Un grupo de creyentes reza durante una vigilia por Donald Trump en Milwaukee. AFP

Trump, el 'elegido de Dios'

Los evangélicos se movilizan para sacralizar al expresidente de Estados Unidos, salvado por un 'milagro' que consideran una señal de Jesucristo

Sábado, 20 de julio 2024, 21:18

Donald Trump escapó de una muerte casi segura el pasado 13 de julio cuando fue tiroteado durante un mitin en Pensilvania. El atentado se produjo pasadas las 18.11 hora local, unas coordenadas que algunos han querido relacionar con el mismo pasaje recogido en la ... Epístola a los Efesios (6,11), escrita por el apóstol Pablo, que forma parte del Nuevo Testamento. «Revestíos de las armas de Dios para poder resistir las asechanzas del diablo (…) contra los espíritus del mal (…) revestidos de la Justicia como coraza», se lee en ese párrafo. Dios fue la armadura, el escudo protector del candidato republicano a la Casa Blanca, se concluye. El propio Trump ha abonado esa tesis al asegurar que «fue sólo Dios quien evitó que sucediera lo impensable» o que «un poder superior me ha salvado de una muerte prematura».

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Los más rigoristas se agarran a ese versículo de la Biblia para determinar que fue Dios quien hizo girar a Trump para protegerle y que la bala del tirador sólo le rozase una oreja. En realidad ya lo habían anunciado los 'profetas'. En las redes sociales circula un vídeo del vidente Brandon Bigg, recogido en el canal del pastor evangélico Steve Cioccolanti, en el que Bigg dice: «Vi un atentado contra la vida (de Trump) en el que una bala pasó cerca de su oreja, tan cerca de su cabeza que le rompió el tímpano. Y ví que caía de rodillas durante ese periodo de tiempo». La predicción, muy exacta y precisa, es del pasado mes de marzo.

Para los evangélicos, Trump ha sido seleccionado por Dios para liderar Estados Unidos, pese a que su biografía no sea un dechado de virtudes y no se haya distinguido por una particular inclinación religiosa. No importa que sea un predador sexual que denigra a las mujeres, ni que persiga a los migrantes o desprecie los valores morales. Ni que su cita 'evangélica' preferida sea 'ojo por ojo y diente por diente'. Ha sido ungido para la victoria. Trump está protegido por la mano de Dios y ha sido elegido para luchar contra las fuerzas del mal. El supremacismo cristiano. Joe Biden también ha dicho que sólo el Todopoderoso le retirará de su carrera. La religión vuelve a entrar de lleno en campaña.

Los cristianos evangélicos, que siempre han depositado su fe en Trump, han visto en el episodio del atentado un filón electoral, un imán para movilizar y atraer el voto de ese colectivo, algo que ansiaba el expresidente. En un reciente acto político les reprochó que van a misa cada domingo, pero no votan. Sin embargo, en la elecciones de noviembre de 2020, el líder republicano recibió el apoyo del 80% de los evangélicos (además del 50% de los católicos), sobre todo de los blancos (57%), mientras los latinos respaldaron a Biden (67%). Y no hay que olvidar que el cristianismo evangélico, muy ultraconservador, tiene mucho arraigo social y que sus líderes despliegan una valiosa influencia política.

Trump sostiene una Biblia durante uan visita a una iglesia en Washington. AFP

Los Diez Mandamientos

En cada uno de sus mítines Trump, presbiteriano de salón, aprovecha para prometer que protegerá «ferozmente» la libertad religiosa si es elegido, aunque se muestra cauto en cuestiones como el aborto, del que Biden, reconocido católico, es un abanderado. Su último entusiasmo en ese campo se ha dirigido a la decisión del Estado de Louisiana, que acaba de aprobar una ley para exhibir los Diez Mandamientos en todas las aulas públicas, un desafío a la doctrina del Tribunal Supremo de EE UU sobre la separación entre Iglesia y Estado. Hasta ahora se podían leer en vallas publicitarias junto a la carretera. Texas, Oklahoma o Utah, en el 'cinturón bíblico', quieren imitar esa iniciativa.

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El magnate promete en cada acto electoral que protegerá «ferozmente» la libertad religiosa si regresa a la Casa Blanca

En su día ya surgieron líderes evangélicos fundamentalistas que consideraron a Trump como un «enviado de Dios», recuerda ahora el biblista Rafael Aguirre en su libro 'La utilización política de la Biblia' (editorial Verbo Divino). «Un moderno Ciro, el rey persa ungido por Yahvé, a quien no conocía, pero que fue el emisario de Dios para liberar a su pueblo del cautiverio de Babilonia», escribe el teólogo. «El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel popularizó esta comparación. Trasladar la embajada norteamericana desde Tel Aviv sólo se explica por la influencia política de los grupos evangélicos y su lectura fundamentalista de la Biblia», añade.

En cualquier caso, el traslado de la lectura fundamentalista de la Biblia a la política no es algo nuevo entre los presidentes de Estados Unidos, que siguen bebiendo en los mitos fundacionales del país y son conscientes de su fuerza icónica. George W. Bush, un cristiano renacido, también se consideraba elegido por Dios para dirigir la nación, que la identificaba con el bien y tenía la misión sagrada de luchar contra el 'imperio del mal', otro término acuñado en ese discurso. Una misión fruto del designio de Dios. Con Ronald Reagan hubo una apropiación conservadora de la Biblia, recuerda el profesor Aguirre. Fue el exactor quien popularizó la doctrina del 'imperio del mal' (evil empire), inspirada en el Libro del Apocalipsis, que cada inquilino de la Casa Blanca personaliza en función de sus intereses. Donald Trump pretende recoger ahora esa bandera.

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