Maduro envía al ejército a la frontera con Colombia para ayudarle a acabar con la ola de violencia

El presidente colombiano, Gustavo Petro, informó que había hablado con Maduro por la crisis y se habían autorizados vuelos de ambos lados fronterizos y ordenado un plan conjunto de erradicación de bandas armas en la frontera. Al mismo tiempo, el Gobierno de Bogotá anunció operaciones ofensivas en la región de Catatumbo, fronteriza con Venezuela, donde el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las antiguas FARC han desatado la mayor ola de violencia de los últimos años. No en vano, en los últimos ocho días, estas organizaciones han dejado unos 80 muertos, un centenar de secuestrados y alrededor de 36.000 desplazados, la mayoría indígenas y campesinos.

La medida coincide con las primeras maniobras militares organizadas en la misma zona por Maduro, cuya reelección como presidente de Venezuela ha sido considerada fraudulenta por Occidente. En su discurso, en Fuente Tiuna, la instalación militar más grande del país, el líder chavista volvió a atacar al expresidente de Colombia, Álvaro Uribe: «Muy importante, precisamente en el arranque de estos ejercicios en el combate a estos grupos delincuenciales financiados con droga desde Colombia por el paramilitar Álvaro Uribe, uno de sus cuadros principales, que ellos han protegido por años y convertido en uno de sus héroes. Ya se informará qué ha sucedido porque tenemos que liberar todo el territorio nacional».

Maduro, que ha declarado «enemigos públicos» a Uribe y al también expresidente Iván Duque, invitó a los militares a «partir los dientes de cualquier grupo que pretenda entrar». Duque y Uribe habían hecho un llamamiento a la comunidad internacional para efectuar una intervención en Caracas que consiguiera sacar al líder chavista del Palacio de Miraflores.

Mientras tanto, el miedo consume al municipio de Tibú, al nordeste de Colombia, una semana después de ser el origen de la grave crisis en Catatumbo. Los desplazados aumentan, la ayuda humanitaria es escasa, y el ELN y la disidencia amenaza con más violencia. Petro, que ha realizado una gira por Haití, criticada por la oposición al considerarla inoportuna ante el horror que se vive en su propio país, intenta encontrar la vía para firmar el decreto de conmoción interior que permita declarar una emergencia económica, militar y humanitaria para la región.

La situación en esta zona del nororiente de Colombia, que ha reventado los planes de Paz Total pretendida por Petro, ha llevado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a través del delegado de la Alta Parte Contratante del Acuerdo de Paz, Diego Tovar, a dudar de la estrategia que hasta ahora el presidente ha seguido para lograr la reconciliación: «De no corregir la forma de implementar la política de Paz Total se convierte en un grave riesgo para la implementación del Acuerdo de Paz», que fue firmado en 2016.

Tovar indicó que Catatumbo sufre la crisis humanitaria más grande que se ha producido en Colombia desde la firma del Acuerdo. Advirtió que «las comunidades y pueblos étnicos, mujeres, comunidades campesinas y signatarios, son los más afectados por la reconfiguración de actores armados, todos ellos en diálogo con el Gobierno Nacional».

El delegado alertó sobre el aumento de la impunidad en cuanto a los asesinatos de firmantes, igual que sucede con los crímenes de líderes sociales, y recalcó que en todo proceso de diálogo se debe garantizar la seguridad de la población civil. A la condena por la violencia del ELN también se ha sumado la Unión Europea.