Ecuador prolonga el estado de excepción en cinco provincias para luchar contra las bandas armadas

Ecuador vive una crisis de seguridad que se hizo latente cuando en las elecciones celebradas en 2023, los candidatos vestían chalecos antibalas para no acabar tiroteados como otros gobernantes de municipios del territorio. En enero empeoró la situación y saltaron todas las alarmas por el asesinato de un fiscal que investigaba la delincuencia organizada en el país. Desde que llegó a la presidencia el pasado año, Noboa ha hecho de la lucha contra la delincuencia su bandera. Emitió el pasado 8 de enero una declaratoria de estado de excepción para todo el país que estuvo vigente durante 60 días y en marzo, prorrogó otros 30 días. Además, en enero declaró la existencia de «un conflicto armado interno» y designó como terroristas a 22 organizaciones criminales. El 7 de abril reconoció la persistencia del «conflicto armado interno».

En apenas una década el país ha cambiado radicalmente en lo que a seguridad se refiere. Ecuador era conocido como un país relativamente seguro en Sudamérica, pero entre 2022 y 2023, la tasa de homicidio se ha disparado a 25,6 por cada 100.000 habitantes, cuatro veces más que en 2016, colocándose a niveles similares a los de Colombia y México, principales exponentes de la violencia y el crimen de los cárteles del narcotráfico.

La razón de este aumento ha sido el auge de las pandillas ecuatorianas en el mercado de la droga latino, no solo como productor de cocaína, sino como vía para transportar de Colombia la droga a México para que después recale en Estados Unidos, principal comprador. Aunque en los últimos años el mercado se ha expandido hasta tal punto que, según la ONU, organizaciones extranjeras operan en el país sudamericano para suministrar el mercado europeo. Según los analistas de la organización, criminales mexicanos, bandas urbanas brasileñas, incluso mafia italiana y albanesa, colaboran con los grupos delictivos ecuatorianos, impulsando el conflicto.

El narcotráfico es el mayor problema que engloba los mayores problemas de inseguridad del país, pero Ecuador también forma parte de la larga ruta de migrantes que viajan desde el sur del continente hacia Estados Unidos. Debido a la importancia de las organizaciones criminales, el control de las cárceles por parte de las bandas cada vez es más visible. Los presos tienen todo tipo de lujos para poder seguir trabajando desde dentro de prisión. Al problema de las bandas se le suma la constante tensión social y política, en la que cada crisis termina por destruir el Gobierno. La complicada situación económica fuera de la capital con minerías ilegales no ayuda a que los jóvenes vean las bandas como el único billete para salir de la pobreza estructural del territorio.

La medida de excepción impuesta por Noboa ha sido muy criticada en el país por la posición en que deja a la ciudadanía, insegura por las bandas y por los militares que pueden entrar en sus casas sin permiso, pero ha brindado varios arrestos. Escasos días antes de implementar la ley se detuvieron en Pedernales a ocho presuntos extorsionadores y el pasado 30 de abril, los cuerpos de seguridad han conseguido arrestar a un supuesto integrante del grupo terrorista Los Lobos en la provincia de Manabí.

El hombre, alias 'Santi', viajaba junto con otras dos personas. Los agentes detuvieron el coche en el que encontraron 23 bolsas de marihuana, cinco teléfonos móviles y 8.000 dólares en billetes.