Ecuador sofoca los motines en sus cárceles y libera a todos los rehenes tomados por los presos

El anuncio de la operación llevada a cabo de forma conjunta por la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas del país lo realizó en un mensaje en redes sociales el propio presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, quien confirmó la liberación de la totalidad de los rehenes que desde inicios de la semana pasada permanecían retenidos en los centros penitenciarios de Azuay, Cañar, Esmeraldas, Cotopaxi, Tungurahua, El Oro y Loja.

Los motines en estas prisiones se habían convertido en el foco de la crisis de violencia iniciada en el país el pasado martes con una serie de atentados y acciones que incluyeron el asalto de un grupo armado a un canal de televisión, lo que llevó al Gobierno a declarar la «guerra» contra estas bandas de delincuentes, a las que cataloga como grupos terroristas.

Los presos de estas cárceles llegaron a tener a cerca de 180 rehenes entre guardias y personal administrativo, que comenzaron a ser liberados a cuentagotas en los días siguientes al estallido de la crisis hasta que en la madrugada del sábado se consiguió la liberación de los cerca de 150 que aún permanecían retenidos.

Los funcionarios tomados como rehenes y sus familias han vivido cinco días de angustia y desesperación que finalmente se han saldado con al menos cuatro muertos, entre ellos un guardia y tres reclusos.

La presidencia de Ecuador también informó ayer que desde el 9 de enero, cuando se declaró el «conflicto armado» con las bandas criminales, han sido detenidas en el país 1.105 personas, de las cuales 94 están acusadas de terrorismo. En esos cinco días se han realizado 10.478 operativos de la Policía y de las Fuerzas Armadas en el marco del denominado 'Plan Fénix' en los que han sido desarticulados 28 «grupos terroristas».

El balance incluye además cinco «presuntos terroristas» abatidos, 27 presos capturados tras fugarse de las cárceles y dos policías fallecidos.

Asimismo, desde el martes pasado hasta ayer se han registrado 21 atentados, ocho de ellos contra infraestructuras policiales y otros 13 contra instalaciones públicas y privadas. Y se han incautado 413 armas de fuego, 224 armas blancas, 338 explosivos, 8.700 cartuchos de munición, más de 4.200 kilos de droga, 14 embarcaciones, 324 vehículos y 160 motocicletas.

Esta oleada de violencia se inició al conocerse la intención del Gobierno de Noboa de poner en marcha su plan para recuperar el control de las cárceles, muchas de ellas dominadas por bandas criminales que han protagonizado desde 2020 una serie de masacres dentro de las prisiones con más de 460 presos asesinados. Para ello el presidente busca aislar a sus líderes hasta que estén construidas dos nuevas prisiones de máxima seguridad con capacidad para más de 3.000 presos.