Mohamed Mokhber, el candidato continuista mejor colocado para la sucesión

En las elecciones de 2021, el Consejo de Guardianes, órgano encargado de seleccionar a los candidatos, vetó a todos los reformistas y los seleccionados fueron Raisi; Mohsen Rezai, excomandante de la Guardia Revolucionaria y exsecretario del Consejo de Discernimiento; Abdolnaser Hemmati, gobernador del Banco Central y la única cara ligeramente próxima al sector moderado del régimen, y Amir Hossein Ghazizadeh, responsable de la Fundación de Mártires y Veteranos y actual segundo vicepresidente.

El mayor reto para las autoridades será motivar al electorado y elevar la participación, sobre todo si finalmente todos los candidatos son del ala conservadora. En las recientes elecciones legislativas el dato oficial de participación fue del 40%, una cifra que los dirigentes querrán aumentar porque para ellos la alta participación es sinónimo de apoyo al sistema.

En medio del luto oficial de cinco días decretado por el Líder Supremo comienzan a surgir los nombres de los futuribles candidatos para la presidencia. El primero de ellos es el de Mohamed Mokhber, hasta ahora número dos de Raisi, a quien le corresponde ocupar el cargo de manera interina hasta los próximos comicios.

Mokhber, de 69 años, es abogado y durante catorce años estuvo al frente de Setad, la todopoderosa entidad creada por Jomeini para gestionar y vender propiedades abandonadas en los caóticos años posteriores a la Revolución Islámica de 1979. Según la cadena PressTv, puede ser uno de los elegidos.

Otro nombre que aparece en los medios es el de Mohamed Baqer Ghalibaf, alcalde de Teherán entre 2005 y 2017 y actual portavoz del Parlamento. Este político etiquetado de tecnócrata ha intentado en varias ocasiones desde 2005 acceder a la presidencia, pero no ha tenido éxito. Excomandante de la Guardia Revolucionaria en la guerra contra Irak, si se postula no será fácil dejarle fuera de los elegidos para el Consejo de Guardianes, aunque recientemente sus opositores le han relacionado con varios casos de corrupción.

La gran duda es saber qué decidirá el régimen sobre el bando reformista. Entre los descartados en 2021 estaban las dos figuras que se presentaban como los grandes rivales a batir por Raisi: el vicepresidente del país Eshaq Jahangiri, baza principal de los reformistas, y Ali Larijani, expresidente del Parlamento, considerado como uno de los dirigentes con más apoyo dentro del ala moderada del régimen iraní.

Ambos fueron vetados, como lo fue el expresidente Mahmoud Ahmadineyad, dirigente ultraconservador que estuvo al frente del gobierno entre 2005 y 2013 y que en numerosas ocasiones ha mostrado su voluntad de volver a liderar el ejecutivo.