Joe Biden y Donald Trump hablan con agentes fronterizos durante la visita simultánea realizada este jueves en Texas. Reuters

Biden y Trump trasladan a la frontera con México sus opuestas visiones sobre la inmigración

Los dos candidatos a la Casa Blanca eligen Texas para presentar sus programas sobre la materia que, según las encuestas, definirá las próximas elecciones

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Jueves, 29 de febrero 2024

Dos candidatos y un destino: La frontera de EE UU con México. ¿O será la Casa Blanca? Ayer se dieron cita en Texas, a 500 km de distancia, los dos candidatos que presumiblemente se disputarán la presidencia el próximo 5 de noviembre, con una visión ... muy distinta sobre inmigración, que es con mucho lo que más preocupa a los votantes. De acuerdo con las encuestas, Donald Trump tiene la mano ganadora. También se adelantó al anunciar su visita.

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«Amigos, ya se ha pasado la hora de resolver esto. No podemos esperar más», clamó el presidente, que acusa a los republicanos de haber boicoteada la ley para destrabar el cuello de botella en la frontera por motivos puramente electoralistas. Mientras el número de inmigrantes indocumentado bate récords cada mes, el de jueces de inmigración y patrulleros se ha quedado estancado. La cita para escuchar una petición de asilo puede tardar entre cinco y siete años, plazo en el que el solicitante puede quedarse dentro del país a la espera de que se resuelva. Eso tiene a la espera a dos millones de personas, algunas de las cuales han cometido delitos de los que Trump culpa «al corrupto de Biden», a quien responsabiliza de todos los crímenes cometidos. «Tiene en las manos la sangre de muchos inocentes», dijo ayer al relatar caso terroríficos de niñas violadas y asesinadas.

De acuerdo con las encuestas, Donald Trump tiene la mano ganadora sobre Joe Biden. También se adelantó al anunciar su visita a la frontera. Biden no podía dejarle el patio libre. El 28% del electorado, según Gallup, considera que la inmigración es el principal problema que enfrenta el país, más del doble del 12% que cita la economía. Si en 2015 Trump introdujo el muro como estribillo de su campaña, para escándalo de muchos, hoy más de la mitad de la población apoya esa construcción (53%, según Monmouth University).

Biden presentó una imagen muy distinta del problema que cree estar solucionando, pero no necesariamente una contrapropuesta. El presidente acusa a los republicanos de estar manipulando la inmigración con fines electorales para exaltar las emociones y pescar votos en ese río Bravo. Como prueba exhibe la negativa del Congreso a aprobar la ley de ayudas a Ucrania, Israel y Taiwán en la que ellos mismos habían negociado duras medidas para restringir el flujo en la frontera.

«Si los demócratas piensan que un acuerdo venido abajo va a cambiar todo el paradigma electoral sobre inmigración, están muy equivocados», dijo el congresista texano Dan Crenshaw al diario 'The New York Times', pese a haber criticado a sus propios correligionarios por la «estupidez supina» de no aceptar las mayores concesiones que se le hayan arrancado a un gobierno demócrata en esta materia. Seguían la directriz de Trump, que tras haber arrasado en las primarias se ha convertido en el líder del partido y no piensa soltar la carnaza migratoria para vencer en noviembre. Por eso dio instrucciones a los legisladores de no hacer nada que pueda apaciguar la crisis.

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Seguidores de Trump, reunidos en la localidad de Eagle Pass, en Texas, para darle la bienvenida. AFP

Biden eligió Brownsville (Texas) para su discurso de la noche de este jueves precisamente porque en ese puerto de entrada los encuentros de las patrullas fronterizas con migrantes indocumentados han bajado a la mitad, en comparación a enero del año pasado. Trump se fue a Eagle Pass, la zona cero de la guerra entre el Ejecutivo federal y el gobernador de Texas, Gregg Abbot, que ha desplegado boyas en el río Bravo, alambradas en la orilla y la guardia nacional en el parque Shelby, donde pretende construir una base permanente. Los tribunales han dado inicialmente la razón a Washington, que quiere retirar la parafernalia de guerra, pendiente de apelaciones.

Festividad mexicana

Prueba de lo apresurada que era la visita de Biden es que la comitiva oficial tuvo que turnarse las calles del centro de Brownsville con la cabalgata celebratoria de las fiestas del Charro, que empezaban este jueves. A la Casa Blanca no le pareció mal coincidir con la mayor fiesta de la frontera, que reconoce la cultura mexicana desde 1937 con vestidos coloridos y un concepto de cooperación y armonía entre ambas naciones, aunque no es precisamente lo que quiere ver ese alto porcentaje de estadounidenses preocupado por la permisividad.

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La constante llegada de indocumentados es la principal preocupación de los estadounidenses

En los próximos días se espera que anuncie medidas ejecutivas para restringir la capacidad de solicitar asilo político a quienes hayan cruzado la línea ilegalmente. Para ello el mandatario tendría que reclamar la autoridad que le concede la sección 212 (F) de la ley de naturalización e inmigración de suspender la entrada de inmigrantes o poner restricciones temporales si determina que su entrada está en detrimento de los intereses de EE UU. Al hacerlo también dará la razón a los republicanos, que no creen que él necesitase las nuevas legislaciones que intentaba negociar en el Congreso, sino que basta con tener voluntad política para aplicar las leyes existentes.

Trump, por su parte, propone desmantelar el mensaje hospitalario que se ha extendido por el mundo con el Gobierno de Biden mediante redadas masivas, campos de concentración en la frontera, deportaciones en caliente, expandir la construcción del muro, vetar el asilo político y restringir la ciudadanía estadounidense, a la que ya no tendrían derecho los hijos de indocumentados nacidos en EE UU. Medidas radicales que aprueban los que le votan por su mano dura.

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