enteró de su acenso en Billboard y prefirió dejar las cosas tranquilas.
President-elect Donald Trump’s granddaughter Kai re-enacted his now signature YMCA dance moves onboard his private jet. https://t.co/5GgC2z3ceP pic.twitter.com/HyiOXxlM6R
— New York Post (@nypost) November 25, 2024
En realidad, 'YMCA' nunca pasó del número dos en la lista de los cien principales temas de la lista más famosa de éxitos, aunque sí es cierto que llegó a la cúspide en países como Alemania, el Reino Unido y España. Trump le ha dado una segunda vida, quizá mejor. No solo es la música; se trata de contemplar al presidente electo botando y moviendo los brazos con una apabullante rigidez corpórea, como ha quedado patente en sus mítines. El baile ha sido viralizado por decenas de miles de personas, entre ellas deportistas famosos, que imitan sus movimientos para luego colgar los vídeos en las redes, Trump nunca será Bing Crosby, pero posiblemente sea el inquilino de la Casa Blanca que mejor promocione a un grupo de música disco.
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