El presidente surcoreano se aferra al poder pese a estar cada vez más solo

Este equipo pretende interrogarlo por sus cargos de rebelión y abuso de poder. Según la Oficina de Investigación de Corrupción para Funcionarios de Alto Rango, han intentado entregar este lunes una citación a los miembros de la Oficina del Presidente pero estos se han negado a aceptarla.

La Corte Constitucional dispone de un plazo de seis meses para ratificar la destitución. Si se confirma tras finalizar la revisión del caso, se tendrán que celebrar elecciones en un plazo de dos meses. El proceso para juzgar al presidente ha iniciado este mismo lunes con la primera audiencia. El juicio político estará presidido por Jeong Hyeong-sik, el único de los magistrados que fue designado por el propio Yoon Suk-yeol, según informan los medios locales. Cuando lo nombró para el cargo en noviembre del año pasado, la Oficina del Presidente aseguró que es «un juez con gran reputación por sus amplios principios legales y su conducta procesal justa». En 2013 condenó a dos años a la cárcel a la exprimera ministra Han Myeong-sook por haber recibido financiación ilegal.

Mientras tanto, la oposición ha instado al alto tribunal a que «confirme la destitución del presidente lo antes posible». Así lo ha solicitado Lee Jae-myung, líder del Partido Demócrata, con el fin de «minimizar la agitación nacional y aliviar el sufrimiento de la población». Sin embargo, no se sabe cuánto tiempo tardará en deliberar el Constitucional. Las manifestaciones masivas que han tenido lugar en distintas ciudades para exigir la renuncia del presidente dejan entrever la grave crisis política en la que está sumida el país. En estos momentos, el primer ministro Han Duck-soo es quien asume las labores presidenciales de manera interina.

El destierro político de Suk-yeol es cada vez más evidente a medida que la cúpula del oficialista Partido del Poder Popular se desmorona, a pesar de afirmar que jamás dimitiría por voluntad propia. A la 'traición' que le hicieron sus diputados en la moción de censura se le suma ahora la dimisión del líder de la formación, Han Dong-hoon. Ha renunciado al cargo durante una rueda de prensa en la que se ha disculpado con «todas las personas que han sufrido la ley marcial de emergencia». Al mismo tiempo, ha pedido perdón por «no haber podido encontrar el mejor camino para el país a pesar de hacer todo lo posible».

Asimismo, Han Dong-hoon ha aplaudido a las personas que salieron a la calle para protestar contra «la ilegal ley marcial del presidente elegido por nuestro partido» y que «defendieron la Constitución y la democracia». La noche del 3 de diciembre tuvo miedo de que «se produjera un derramamiento de sangre entre nuestros ciudadanos y los soldados en las calles» si no hubieran levantado la medida.