El jefe de seguridad de Lula dimite por su posible vinculación con el asalto golpista

Aunque no hay indicios de una involucración directa del general con la rebelión, la pasividad que muestra en el vídeo genera la sospecha de que podría estar relacionado con los rebeldes para otra acción de futuro que continuaría desgastando al Gobierno de Lula, algo que Gonçalves Dias ha negado alegando que lo que realmente estaba haciendo era indicando la salida a los vándalos hacia una zona donde iban a ser arrestados.

Más conocido como GDias, el militar explicó a la cadena Globo News que había entrado en Planalto después de que fuera asaltado y que estaba sacando a la gente del tercer y cuarto piso para que pudieran ser arrestados en el segundo. No hay señal de que estuviera involucrado, pero la resistencia del GSI a entregar las grabaciones solicitadas de forma reiterada por Lula llevaron al presidente a convocar una reunión de urgencia con sus hombres de mayor confianza y a la aceptación de la renuncia de Gonçalves Dias. Otras fuentes aseguran que las cintas habían sido ya vistas por parlamentarios de Bolsonaro. A mediados de enero, en una reunión con la prensa, Lula repitió varias veces que quería ver todas porque estaba convencido que las puertas del palacio fueron abiertas para los invasores.

El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, ha declarado al diario 'Folha de S.Paulo' que el caso de GDias es un acto que necesita ser clarificado. «Siempre he defendido que todo aquel que directa o indirectamente han contribuido a la práctica de actos lesivos a la democracia deben responder por los mismos».

La líder del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, emitió, por su parte, un comunicado a través de Twitter en el que afirma que los agentes grabados con los invasores de Planalto pertenecían al Gobierno de Jair Bolsonaro, cuyo GSI era dirigido por el general Heleno, y no habían sido sustituidos. «El general Gonçalves Dias se marcha, pero continúan las investigaciones», sostiene.

El general Gonçalves Dias era un hombre de confianza del presidente, como demuestra el hecho de que también había sido su jefe de seguridad durante el primer mandato, entre 2003 y 2010. Retirado del Ejército y con 73 años, Lula lo fichó para su nuevo gabinete con la misión de asesorarle en temas de defensa y seguridad, además de para encargarse de su seguridad personal.

Lo que nadie pone en duda en Brasil tras unas imágenes impactantes, en las que también se puede observar cómo otros agentes del GSI ofrecen agua a los manifestantes, es que GDias perdió el control de la situación el 8 de enero y que hoy el Gabinete de Seguridad Institucional tiene que ser no solo investigado, sino también renovado lo antes posible. La dimisión ha provocado que los principales ministros se hayan mostrado interesados en la puesta en marcha de una comisión que investigue todos los actos antidemocráticos.