Bangladés emite una orden de detención contra la ex primera ministra Sheij Hasina

El Tribunal de Crímenes Internacionales ha emitido esta providencia junto a la orden de arresto de otros 45 altos cargos de su gabinete, algunos de ellos miembros del partido Liga Awami, presuntamente implicados en estos delitos. Todos ellos deben personarse en el juzgado antes del 18 de noviembre, pero Hasina ha declarado que únicamente volverá a Bangladés cuando se convoquen elecciones.

Los estudiantes exigían la supresión de un sistema de cuotas que reservaba el 30% de los empleos públicos a las familias de las personas que lucharon por la independencia de Pakistán en 1971. A pesar de que el Tribunal Supremo atendió las exigencias de los manifestantes, la dura contestación del Gobierno de Hasina hizo que las protestas continuaran.

Las autoridades decretaron el toque de queda y el corte total de internet durante los peores momentos de la violencia en las calles, pero estas restricciones no impidieron la aparición de imágenes de cargas de la Policía junto a miembros afines al ala estudiantil del partido gobernante atacando a los manifestantes con armas de fuego, machetes e incluso usando vehículos para cometer atropellos.

Sheij Hasina, de 76 años, era la primera ministra que más tiempo acumulaba en el cargo, dividido en dos etapas, la primera desde 1996 a 2001 y la segunda desde 2009 hasta su dimisión y huida a principios de agosto.

Es hija de Sheij Mujibur Rahman, considerado fundador de Bangladés, de quien heredó la legitimidad del partido. Comenzó su carrera política en las revueltas callejeras que precedieron a la guerra de independencia. Sobrevivió al golpe de Estado de 1975 perpetrado por oficiales del ejército que asesinaron a toda su familia. Sólo se salvaron Hasina y su hermana porque se encontraban en Europa, y ella no tardó en asumir el mando de la formación.

Su último periodo al frente del Ejecutivo estuvo marcado por el autoritarismo. Detenciones de opositores, ejecuciones extrajudiciales, acusaciones de fraudes electorales y amenazas a periodistas para que no publicaran informaciones contra el Gobierno son algunas de las acusaciones que pesan sobre su gabinete. Aunque este mandato también supuso avances en desarrollo y crecimiento económico.