Un ciudadano expone el cartel que ha llevado hasta las verjas de la Casa Blanca en su despedida de Biden como candidato. Samuel Corum/AFP

Los estadounidenses despiden a Biden: «Gracias Joe»

Numerosas personas se reúnen delante de la Casa Blanca mientras los vecinos de Rehoboth Beach, en Delaware, debaten si el presidente se quedará «a vivir aquí»

Lunes, 22 de julio 2024, 22:59

El médico del presidente de Estados Unidos, Kevin O'Connor, anunció este lunes que éste «continúa cumpliendo con todos sus deberes presidenciales», como si a alguien le cupiera alguna duda. El facultativo, al que Joe Biden apoda «Doc» desde hace décadas o «machacahuesos» cuando le ... somete a una de sus sesiones de osteopatía, hacía alusión a la mejora experimentada en su salud después de sufrir una infección por coronavirus. Biden ha tomado la décima dosis de Paxlovid y sus síntomas «se han resuelto casi por completo». Es muy posible que entre este martes y el jueves pueda ya reunirse con el primer ministro israelí, BenjamínNetanyahu, que este lunes llegó a Washington.

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A la vista de la montaña rusa política que ha sido este fin de semana y a las insinuaciones malévolas de Donald Trump, quizá más de uno piense que el presidente ha dejado anímicamente de serlo tras renunciar a su candidatura. Sin embargo, en su entorno se rechaza esta imagen. Biden «tiene ganas» de retomar su agenda oficial, dicen sus allegados, en línea con lo que él mismo anunció el domingo: continuará «al servicio de la nación» hasta que a finales de enero se produzca el traspaso de competencias a quien gane las elecciones presidenciales en noviembre.

La incógnita, según algunos articulistas, reside en qué hará de cara a la campaña electoral. Nadie sabe si se volcará en el respaldo a su lugarteniente, Kamala Harris, o preferirá mantener cierta distancia para no taparla con su sombra y permitir que lance un mensaje renovador. Tampoco la relación con el Partido Demócrata es la mejor.

54 años

lleva en política Joe Biden.

Durante estos días, su familia, con Jill Biden a la cabeza, se ha sentido terriblemente molesta con los desprecios de los compañeros que le urgían a marcharse y le presentaban como un hombre con sus facultades mermadas. Parece ser que han sido necesarias largas conversaciones para calmar los ánimos de su mujer y sus hijos y redactar una despedida neutral. Aunque de la carta llama la atención su sequedad con el partido y que la difundiera en las redes sin hacerla pasar por los canales de comunicación habituales de la formación demócrata.

El sábado llamó a dos de sus más antiguos asesores y les conminó a visitarle en su casa de Delaware para comunicarles la decisión. El domingo la hizo pública poco antes de las dos de la tarde (cerca de las 20.00 horas en España). La vicepresidenta Kamala Harris y su jefa de comunicaciones, Anita Dunn, fueron las únicas a las que trasladó su decisión antes de lanzar un minuto después el tuit a todo el mundo.

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Lado sentimental

Numerosas personas se han concentrado desde entonces delante de las verjas que rodean la Casa Blanca en Washington. La manera en que Biden se ha echado a un lado ha despertado el lado sentimental y legendario de los estadounidenses, que han acudido con carteles donde se podía leer «Gracias, Joe». Para muchos, su gesto permitirá a los demócratas «hacer historia» y «derrotar a Trump, como tú hiciste en 2020», según los mensajes.

Su mujer, Jill, sus hijos y otros allegados le han acompañado en las horas difíciles previas a su renuncia

«Es un poco triste, pero creo que será bueno para él», sopesaba una mujer en una calle de Rehoboth Beach, la 'capital del verano de la nación' en el Estado de Delaware, donde los Biden tienen su residencia de descanso. Allí se cocinó su despedida de la campaña. El Servicio Secreto mantenía este lunes bloqueada la calle Far View Road, señal de que el presidente se encontraba en casa. «¿Quién sabe? Quizá ahora decida quedarse a vivir aquí en el momento en que acabe su presidencia», baraja otra vecina. «Es una buena familia» y «se les ve bien cuando están en el pueblo». A Biden «le encanta el helado» local.

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Rehoboth Beach está invadido de periodistas. Algunos vecinos lamentan que al presidente le han tratado con «malas formas. La política es despiadada». «No nos importaría que se quedara aquí para siempre». El alcalde, Stan Mills, asegura que «estamos orgullosos de ser un lugar acogedor donde incluso el presidente de los Estados Unidos puede encontrar un respiro». Aunque este fin de semana no haya sido el caso.

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