Trump, rodeado de su equipo legal y asesores de comunicación, al entrar en la sala antes de conocer el veredicto. AFP

Trump vive ya como un convicto tras ser declarado culpable por el soborno a la actriz porno Stormy Daniels

El líder republicano debe someterse a las condiciones del Departamento de Libertad Condicional de Nueva York hasta recibir la condena por 34 cargos de falsificación de registros, que se dictará el 11 de julio

Jueves, 30 de mayo 2024

Donald Trump se ha convertido en el primer expresidente de la historia estadounidense en ser sentenciado por un caso penal y también en el primer candidato que se presentará a unas elecciones a la Casa Blanca con la etiqueta de condenado a sus espaldas. El ... líder republicano fue considerado culpable en la noche el jueves por el jurado durante el proceso celebrado en un tribunal de Nueva York por los pagos a la actriz porno Stormy Daniels, con la que mantuvo un 'affaire' sexual y a la que sobornó a cambio de su silencio en la campaña electoral de 2016.

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Anoche, el magnate abandonó el juzgado del Bajo Manhattan considerándose a sí mismo un «preso político». Pero la realidad es más dura. Desde hoy, viernes, Trump es ya un convicto de la Justicia. Debe presentarse al Departamento de Libertad Condicional de Nueva York y someterse a sus reglas hasta que el juez Merchán dicte su condena.

Como cualquier otro culpable, el candidato conservador será entrevistado por su agente. Puede «tratar de dar una buena impresión» y hacer un alegato de que «merece un castigo más leve». Se desconoce si el fiscal Alvin Bragg pedirá una pena de prisión. El máximo serían cuatro años, pero es muy difícil que el dirigente republicano acabe en una celda. Si le conceden la libertad condicional, deberá presentarse a firmarla ante su agente periódicamente. En cambio, las consecuencias electorales son más complejas. Dada su condición de convicto, quienes le voten saben que apostarán por alguien condenado por delinquir como presidente al frente de la Casa Blanca.

El jurado pronunció la palabra «culpable» en los 34 cargos por falsificación de registros comerciales que se le imputaban. Los 130.000 dólares que le pagó a Daniels fueron consignados dentro de los gastos de campaña, lo que a la postre ha sido su principal motivo de escarmiento. Ahora habrá que esperar a la pena que conlleva este veredicto, que el juez dictará previsiblemente el 11 de julio, precisamente cuatro dias antes de que comience la Convención Republicana que teóricamente deberá confirmar a Trump como su candidato a la Casa Blanca.

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Los doce miembros del jurado apenas han tardado once horas en acordar su veredicto. El magnate lo recibió con gesto sombrío e inexpresivo. Solo unos minutos después, su equipo de campaña lanzó un mensaje en su nombre en las redes sociales donde clamaba: «¡Soy un prisionero político!». Se da por hecho que este argumento lo utilizará insistentemente en campaña para tratar de revertir a su favor la condición de convicto. Trump no ha descansado durante el proceso, a pesar de que el juez le obligó a pemanecer callado. Ha cometido desacato al tribunal en diez ocasiones y ha sido multado con 10.000 dólares por violar una orden de silencio por sus ataques directos a personas involucradas en el juicio.

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Los analistas políticos de Washington y Nueva York calificaron de inmediato esta condena como un «hecho insólito» e «inédito» en la política de Estados Unidos, que abre numerosos interrogantes y expectativas sobre cómo será la carrera presidencial hasta la cita con las urnas el próximo noviembre. La Casa Blanca declinó hacer valoraciones y el presidente, Joe Biden, lanzó soprendentemente una campaña de recaudación de fondos en las redes bajo el lema de que «a Trump solo se le gana en las urnas». Su director de comunicación, Michael Tyler, fue mucho más explícito: «Hoy en Nueva York hemos visto que nadie está por encima de la ley».

Algunas de las portadas en EE UU

La Fiscalía había acusado al 45º presidente de Estados Unidos (2017-2021) de falsificar documentos contables de su emporio, la Organización Trump, para diluir un pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels. A través de ese abono, que equiparó a un gasto oculto de campaña, la acusación consideró que Donald Trump «corrompió« las elecciones.

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La actriz, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, había reconocido que el magnate compró su silencio sobre una relación sexual que dice haber tenido con él en 2006, cuando ya estaba casado con su esposa Melania. El expresidente republicano, que ganó esas elecciones de 2016 por un estrecho margen contra Hillary Clinton, ha negado siempre el affaire y se ha presentado como víctima de una persecución política. Desistió de testificar en el juicio.

El testimonio de Cohen

Durante el proceso, la defensa intentó minar la credibilidad de Michael Cohen, en el pasado abogado y hombre de confianza de Trump , devenido en su principal acusador. Cohen declaró en el juicio que por orden de su jefe le pagó a Stormy Daniels de su propio dinero «para garantizar que la historia no saliera a la luz y no afectara las posibilidades de Donald Trump de convertirse en presidente de Estados Unidos». Según la acusación, le reembolsaron el dinero mediante facturas falsas y registros disfrazados de «honorarios legales» en las cuentas de la Organización Trump .

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Cohen es el hombre que en su día dijo sentirse «en la cima del mundo» por trabajar para Trump. Su importancia en este juicio ha sido suprema y su declaración es la que ha conducido al fallo culpatorio. El equipo del líder republicano lo sabía. Durante el testimonio de Cohen, Trump sentó a varios de sus más directos seguidores en las filas del público, justo detrás de la mesa que él ocupaba con sus defensores. Allí estaban sus hijos, varios miembros del Congreso y el propio presidente de la Cámara de Representantes, además de un antiguo cabecilla de los Hells Angels. Pero nada de eso amedrentó al testigo clave del juicio.

Se da por seguro que el candidato presidencial republicano, de 77 años, apelará el veredicto y, de todas formas, podrá presentarse a los comicios de noviembre. Sin embargo, el peso de una condena penal podría ser decisivo en el reñido duelo que le espera en los próximos meses con Joe Biden. Una encuesta reciente de Yahoo News/YouGov sugiere que este hecho podría perjudicar las opciones del republicano. También es cierto que, dado que el meollo del caso es bastante técnico y difícil de entender, muchos estadounidenses no han seguido el juicio de cerca y consideran que es un montaje creado con el fin de abochornar a Trump por tener un desliz con una profesional del sexo.

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El proceso, sobrecargado políticamente, ha atraído la presencia de numerosos líderes republicanos, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, que viajaron a Nueva York para mostrar su apoyo al candidato presidencial del partido. Otros dirigentes han asistido también en un claro intento de hacer méritos ante el magnate y posicionarse de cara a un puesto en su posible gabinete. Dentro del partido hay una auténtica competencia para postularse como futuri vicepresidente de un nuevo gobierno republicano, a pesar de que Trump no tuvo ningún reparo en poner en riesgo la vida de su último vicepresidente, Mike Pence, que tuvo que correr para salvar su vida junto a su familia el día del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.

A pesar de alardear en público de no albergar reservas para declarar en el juicio, al final Trump nunca testificó en él, por las razones obvias de su conocida falta de autocontrol, disciplina y para evitar autoincriminarse.

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De los cuatro procesos que afronta Trump, este juicio cobra aún más importancia porque probablemente será el único que ocurrirá antes de las elecciones.

Quedan tres juicios en los que se le imputan medio centenar de delitos

Tras ser declarado culpable por intentar silenciar a Stormy Daniels, Donald Trump aún tiene tres juicios penales pendientes. En ellos se enfrenta a más de medio centenar de delitos, algunos muchísimo más graves que aquellos por los que ha sido sentenciado en el caso de la exactriz porno.

En principio, la próxima cita del magnate en los tribunales será por los papeles de Mar-a-Lago. Se le acusa de llevarse documentos clasificados de la Casa Blanca a su mansión de Florida, de esconderlos y no devolverlos cuando se los reclamaron, y de mostrárselos a personas no autorizadas. Información sobre armas nucleares, relaciones con otros países o planes del Pentágono que Trump almacenaba en el baño y en otras estancias. Hasta 37 delitos graves se le imputan por estos hechos.

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El intento de revertir los resultados electorales de 2020, en los que fue derrotado por Joe Biden, es el asunto más grave al que se enfrenta. Sus denuncias de fraude electoral, a sabiendas de que era falso, desembocaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, en el que murieron cinco personas. Manipulación de testigos y conspiración para violar derechos civiles son dos de los cuatro delitos que el fiscal pide para Donald Trump por esta causa.

También en relación con aquellos comicios, tiene un juicio pendiente por haber intentado alterar el resultado electoral en el estado de Georgia. Entre las pruebas de cargo, una grabación en la que le pide al secretario de Estado Brad Raffensperger que encuentre los «11.780 votos» que necesitaba para ganar a los demócratas. En esta causa se enfrenta a trece cargos.

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