Los fiscales de Nueva York y Georgia llevan tiempo compitiendo por quién será el que meta a Donald Trump en la cárcel. Eso todavía está por ver, pero todo apunta a que los primeros se llevarán el gato al agua con la toma de sus ... huellas dactilares. Según la página web Politico, el expresidente más polémico de EE UU podría convertirse en imputado a última hora de este lunes o el martes. El propio Trump se encargó el pasado sábado de que la noticia no cogiera desprevenidos a sus seguidores al anunciar su inminente detención a través de su plataforma Truth Social.
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En previsión de protestas, la Policía de Nueva York empezó este lunes a desplegar barricadas de hormigón en los alrededores del tribunal donde un gran jurado decide la presentación de cargos contra el expresidente. El llamamiento de Trump a la movilización arruinó el fin de semana a muchos altos cargos de seguridad pública, que han pasado los dos últimos días reunidos para preparar la respuesta.
Se trata de coordinar varios cuerpos, pero principalmente la Policía de Nueva York y los servicios secretos, cuya prioridad es proteger la seguridad del expresidente. No habrá un conflicto de intereses porque nadie cree que la Fiscalía tenga intención de exhibirle con las esposas puestas. De hecho, si Trump tuviera que presentarse en el edificio art déco de 17 plantas del Bajo Manhattan que ocupan los juzgados, lo más probable es que las autoridades hagan todo lo posible para que ni se le vea entrar.
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Caroline Conejero
Sus abogados intentan presentarle como la víctima de una venganza. Este lunes declaró frente al gran jurado otro letrado de Trump, Robert Costello, para contar una conversación que tuvo en 2018 con su predecesor, Michael Cohen, condenado a tres años de prisión por los cargos de los que ahora se acusa al expresidente: el ocultamiento del pago de 130.000 dólares a la estrella del cine porno Stormy Daniels una semana antes de las elecciones de 2016.
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Dado que Cohen adelantó el dinero de su propio bolsillo para ayudar a su 'jefe' y acabó en la cárcel, no es de sorprender que se manifestara indignado y deprimido. De hecho, lo contó en un libro titulado 'Venganza'. Ambos abogados se cruzaron este lunes en los juzgados para declarar por última vez antes de que los miembros del gran jurado adopten una decisión sobre la imputación que ya parecía tomada.
Los expertos creen que el fiscal Alvin Bragg habría permitido la comparecencia de Costello no ya como una gentil deferencia hacia el expresidente, sino para previsualizar lo que podría declarar durante el juicio. Un proceso que podría durar dos años y coincidir con las elecciones de 2024, para las que Trump se ha presentado candidato. Muchos creen que precisamente por eso se apresuró a ser el primero en postularse, para que le sirva de coartada en caso de imputación.
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Su estrategia ha dado resultado. El pasado fin de semana numerosos altos cargos del Partido Republicano salieron en su defensa advirtiendo de que cualquier imputación será vista como parte de una persecución política «inapropiada en Estados Unidos», dijo el portavoz del Congreso, Kevin McCarthy. Incluso su exvicepresidente, Mike Pence, a quien las hordas de Trump gritaban que fuera ahorcado durante el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, declaró que «eso no es lo que quiere el pueblo estadounidense».
Una vez que se den por terminadas las audiencias ante el gran jurado, este tendrá que emitir un veredicto sobre la imputación de Trump que entregará sellado a la oficina del fiscal. Según fuentes de la web Politico, la Fiscalía contactaría con los abogados del magnate para arreglar amistosamente una cita en la que ficharle e iniciar el proceso contra él. Sólo si el expresidente se resistiera, el Ministerio Público buscaría una orden de detención que podría convertir al expresidente en un fugitivo de la Justicia y complicar sus pasos por todo el país.
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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, cuyo estado debería autorizar la extradición de Donald Trump a Nueva York en caso de que no quisiera entregarse, quiere quedarse fuera de la posible detención para no manchar su potencial candidatura para las elecciones de 2024. Una cita en la que tendría que enfrentarse con el expresidente, quien ya ha avisado que ni siquiera su imputación impedirá que busque la nominación de los conservadores por tercera vez como candidato ya que «probablemente mejorarán» sus perspectivas.
DeSantis defendió que él no sabe «lo que conlleva pagar dinero negro a una estrella del porno para garantizar su silencio en un supuesto 'affaire'». Pero, añadió, «lo que puedo decir es que si tienes un fiscal que cada día ignora los crímenes en su jurisdicción, pero elige revisar algo que pasó hace muchos años, demuestra una agenda política y la militarización de su oficina».
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