Biden se enfrenta a un nuevo escollo con el proceso contra su hijo por poseer armas

La primera dama, Jill Biden, se sentó en primera fila de la sala del tribunal, en muestra de apoyo a su hijastro, mientras que el presidente Joe Biden expresó públicamente su respaldo como padre mediante un comunicado, señalando profesar un «cariño ilimitado», así como «confianza y respeto por su fortaleza».

El juicio, que se espera tenga una duración de entre tres y seis días, pondrá el foco en los peores momentos de la vida de Hunter Biden, incluidas su toxicomanía y sus relaciones personales. Temas también como la relación, aún casado, con su cuñada, viuda de su hermano Beau Hunter, fallecido en 2015 tras una dolorosa batalla contra el cáncer cerebral. Está previsto que las madres de cinco de los nietos del presidente declaren como testigos en su contra.

Hunter Biden, que se manifiesta inocente de los cargos, adujo que el Departamento de Justicia le acosaba injustamente después de que los republicanos denunciaran un acuerdo ya extinto como trato especial para el hijo del presidente demócrata.

El hijo de Joe Biden se enfrenta a otro juicio separado en California en septiembre, por el impago de 1,4 millones de dólares en impuestos. Pocas semanas después de la victoria electoral de su padre sobre Trump, el 9 de diciembre de 2020, Hunter Biden confirmó públicamente que sus «asuntos fiscales» estaban siendo investigados.

El proceso por la posesión ilegal de un arma se celebra pocos días después de que Donald Trump, candidato presidencial republicano para los comicios de noviembre, fuera declarado culpable de 34 delitos graves en Nueva York la semana pasada. Aunque no existe ninguna relación entre los dos casos penales, su proximidad acentúa el papel central de los tribunales durante la campaña de 2024, como extensión de la contienda política por otros medios.

El sumario contra Hunter Biden supone un triunfo para los republicanos, que desde 2018 han tratado de crear un caso político contra el hijo del líder demócrata para tratar de vincularle a una controvertida asociación con empresas comerciales ucranianas, chinas y rumanas.

Los republicanos del Congreso y el expresidente Donald Trump han acusado a Hunter de tráfico de influencias y de corrupción con pruebas falsas asociadas con la inteligencia rusa difundidas por un exinformante del FBI detenido en febrero.