Varios de los detenidos por un asalto a una cadena de televisión en Ecuador Afp

El país donde los presos tienen las llaves de la cárcel

Las bandas del narcotráfico en Ecuador se reparten el control de los presidios, desde donde dirigen su negocios y desafían al Gobierno

Miércoles, 10 de enero 2024, 22:21

En las cárceles de Ecuador, los narcotraficantes tienen las llaves de sus celdas. Organizan fiestas, montan piscinas... tienen de todo y de todo venden al resto de la población penitenciaria. Y, además, diseñan y dirigen sus negocios delictivos. Durante la pandemia de covid-19, el ... Estado perdió el control de las cárceles. Dio un paso atrás y ese espacio vacío lo ocuparon los delincuentes, que ahora han convertido los presidios en un coto privado desde el que, como se comprueba estos días, se atreven a echarle un pulso al propio Gobierno del país, que, desbordado, ha decretado el estado de excepción.

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Ecuador, situado entre Colombia y Perú, grandes productores de cocaína, era no hace tanto un país tranquilo. Hoy supera los 45 homicidios por cada cien mil habitantes, más que México y Colombia. El narcotráfico ha ido apartando al Estado en un país sin moneda propia –tras un proceso de dolarización– en el que todo son facilidades para el blanqueo de dinero. A ese cóctel explosivo se la añade la corrupción institucional. Ecuador se ha convertido en un autopista por la que circula la droga procedentes de los cárteles mexicanos que acaba en Estados Unidos y Europa.

Y las cárceles, dominadas por el crimen organizado, son las grandes oficinas de este negocio. En ese hábitat hacen lo que quieren. Incluso, fugarse. Como hizo el domingo Adolfo Macías Villamar, alias 'Fito', uno de los criminales más peligrosos del país y el líder de Los Choneros, una banda dedicada a la droga, la extorsión, el crimen y el contrabando que está vinculada con el cartel mexicano de Sinaloa. Con el país metido en una guerra civil entre el Estado y el narcotráfico, 'Fito' decidió irse del presidio de Guayaquil desde donde manejaba su negocio.

No es la primera vez. También se fugó en 2013 de La Roca, una cárcel de alta seguridad, navegando en un bote por el río Daule. Tres meses después fue capturado. Entre rejas de nuevo, se licenció en Derecho y continuó con su actividad delictiva al frente de su banda. Desde el domingo está en busca y captura, como uno de sus rivales, Fabricio Colón Pico, miembro destacado de Los Lobos, organización relacionada con el cartel Jalisco Nueva Generación. Esta segunda fuga se produjo apenas unas horas después de la de 'Fito'. Como si también tuvieran, además de las llaves de su celda, las del presidio.

Celdas de lujo

Las Penitenciarías del Litoral y la Regional, un complejo donde permanecen recluidos diez mil presos –la cuarta parte de la población reclusa de Ecuador– está bajo control de los detenidos. De siete bandas, además de Los Choneros: Lobos, Latin Kings, Chone Killers, Águilas, Fatales, Tiguerones y la Mafia. Cada una tiene su zona. Los Choneros mandan en los tres pabellones de la Regional. Los otros grupos criminales se reparten los doce pabellones de Litoral.

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La policía les deja hacer. Dentro, todo tiene precio. Hay puestos de venta de comida, apuestas, venta de armas, drogas, alcohol... Con dinero, un preso puede acceder a una celda para él solo. Alguna, con aire acondicionado, cuesta más de 1.300 euros al mes. Los reclusos sin fondos se hacinan en calabozos donde duermen hasta diez personas. En los pabellones hay escaramuzas por el control de las instalaciones. Esa lucha se ha trasladado al exterior. Desde la cárcel se dan las órdenes para extorsionar, asesinar, secuestrar y mover la droga. Los presos tienen las llaves de las celdas y quieren las del país.

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