Secciones
Servicios
Destacamos
El régimen iraní tenía la fecha del primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini marcada en rojo y ordenó un despliegue espectacular de fuerzas de seguridad en las principales ciudades del país para evitar protestas. En el Kurdistán iraní se vivió una jornada de ... huelga general, la Policía cerró los accesos al cementerio donde está enterrada la joven y detuvo por unas horas a su padre, a quien le impusieron más tarde arresto domiciliario.
Un año después de morir a manos de la Policía de la Moral, el espíritu de Amini sigue muy vivo y, pese a la fuerte represión de los últimos meses, el régimen temía un nuevo estallido de violencia. Los medios oficiales informaron del arresto de varios «contrarrevolucionarios» y «terroristas» durante la jornada y dijeron que las fuerzas de seguridad «frustraron complots para crear disturbios en torno a manifestaciones ilegales».
Noticia Relacionada
A Amini, de 22 años, le detuvieron por no llevar bien el velo y su muerte provocó la mayor oleada de protestas en los 44 años de la república islámica. Fue un movimiento social que se extendió por todo el país, pero que se fue apagando por la opresión y la falta de liderazgo. Cientos de manifestantes fueron abatidos, según diferentes organizaciones de derechos humanos, y hay miles de detenidos en las prisiones. La gran diferencia respecto a protestas anteriores es que en esta ocasión ha generado un movimiento de desafío entre las mujeres y muchas salen ahora a la calle sin cubrirse la cabeza, como ordena la ley. Se enfrentan a multas y detenciones, pero no dan marcha atrás en un tema que es una línea roja para el sector más conservador del régimen.
En redes sociales se difundieron imágenes de protestas en lugares como Teherán, Karaj, Rasht o Tabriz, pero el fuerte despliegue de fuerzas hizo imposible que las movilizaciones fueran a más. La restricción al acceso a Internet complicó la difusión de vídeos y fotografías en redes. La presencia masiva de agentes armados convirtió partes enteras de la capital en zonas militarizadas.
Los iraníes de la diáspora convocaron movilizaciones en 70 ciudades de todo el mundo bajo el eslogan: 'Mujeres, vida, libertad', el mismo que empleaban en Irán. En Estambul un pequeño grupo de mujeres se juntó en la parte asiática de la localidad en medio de un increíble despliegue de seguridad. Cada vez que los grupos feministas salen a la calle hay tensión con las autoridades islamistas y esta vez se restringió el acceso para permitir la entrada exclusiva a mujeres turcas. Lo mismo ocurrió con la prensa, sólo se autorizó el paso a periodistas locales. Las acreditaciones del Ministerio de Información no sirvieron de nada. La Policía controló el acceso persona a persona y retiró los carteles que le parecieron ofensivos.
Los iraníes que se acercaron tuvieron que quedarse fuera del recinto acordonado. Eran mayoritariamente mujeres y portaban fotografías de Amini con un texto que rezaba: «Asesinada por la república islámica». «No quieren que pasemos, no quieren mostrar al mundo que somos muchos en Turquía porque son amigos del régimen, no hay derecho», era la protesta generalizada en los accesos a la pequeña plaza frente al puerto de Kadikoy. Con el paso de los minutos, los iraníes comenzaron a gritar «azadi, azadi!» (¡libertad, libertad!, en farsi) y las fuerzas del orden intervinieron de inmediato para dispersarles. En pocos minutos la protesta quedó reducida a unas pocas decenas de mujeres turcas rodeadas de un ejército de policías.
Mientras la tensión se apoderaba de las calles de Irán, en el Ministerio de Exteriores criticaron las «acciones ilegales y poco diplomáticas» de los países occidentales, en un comunicado de condena por las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos, el Reino Unido, la UE, Canadá y Australia con motivo de este aniversario. El presidente, Ebrahim Raisi, aprovechó la jornada para viajar a Mashad para reunirse con familiares de agentes de seguridad muertos durante la ola de protestas, informó la agencia oficial Irna.
Teherán también quiso eclipsar la repercusión mediática del aniversario con un anuncio que afecta a su programa atómico. Los iraníes decidieron prohibir a alrededor de un tercio de los inspectores más experimentados de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) supervisar las plantas nucleares del país.
Rafael Grossi, director general del organismo internacional, dijo que la decisión dañará la capacidad de la organización para «ofrecer garantías creíbles de que el material y las actividades nucleares en Irán tienen fines pacíficos». El diplomático argentino condenó lo que calificó de «medida unilateral desproporcionada y sin precedentes que afecta la planificación y realización normal de las actividades de verificación de la agencia en Irán y contradice abiertamente la cooperación que debería existir».
Los iraníes defienden que este tipo de medidas son reversibles y que darán marcha atrás en cuanto se levanten las sanciones impuestas de forma unilateral por Donald Trump en 2018, pese a que ellos cumplían entonces el acuerdo pactado en 2015 durante la presidencia de Barack Obama.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.