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Aumenta la conflictividad entre las dos Coreas. Si no fueran suficientes los mensajes de la última semana del líder del norte, Kim Jong-un, aprestando a su ejército a prepararse ante una eventual guerra nuclear, este viernes ordenó sorpresivamente un ensayo balístico con el lanzamiento ... de nada menos que 200 misiles. Los proyectiles cayeron al mar Amarillo, en la denominada zona de amortiguamiento o 'tierra de nadie' entre los dos países vecinos, pero desató la alerta en Seúl, que ordenó evacuar a los 7.000 habitantes de dos islas.
Más tarde, el Gobierno surcoreano activó unas maniobras navales con fuego real como respuesta al despliegue artillero de los norcoreanos. Las operaciones ponen cada vez más alto el nivel de tensión en estas aguas. De hecho, China intervino este viernes e instó a los dos países a «mantener la moderación», así como a propiciar las condiciones para «la reanudación de un diálogo serio», según informó el Ministerio de Exteriores.
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Los ejercicios de su vecino septentrional fueron calificados por el Gobierno surcoreano como «actos de provocación que amenazan la paz». De hecho, el Ejecutivo ordenó trasladar a los refugios a la población de las dos islas más próximas al lugar donde impactaron los misiles. Agolpados en los búnqueres antiaéreos, numerosos vecinos de Yeonpyeong –de 8 kilómetros cuadrados de extensión y más de 2.100 habitantes– esperaban anoche a que terminase el ejercicio artillero y las maniobras navales de respuesta. La historia se repetía en Baengnyeong –de unos 47 kilómetros cuadrados y casi 5.000 residentes–. Los dos territorios se ubican a sólo 10 y 20 kilómetros del litoral norcoreano.
Las ráfagas de artillería cayeron dentro de una zona disputada durante mucho tiempo entre ambos bandos. La frontera de facto trazada por Naciones Unidas –la Línea Límite del Norte– se ha convertido en el colchón de todos los misiles lanzados en los simulacros militares de Kim Jong-un. Esta secuencia de maniobras no se había registrado desde 2018 cuando ambos países firmaron un acuerdo castrense, del que Kim se desligó en noviembre. «Toda la responsabilidad de una crisis recae sobre Pioyang e instamos a su cese inmediato», declaró este viernes el portavoz del Estado Mayor del Sur, el coronel Lee Sung Jun.
El ministro de Defensa, Shin Won Sik, dijo que las fuerzas deben estar «preparadas» para hacer frente a las «provocaciones temerarias» del Estado vecino. «Nuestro ejército tiene que estar equipado y mostrar una postura de represalia para que el enemigo nunca más intente llevar a cabo este tipo de actos», indicó. Después de los disparos, el Ejecutivo alertó de que las autoridades del Norte también han empezado a reconstruir con hormigón sus puestos de control –destruidos en 2018 tras el pacto– en la Zona Desmilitarizada establecida entre las dos Coreas.
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