La caravana de miles de migrantes se detiene para entregarse a autoridades mexicanas en sur de México EFE

El presidente de la Cámara de Representantes de EE UU visita la frontera con México

Los republicanos intentan aumentar la percepción de una mala gestión migratoria por parte del democrata Joe Biden

Caroline Conejero

Nueva York

Miércoles, 3 de enero 2024, 22:59

Unos sesenta republicanos de la Cámara de Representantes viajó este miércoles a la frontera entre Estados Unidos y México para impulsar lo que califican de medidas enérgicas contra la inmigración, señalizando el comienzo de un competitivo año electoral en el que éste será un tema ... clave. El grupo, que incluye el presidente Mike Johnson, visitará la frontera en Texas con el objetivo de incrementar la percepción de una mala gestión migratoria por parte de la Administración del democrata Joe Biden.

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Los republicanos, que han convertido en rutina estas expediciones a los límites con el país azteca como parte de su estrategia de desgaste de la presidencia de Biden desde el comienzo de su mandato, han acusado al Gobierno de 'minimizar, descuidar y empeorar' la gestión de la inmigración en la frontera sur.

La visita coincide con un cambio de iniciativa del Ejecutivo en un intento de cambiar el relato y responsabilizar a la oposición de su parte en la crisis. «Tenemos que hacer algo, deben aprobar el dinero que necesito para proteger la frontera», señaló el Biden ante la prensa a su regreso de las vacaciones navideñas el martes en la Casa Blanca.

El Partido Republicano en el Congreso mantiene en este momento la aprobación de la ayuda militar a Israel y Ucrania condicionada a la adopción de una regulación más estricta para frenar el elevado número de indocumentados que cruzan al país desde México.

Por su parte, el Gobierno ha estado monitoreando de cerca las negociaciones de un pequeño grupo bipartidista de senadores durante semanas para tratar de encontrar un acuerdo que sea aceptable para ambos partidos. La propuesta de la Casa Blanca incluye partidas de financiación para la contratación de más agentes fronterizos, agentes de asilo y jueces de inmigración, así como tecnología para combatir el flujo de fentanilo.

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En anticipación a las declaraciones del presidente de la Cámara, Mike Johnson, en la frontera el miércoles, la Casa Blanca se adelantó con un comunicado en el que acusó a los republicanos del Congreso de eludir la oportunidad de encontrar soluciones.

Dudas sobre la gestión

El portavoz de la Presidencia de EE UU, Andrew Bates, definió el historial de los republicanos como de 'anti-seguridad fronteriza' y criticó sus intentos de recortar del personal de aduanas, así como su oposición al plan Biden de un incremento récord en la financiación de la seguridad fronteriza.

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Pero con el comienzo de un año electoral crucial y fieramente competitivo, la oposición espera hacer de la inmigración la punta de lanza de sus críticas. La percepción pública parece asentir con ellos teniendo en cuenta que sólo un 32% de los adultos estadounidenses confía en la capacidad del presidente para tomar «decisiones sabias sobre la política de inmigración», como muestra una encuesta del Pew Research Center realizada a finales de año.

Pero los republicanos no están exentos de responsabilidad en la crisis de gestión. Tras su rechazo del plan integral de reforma migratoria del presidente poco después de asumir el cargo, en 2023 votaron la eliminación de más de 2.000 agentes de la Patrulla Fronteriza debilitando con ello la capacidad de incautación de fentanilo.

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Remiten los pasos ilegales

Durante diciembre las autoridades fronterizas se vieron inundadas de una oleada de inmigrantes que registro hasta 11.000 detenciones en un sólo día y que en algunos momentos llegaron a desbordar la capacidad de gestión del personal. Las operaciones de tránsito comercial se reanudaron en el puente internacional en Eagle Pass, Texas dos cruces en Arizona y otro cerca de San Diego, California, aunque las autoridades han sugerido no descartar nuevos cierres «según sea necesario» mientras continúan priorizando la seguridad fronteriza.

El Gobierno mexicano aplaudió el fin del cierre de los pasos fronterizos que ha afectado sus exportaciones industriales a EE UU, así como las importaciones de grano para la alimentación del ganado. El cierre añadió presión a las conversaciones de la Administración Biden con el país azteca que la semana pasada culminó en un acuerdo de cooperación conjunto para abordar los altos índices migratorios en la frontera compartida. Un tema de creciente importancia para la Casa Blanca para cuya gestión de alto nivel envió al secretario de Estado, Antony Blinken, que se reunió con el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

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Como resultado, los funcionarios centroamericanos han intensificado el control de la inmigración en las últimas semanas, incluido el traslado de sinpapeles al sur de México y la reanudación de vuelos de deportación a Venezuela. Los efectos del control se han notado ya en la frontera donde las autoridades han registrado una fuerte disminución en el flujo de extranjeros con respecto a los niveles antes de Navidad, reducida a un promedio de 6.400 inmigrantes por día la semana pasada. Un acuerdo que «beneficiará a las economías de ambos países» como señaló un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

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