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Desde que la campaña de Joe Biden se saltase a la Comisión de Debates presidenciales para negociar directamente las reglas del juego con el equipo de Donald Trump, a las televisiones que los auspician les ha tocado el papel de hacer de mediadoras. Para el ... de este martes, en el National Constitution Center de Filadelfia, no habrá público que ría las gracias del magnate, aplauda los aciertos o abuchee a los candidatos.
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Ninguno de los dos se ha conocido antes en persona. Es la primera vez que se ven cara a cara, no tendrán la opción de interrumpirse, porque de acuerdo con las reglas del anterior debate, se les cerrarán los micrófonos cuando acabe su turno. Los moderadores de la cadena ABC, David Muir y Linsey Davis, serán los únicos que hagan preguntas. Dispondrán, eso sí, de dos minutos para contestar y uno para darle seguimiento a las respuestas del otro.
Una moneda al aire lanzada el lunes de la semana pasada le dio a Trump la ventaja de elegir el orden de los alegatos finales y ser quien diga la última palabra. Para los espectadores, Harris aparecerá a su izquierda en las pantallas, aunque por el efecto espejo se erguirá a su derecha. Es probable que lleve tacones para reducir la diferencia de altura y vista uno de sus habituales trajes de chaqueta sin escote.
Cada uno entrará por un lado del escenario, se darán la mano y serán presentados por los moderadores, sin oportunidad de exponer sus argumentos. No podrán llevar notas ni ningún tipo de accesorio. Solo se les dará un bolígrafo, una libreta y un botellín de agua. El papel de los moderadores será ponerles contra las cuerdas, sacar respuestas concretas sobre sus políticas y, sobre todo, lograr que sea una conversación civilizada.
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