Dramático entierro del cuerpo del rehen Yagev Buchshtav en el kibutz de Nirim. Reuters

Descubren heridas de bala en los cuerpos de los seis rehenes recuperados en Gaza

El presidente de EE UU, Joe Biden, enfatiza la «urgencia» de un acuerdo de paz en medio de bombardeos cruzados entre Israel y Hezbolá y ataques de los hutíes en el mar Rojo

M. Pérez

Jueves, 22 de agosto 2024, 10:42

Los cadáveres de los seis rehenes descubiertos esta semana en un túnel bajo la ciudad gazatí de Khan Jounis presentaban herida de bala. Las autopsias relizadas en el Instituto Forense Abu Kabir, donde el ejército trasladó los restos, parecen indicar que fueron ejecutados por sus ... captores. Hamás había asegurado hasta ahora que al menos tres de ellos fallecieron a causa de las heridas sufridas durante los bombardeos israelíes en La Franja y que un cuarto cautivo murió por falta de comida y medicamentos.

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Las Fuerzas de Defensa localizaron el martes los cadáveres de Alex Dancyg, Yagev Buchshtav, Chaim Peri, Yoram Metzger, Nadav Popplewell y Avraham Munder. Estaban ocultos detrás de un muro en la profundidad de uno de los pasadizos contruidos por la milicia islamista. Cerca se recuperaron otros cuatro cuerpos, que han resultado pertenecer a militantes islamistas, según el Estado Mayor hebreo. En su opinión, se trata de «terroristas» que pudieron sufrir heridas críticas en algún ataque de la aviación de Israel.

En la fila superior, Alexander Dancyg, Haim Perri, Nadav Popplewel; sobre estas líneas, Yoram Metzger, Yagev Buchshtab y Abraham Munder. EFE

Una hipótesis que barajan los militares es que los secuestradores de los seis rehenes decidieron ejecutarles ante la proximidad de las brigadas israelíes, que sobre la fecha en que se produjo su muerte–alrededor de marzo– combatían a solo unos centenares de metros. Los resultados forenses son preliminares y, según un portavoz clínico, todavía es preciso confirmar si las heridas de bala produjeron las muertes. Sin embargo, el Foro de Familias, que agrupa a allegados de todos los secuestrados el pasado octubre por Hamás, destacaron ayer el calvario de las víctimas y la urgencia de negociar un rescate de las decenas de personas en manos de la milicia. «Cada minuto que no se complete el acuerdo, otro rehén podría morir»., declararon.

También el presidente de EE UU, Joe Biden, enfatizó este miércoles (madrugada de ayer en España) «la urgencia de cerrar» un compromiso de alto el fuego en una conversación telefónica con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, destinada a «eliminar cualquier obstáculo restante» que pudiera quedar antes del inicio de las conversaciones en El Cairo. La delegación israelí, encabezada por el director del Mossad, ya ha partido hacia la capital egipcia, donde aguardan los mediadores de EE UU, Catar y el propio Egipto.

Todo parece reducido en este momento al Corredor Filadelfia Se trata de la carretera que discurre en paralelo a la frontera de Gaza con Egipto y que Netanyahu rechaza abandonar. El Gobierno quiere mantener tropas a lo largo de esa línea para evitar que en el futuro se pueda reanudar el contrabando. la entrada de armas escondidas en los camiones de ayuda humanitaria o el tránsito de milicianos y se propicie así una nueva reestructuración de Hamás. Tel Aviv tambien pretende mantener tropas en la línea que divide el norte y el sur de La Franja.

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Combatientes palestinos en el funeral del comandante de Fatah Khalil Maqdah, asesinado por Israel en el sur de Líbano. AFP

Hamás, sin embargo, solo está dispuesta a un acuerdo si el repliegue del ejército es absoluto. Estados Unidos ha presentado una 'propuesta-puente' que intenta satisfacer a los dos bandos: aceptar las exigencias de Netanyahu, pero únicamente a medio plazo. De momento, la coalición es remisa a este pacto y cabe señalar que las ilusiones de hace una semana, tras las conversaciones preliminares en Doha, se han enfriado mucho de cara a la actual reunión de El Cairo.

La reanudación del diálogo se produce además en un momento extraño. El movimiento palestino Fatah acaba de celebrar los funerales por su comandante Khalil Maqdah, asesinado con un misil israelí que voló su coche cuando conducía por una carretera del sur de Líbano. El ataque ha abierto una nueva brecha con las autoridades de Cisjordania y la facción palestina, convencida de que la muerte de Maqdah es «una prueba más de que Israel quiere desencadenar una guerra a gran escala en la región». Tel Aviv ha justificado el ataque con el argumento de que el comandante «trabajaba para Irán» y estaba implicado en «ataques terroristas».

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Más tensiones

También aumentan las tensiones entre Hezbolá e Israel, que bombardeó este jueves diez posiciones de la milicia chií en Líbano. Y se recrudecen los ataques en el mar Rojo, donde la tripulación de un petrolero griego ha sido evacuada después de que el buque recibiera un ataque hutí con misiles y drones.

El norte de Israel se encuentra en estado de alerta ante la múltiples alarmas por ataques aéreos desde Líbano. La situación ha resultado especialmente tensa en la mañana de este jueves, cuando las autoridades advirtieron de la posible llegada de cohetes disparados por Hezbolá a la ciudad de Kiryat Shmona y las comunidades cercanas de Tel Hai y Kfar Yuval. También se han activado las alarmas en las inmediaciones del kibutz de Nir Am, cerca de Gaza, mientras el ejército ha avisado de una infiltración de drones «hostiles» en la comunidad norteña de Misgav Am. Numerosos ciudadanos han acudido a los refugios antiaéreos.

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La posible ofensiva de Hezbolá sería la réplica al bombardeo con el que las tropas israelíes han sometido de madrugada a una decena de posiciones de la milicia chií en Líbano. Los ataques se han dirigido, según el Ministerio de Defensa, contra cuarteles de Hezbolá y arsenales. También ha sido destruida una lanzadera de cohetes. A primera hora de la mañana, eran visibles columnas de humo en diferentes zonas del territorio libanés. Todas las incursiones fueron realizadas por aviones de la fuerza aérea.

El ejército israelí y Hezbolá han entrado en una espiral continua de ataques y respuestas que aumentan el temor a una guerra abierta. Entre el martes y el miércoles, a milicia disparó unos 70 misiles contra los Altos del Golán y la Alta Galilea. A su vez, horas antes Israel había atacado varios emplazamientos chiíes y asesinado con un misil a uno de sus comandantes.

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Traslado de tropas

La Inteligencia israelí sospecha que, aunque Irán parece haber sido convencido por EE UU y sus aliados de desistir o retrasar su anunciada ofensiva a Israel por el asesinato de Ismael Haniye en Teherán, estaría presionando a Hezbolá para que no dé tregua a las fuerzas hebreas. Según medios estadounidenses, el régimen de los ayatolás alentaría a la milicia a iniciar su propia guerra. Aprovecha así la intención del líder de Hezbolá Hassan Nasrallah de vengar mediante un gran ataque el reciente asesinato de su principal comandante Fuad Shukr.

El Ministerio de Defensa israelí ha comenzado a trasladar tropas al norte ante la eventualidad de una guerra con Hezbolá. Algunos batallones han sido movilizados desde el frente de Gaza. El Gobierno ha ordenado evacuar además algunas poblaciones fronterizas en orden a crear una franja de seguridad con el territorio libanés. Por su parte, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, visitó este miércoles una base de la fuerza aérea en el norte para conocer de primera mano las operaciones militares contra Hezbolá.

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Sofocan el fuego de un coche incendiado en un ataque israelí en el sur de Líbano. AFP

Pese a que Estados Unidos aún tiene cierta esperanza de resolver la crisis, también es cierto que se prepara para una guerra regional. Un submarino nuclear navega a toda máquina hacia Oriente Medio mientras el portaaviones 'Abraham Lincoln' se ha sumao ya al operativo naval instalado frente a las costas israelíes. El radio de acción de los navíos de guerra que le acompañan se extiende a aguas del mar Rojo, como refuerzo del dispositivo desplegado para defender el tráfico comercial de buques de los ataques rebeldes. Al igual que sucede con Hezbolá desde sus emplzamientos en Líbano, los hutíes han recrudecido sus ataques desde Yemen, alcanzando a dos buques en el golfo de Adén y el propio mar Rojo en las últimas horas.

El peor parado ha sido el petrolero griego 'Sounion', cuyos 29 tripulantes han sido rescatados por un destructor francés perteneciente a la misión de la Unión Europea desplegada en estas aguas. Todos ellos han sido desembarcados en el puerto de Hodeida.

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Una feroz persecución

El barco fue objeto de una feroz persecución de varios grupos de hutíes que en un primer momento intentaron abordarlo con lanchas. Los asaltantes desistieron tras un «breve intercambio de disparos de armas pequeñas» con los escoltas del navío, que continuó la navegación. Sin embargo, horas más tarde recibió fuego rebelde. El capitan relató que habían sufrido tres impactos, probablemente de cohetes y drones. A consecuencia de ello, el petrolero había sufrido un incendio y graves daños; entre ellos, la pérdida de energía en alguno de sus motores que le dejó a la deriva.

Las autoridades marítimas occidentales en la zona han informado de que el control del 'Sounion' ha sido recuperado y permanece anclado mientras se trabaja para sofocar el fuego y mantenerlo a flote. Cargado con 150.000 toneladas de crudo, la ONU ha advertido del «grave peligro ecológico» existente en caso de que el petrolero se hunda. Los rebeldes, que dicen dirigirse contra los buques vinculados a intereses israelíes aunque en realidad hostigan a todo barco a su alcance en el estrecho, han realizado hasta ahora 80 ataques en los últimos diez meses. Cuatro tripulantes han muerto en ese tiempo.

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