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Dagoberto Escorcia
Viernes, 30 de diciembre 2022
El fallecimiento del mayor ídolo de Brasil, el futbolista Pelé, ha empañado la ceremonia de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva, elegido por tercera vez como presidente del sexto país con mayor número de habitantes (más de 212 millones) y el quinto de mayor ... extensión (8.515.767 kilómetros cuadrados). La última decisión del presidente saliente, Jair Bolsonaro, fue dictar tres días de luto por el considerado el mejor futbolista del mundo que falleció a los 82 años el pasado jueves.
El duelo por Pelé, cuyo funeral está previsto para el próximo miércoles 3 de enero, se sumó a la tensión que vive la capital federal por el temor a que se produzca un atentado o que partidarios bolsonaristas realicen actos antidemocráticos en un intento de frenar o boicotear la ceremonia de posesión de Lula, a la que asistirán 30 jefes de Estado y tendrá una participación de cerca de 300.000 personas. Las sensaciones de que algo violento puede ocurrir han llevado a la delegación de seguridad del nuevo presidente a aconsejar a toda su familia a que no salga del hotel en ningún momento para evitar cualquier altercado.
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En su intento de impedir la inestabilidad y el miedo a la violencia, el Gobierno de la capital federal ha previsto la movilización total de las fuerzas de seguridad, al mismo tiempo que prohibió la portación de armas desde el pasado miércoles hasta el 2 de enero, después que fuera detenido en las cercanías del aeropuerto un sujeto a punto de detonar una bomba y de encontrar armas en varios sitios de Brasilia. El detenido dijo que se había inspirado en un mensaje a favor de las armas de Bolsonaro. En total se calcula que ha sido movilizado el 100% de la policía de la capital, unos 8.000 agentes, en lo que se considera la mayor movilización en la toma de poder de un presidente.
Bolsonaro, que ha sido un claro defensor de las armas durante los años de su mandato, envió un mensaje a través de las redes sociales en el que se distanció de George Washington de Oliveira Sousa, el hombre detenido, y calificó de «acto terrorista» su intención de detonar un artefacto explosivo. Bolsonaro aprovechó las últimas horas como presidente para criticar los ministros nombrados por Lula, volvió a repetir que se siente perseguido por la prensa y el poder judicial, y defendió la ejecución de los actos antidemocráticos ejecutados por sus partidarios, que reclamaban el uso de la fuerza militar para evitar la posesión de Lula al considerar que las elecciones del pasado 29 de octubre fueron un fraude.
Para Bolsonaro, que se emocionó en su discurso de despedida, esas manifestaciones fueron pacíficas, espontáneas y solo obedecen a una petición de libertad y democracia. Bolsonaro también revocó la medida que prohibía la entrada a Brasil del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a petición del equipo de transición de Lula, y que databa de agosto 2019. De esta forma, Maduro podrá asistir a la ceremonia de posesión del líder del PT (Partido de los Trabajadores).
En el que será su tercer mandato como presidente de Brasil, Lula acabó de nombrar a los encargados de los 37 ministerios -15 más que los que tuvo en su comienzo el gobierno de Bolsonaro,- y en los que destacan la presencia de nueve ministerios cedidos a partidos de centro-derecha que, sobre el papel, le permitirán una mejor gobernabilidad.
«Empezamos el Gobierno trabajando porque necesitamos generar empleos, distribuir los ingresos y mejorar la vida del pueblo que está sufriendo», fue el mensaje lanzado por Lula a sus ministros. «Quiero que ustedes sean parte de la historia política de nuestro país. Nosotros tuvimos el coraje de asumir dirigir Brasil en una situación extremadamente delicada. Pongamos todo junto otra vez. Si nuestros ministros son tan optimistas como yo les digo que se preparen. Voy a viajar mucho por Brasil y vamos a trabajar mucho. Y espero que ustedes estén mucho más dispuestos que yo», añadió el mandatario que fue por primera vez presidente de Brasil, en el 2002, con el 61% de los votos, por segunda en 2006 ganando las elecciones a Geraldo Alckmin, el que ahora será su vicepresidente. Con 77 años vuelve ahora al Palacio de Planalto.
La mayoría de los ministros nombrados han manifestado su entusiasmo, las ganas de trabajar duro en este nuevo e importante desafío por rescatar y reconstruir a Brasil. Destaca entre los nuevos ministerios el de los Pueblos Indígenas, que ocupará Sonia Guajara, excoordinadora de la integración de los pueblos originarios: «Esta es una conquista colectiva de los pueblos indígenas y representa un momento histórico de principio de reparación en Brasil», manifestó. Las críticas principales se han centrado en el nombramiento de Waldes Góes para el ministerio de Integración Nacional, que fue condenado a prisión en 2019 por malversación de fondos. Góes siempre ha reiterado su inocencia alegando que «no hubo desvío de erario para terceros o fines personales, sino para pagar otros gastos de Estado».
Bolsonaro, que en su discurso dio la sensación de erigirse en líder de la oposición, señaló que «este Gobierno comienza cojo», y envió un mensaje optimista a sus votantes: «La batalla está perdida, pero no la guerra. Brasil no terminará el 1 de enero», concluyó.
Los actos de la ceremonia de la vuelta al poder de Lula están previsto que comiencen a las 13.45 horas de Brasil (17.45 en España) de este domingo en el interior del Congreso Nacional. El acto de la entrega del fajín al presidente se producirá, en principio, tres horas después en el Palacio de Planalto, en Brasilia.
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