El futuro de Trump queda en manos de los doce miembros del jurado

El jurado, que asistió al testimonio de veintidós testigos, escuchó el martes más de seis horas de argumentos de las partes. La defensa trató de desacreditar al exabogado personal de Trump, Michael Cohen, que realizó los pagos, asegurando que mintió y trató de aprovecharse financieramente de Trump. Además de acusar a Stormy Daniels de chantaje, los abogados del millonario mantuvieron que «todas las campañas políticas son una conspiración para promover una candidatura», algo que es legal.

Por su parte, la Fiscalía señaló en su alegato que la extorsión no es una defensa contra la falsificación de registros comerciales y trazó el relato del complot de la campaña de Trump para engañar a los electores, silenciando evidencias sobre un comportamiento que podría haber tenido un impacto en las urnas diferente de haberse sabido.

Justo cuando su destino comenzaba a ser dirimido, Trump se apresuró a la salida a criticar el proceso, comparándose a sí mismo con un santo. «La Madre Teresa no podría haber vencido estos cargos. Están amañados. Todo está amañado», señaló.

El juicio, convertido en un circo mediático y político, ha sido cubierto exhaustivamente por los medios de comunicación, que han desplegado una extensa red de equipos de reporteros dentro y fuera de la sala del tribunal para narrar al detalle todos los aspectos posibles del primer proceso penal contra el expresidente.

Por la sala han desfilado miembros del Partido Republicano, deseosos de hacer méritos para ser considerados posibles vicepresidentes a pesar de que Trump no tuvo reparos en poner en riesgo la vida del antecesor en el cargo, Mike Pence, el día del ataque al Capitolio. La jornada final contó también con la presencia de numerosos miembros de la familia del expresidente para apoyarle.

Por su parte, el actor Robert De Niro realizó el martes su propia escenificación frente al edificio del tribunal, en el bajo Manhattan. Fue un caótico evento sorpresa organizado por la campaña del presidente, Joe Biden, en un intento por capitalizar electoralmente en noviembre los problemas legales de su adversario. Junto a dos agentes de policía heridos durante los disturbios del 6 de enero de 2021, el celebrado actor calificó a Trump de «payaso», mientras un grupo de partidarios del líder republicano lanzaba desde el parque insultos contra Biden y consignas de MAGA al tiempo que ondeaban banderas con el lema 'Trump o muerte'.

La decisión del jurado podría producirse con rapidez o tardar días o semanas. El delito del que Trump está imputado -falsificación de registros comerciales en primer grado- es de clase E en Nueva York, la categoría menos grave, y podría acarrear hasta cuatro años de prisión. Aun así, según los expertos, es poco probable que el expresidente vaya a la cárcel si es condenado, ya que no tiene antecedentes. Además, el hecho de que se trate de un expresidente, con protección del servicio secreto en todo momento, y las implicaciones políticas derivadas de ser un candidato hacen muy improbable que Trump reciba una pena de prisión.

En todo caso, la decisión recae finalmente en el juez Juan Merchán, quien, por las implicaciones de la condición sin precedentes del acusado, podría decantarse por el pago de una multa, libertad condicional, servicio comunitario o alguna combinación de estas opciones anteriores.