Las pandillas de Haití la emprenden a tiros con los aviones comerciales estadounidenses

El recién elegido jefe de Gobierno de Haití, Alix Didier Fils-Aimé, ha condenado «en los términos más enérgicos» estas acciones. En un comunicado publicado por la oficina del mandatario en su perfil de Facebook, ha lamentado «estos actos criminales» que han provocado la suspensión de todos los vuelos locales e internacionales. El primer ministro ha ordenado a la Policía que recupere el control del aeropuerto y sus alrededores. Asimismo, ha renovado su compromiso para «garantizar la seguridad de las vidas, los bienes y todas las infraestructuras, tanto privadas como públicas». En marzo, las pandillas ya habían forzado el cierre del aeródromo de la capital tras una fuga masiva de prisión.

El pasado lunes tres aviones estadounidenses fueron tiroteados por las bandas criminales. La aerolínea Spirit Airlines denunció en un comunicado que una de sus aeronaves fue alcanzada por las balas cuando aterrizaba en Puerto Príncipe. El vuelo fue desviado a República Dominicana y una azafata sufrió «lesiones leves». La compañía JetBlue Corp notificó otro disparo recibido por uno de sus aviones procedente de Nueva York. El tercer aparato, perteneciente a American Airlines, fue alcanzado por las balas a primera hora del jueves.

Esta situación ha obligado a Washington a ordenar durante un mes la prohibición de todos los vuelos con destino a Haití, por los «riesgos de seguridad de vuelo asociados con la continua inestabilidad» de una nación atrapada en una furiosa guerra de pandillas. Se estima que residen en Estados Unidos más de un millón de personas con ascendencia haitiana, casi la mitad en la península de Florida, y los vuelos diarios al país caribeño tienen un precio que ronda los 400 dólares.

Médicos Sin Fronteras ha acusado a las fuerzas de seguridad haitianas de ejecutar a dos pacientes que viajaban en una ambulancia de la organización. Según su relato, agentes de Policía detuvieron el vehículo que transportaba a tres heridos de bala y dos de ellos fueron asesinados. El director general de la ONG, Adhanom Ghebreyesus, ha denunciado esta actuación. «Es escandaloso y atroz. La salud no es un objetivo», ha expresado en su perfil de X.

En el tercer trimestre del año, más de 1.200 personas han muerto y otras 522 han resultado heridas por la violencia de las bandas armadas, lo que eleva a 4.900 las víctimas mortales registradas en lo que va de 2024, según un informe de Naciones Unidas, en medio de un repunte de la inseguridad en el país caribeño. Más de 700.000 personas han huido de sus hogares en Haití y se estima que más de cinco millones de ciudadanos pasan hambre, la mitad de su población.

Pese a la presencia desde junio de efectivos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, liderada por Kenia y con el aval de la ONU, la violencia no cesa en Haití. De los 3.000 soldados prometidos para la iniciativa actualmente sólo han llegado 430 militares al suelo haitiano.

Haití lleva sin celebrar elecciones democráticas desde 2016, cuando fue elegido presidente Jovenel Moïse, a quien un grupo armado asesinó a sangre fría mientras dormía a principios de julio de 2021. Desde entonces el país no tiene jefe de Estado y vive una crisis política y social.