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Mercedes Gallego
Nueva York
Sábado, 14 de enero 2023, 22:33
La Casa Blanca informó este sábado del hallazgo de cinco nuevas páginas con contenidos clasificados como secretos en la residencia del presidente, Joe Biden, en Wilmington (Delaware). Se trata del tercer descubrimiento de material sensible en poder del mandatario, que data de la época en ... que era vicepresidente bajo el gobierno de Barack Obama, pero que debía haber entregado a la Administración para su custodia una vez finalizado su cargo.
El hallazgo tuvo lugar después de que los abogados particulares de Biden localizasen el miércoles un documento en una habitación adyacente a su garaje. Los letrados carecían de permisos de seguridad para manejar esta situación y suspendieron el registro. El viernes acudió el abogado de la Casa Blanca, Richard Sauber, y junto con funcionarios del Departamento de Justicia localizaron otras cinco páginas. Con estos, el número de documentos secretos hallados entre las pertenencias del presidente supera la veintena y muchos analistas opinan que contribuye a oscurecer su posible postulación a la reelección en 2024.
Esta semana un camión convertido en valla publicitaria aparcó en el parque Lafayette de Washington, frente a la Casa Blanca. «No te presentes, Joe», decía el mensaje. Poco después empezó a recorrer las calles de la capital y todavía no ha parado. «Lo llevamos a donde quiera que vaya la prensa, los ejecutivos de la Casa Blanca o los pesos pesados del Partido Demócrata», cuenta Jeff Cohen, uno de los artífices de la operación que intenta convencer a Biden de que deje paso a otros candidatos más jóvenes y progresistas.
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Miguel Pérez
El presidente acababa de llegar de México con otro éxito con el que sacar músculo en su campaña de reelección. La misma que, pese a no haber anunciado, se supone que ha decidido estas Navidades junto a su familia bajo el sol del Caribe, durante unas vacaciones en la isla de St. Croix a las que llevó a sus hijos y nietos. «Al final esto es una decisión familiar», había dicho en una conferencia de prensa. «Creo que todo el mundo quiere que me presente, pero vamos a hablarlo».
Puede que en el seno familiar prime el entusiasmo ante la posibilidad de humillar a Donald Trump en 2024 con un 'rematch' y extender su gobierno cuatro años más para cimentar un legado que, en esta legislatura, parece haber tocado techo. Su partido ha salido mejor parado de lo que se esperaba en las elecciones legislativas de noviembre, al retener el control del Senado, pero «no gracias a Joe Biden, sino pese a él», dice el grupo Roots Action, que empezó a poner anuncios en New Hampshire al día siguiente de las elecciones legislativas. «Es absolutamente crítico que no permitamos que un republicano gane la Casa Blanca en 2024», dice una votante en el anuncio de 60 segundos. «Con su baja popularidad, (Biden) es una apuesta demasiado arriesgada».
La mayor parte de la población opina como ella, según una encuesta de CNBC en la que el 70% no quiere que el mandatario busque la reelección. Solo el 19% dice que le apoyaría en esa empresa. Entre el 57% de los demócratas que quieren que se aparte del camino, prevalece la opinión de que 80 años son demasiados para seguir gobernando, pero la edad no parece ser un factor cuando se trata de Donald Trump, ya que solo el 8% de los encuestados la citaron. El magnate cumplirá en junio 77 años.
Al analista político y cofundador de Roots Action que ha creado la campaña contra la reelección de Biden no le importa tanto su edad como la falta de entusiasmo que genera, por considerarlo un representante del estatus quo y el corporativismo político. En la campaña anterior su grupo apoyó a Bernie Sanders, un año mayor que Biden, y volvería a hacerlo con los ojos cerrados si el socialista del que Cohen fue delegado volviera a presentarse. Sanders solo lo considerará, como muchos otros demócratas, si Biden se aparta de la competición.
La tradición juega a favor del mandatario. Desde que en 1980 Ted Kennedy disputase la reelección de Jimmy Carter en primarias, ningún demócrata ha retado el derecho de un presidente a buscar un segundo mandato, el máximo que permite la Constitución. «No es respeto, es miedo al Partido Demócrata», aclara Cohen. Por eso quiere convencer a Biden de que deje el camino libre. La senadora Elizabeth Warren, la vicepresidenta Kamala Harris, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, o incluso el gobernador de California, Gavin Newsome, son algunos de los potenciales interesados que tendrían que resignarse si el inquilino actual de la Casa Blanca decide aspirar a la reelección, como parece.
El mundo entero quiere saber si el timón de EE UU seguirá en sus manos o habrá que enfrentarse a la incertidumbre de unas primarias y potencialmente a un nuevo presidente que puede no estar alineado con sus intereses. Cohen solo piensa en los intereses del país y en la posibilidad de que emerja un candidato progresista capaz de traer la agenda del Estado del bienestar que disfrutan otros países occidentales –sanidad universal, protecciones laborales, regulaciones medioambientales...–. Su grupo apoyó a Biden en las elecciones contra Trump y se siente partícipe de tres victorias clave en las que se concentró: Michigan, Wisconsin y Arizona. «No tenemos ninguna animosidad contra él», aclara. De hecho, volverá a darle su respaldo si acaba siendo el candidato, pero no cree que esta vez tenga tantas posibilidades de batir a su oponente como cuando luchaba contra el caos de Trump. «Si el electorado ve al candidato demócrata como el representante del estatus quo, no solo le dará la vuelta al voto de la clase trabajadora blanca sin ideología, que puede caer en manos de un populista barato, sino que la gente joven y de color no saldrá a votar», predice.
La apatía sería el mayor enemigo de Biden. El miedo a un conservador extremo como Trump, su exvicepresidente, Mike Pence, o el gobernador de Florida, Ron de Santis, puede no ser suficiente para vencer. Cohen no se imaginaba que esta semana aparecerían documentos clasificados en casa del presidente, propiciando la comparación con Trump y el habitual «todos son iguales» que deja a los votantes sentados en casa. Pero si sabía que en los próximos meses el presidente quedará muy desgastado bajo el escrutinio de los comités republicanos del Congreso que investigarán los negocios de su hijo Hunter Biden en China y Ucrania, entre otras cosas.
No es probable que logren establecer un caso de corrupción ni haya consecuencias legales por su mal manejo de documentos considerados 'top secret', pero Hillary Clinton podría dar fe de que las consecuencias políticas pueden ser suficientes para perder las elecciones, como le ocurrió a ella con los correos electrónicos que el FBI investigó por haber usado un servidor privado. En política, como en la vida, no basta con ser. Hay que parecer.
«Estoy seguro de que todo eso pesará en la decisión de Biden», opina Cohen. Así como la salud potencial de su esposa, a la que esta semana han diagnosticado tejido canceroso en un párpado y el pecho. Se espera que el mandatario anuncie su decisión en febrero, después del discurso sobre el Estado de la Unión previsto para el día 7. Para entonces el desgaste político de un año que empezó bien, con unos resultados electorales mejor de lo esperado y una oposición embarrada en sus propias guerras internas, podría haberse convertido en una pesadilla que no ha hecho más que empezar.
En contadas ocasiones la postulación a la reelección de un presidente de EE UU habrá sido tan hermética como pública. Un selecto grupo de asesores ayuda a Joe Biden en su decisión bajo un manto de secretismo. Pero al mismo tiempo, nunca ha sido tan amplio el debate, ni tantas las declaraciones del entorno de la Casa Blanca ni se han dado a conocer tantos sondeos. Y todo parece girar en torno a un factor de decisión: la edad. En ese sentido, cabe pensar que una opinión referencial de lo que hará el líder demócrata radica en Kevin O'Connor, su médico. En breve, según medios estadounidenses, Biden se someterá a su revisión anual. Hace un año, tras esta misma rutina, O'Connor aseguró que el líder demócrata era «apto para ejecutar con éxito los deberes de la presidencia».
Pero también es cierto que pesa mucho el desgaste que los republicanos ejercen sobre el presidente. A finales de año, la derecha vehiculizada a través de Fox News le criticó por marcharse de vacaciones a las Islas Vírgenes en medio del desastre causado por la tormenta ártica que dejó más de medio centenar de muertes en el país. Y ahora los republicanos se preparan para enfrentarle a una nueva comisión investigadora del Congreso. Y no es una cualquiera, sino la que recuerda uno de los peores fiascos de Biden en esta legislatura: la desastrosa retirada del Ejército estadounidense de Afganistán durante el verano de 2021.
El republicano Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, solicitó el viernes al Departamento de Estado dirigido por Antony Blinken que le remita los documentos relacionados con este repliegue, tras el cual los talibanes han vuelto a imponer su régimen. El partido ya formuló esta exigencia el año pasado, pero Blinken las desoyó. Con la mayoría en la Cámara, los republicanos han repetido su solicitud, pero con fecha concreta, el próximo día 26, si el Gobierno no quiere ser sometido a un «proceso obligatorio». El comité quiere conocer los motivos y todas las reuniones que se celebraron para decidir el regreso de las tropas, sin disponer de garantías de que los talibanes no volvieran al poder.
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