Concluye con éxito la evacuación de 34 españoles atrapados en Sudán

«No ha habido ningún incidente en ningún momento. Todos los españoles, incluyendo el dispositivo militar, están fuera de Sudán», explicó Albares en Radio Nacional sobre una compleja misión de evacuación que comenzó el viernes en el aeropuerto de Yibuti con la participación de cuatro aviones del Ejército del Aire -tres Airbus A400 y el A330- que durante 48 horas se dedicaron al transporte de personal y material desde España.

La operación entrañó momentos de gran incertidumbre ya que los repatriados tuvieron que «desplazarse al punto de encuentro y nosotros teníamos que ir a buscarles en medio de la calle, donde cualquiera podía ser objetivo en un contexto bélico muy intenso, con combates dentro de la ciudad, incluso con aviones», detalló el ministro. Asimismo, explicó que una docena de compatriotas han decidido quedarse, aunque mantienen contacto con el Gobierno por si necesitaran ser sacados del país.

El riesgo de la operación se vio acrecentado ya que, una vez reunidos en la Embajada, el grupo tuvo que ser trasladado a una base militar a unos 16 kilómetros porque el aeropuerto de Jartum, la capital, está fuera de servicio. Unos 90 militares españoles con vehículos blindados RG-31 y efectivos de operaciones especiales escoltaron al convoy, en el que viajaban un centenar de personas, entre ellas el embajador, Isidro González, y el personal de la legación, que permanecerá cerrada hasta nuevo aviso. Una vez completado el recorrido, el contingente partió a Yibuti en un A400, desde donde los 34 españoles y 38 extranjeros pusieron rumbo de madrugada a Torrejón. El resto optó por quedarse para volver a sus países por otras vías.

En total, cerca de 200 militares de Tierra y Aire, con el apoyo de personal del Destacamento Orión en Yibuti, intervinieron en la evacuación. «Han hecho un trabajo excepcional, magnífico, como siempre, nuestras Fuerzas Armadas», destacó la ministra de Defensa, Margarita Robles, de visita oficial en Londres. El Rey Felipe VI y la Reina Letizia felicitaron, por su parte, al Gobierno, al Ejército, así como al embajador por «el éxito» de la misión.

Horas después, pasadas las diez de la noche, el secretario de Estado de EE UU, Anthony Blinken, anunció un alto el fuego de tres días entre el Ejército de Sudán y los paramilitares de las RSF. Para entonces, el Alto Representante de la Unión para la Política Exterior, Josep Borrell, había cifrado en más de 1.000 personas los ciudadanos de la UE que han sido repatriados del país, donde la ONU eleva a 420 los muertos y a 3.700 los heridos, si bien las autoridades elevan a 600 los fallecidos. Borrell envió asimismo un agradecimiento a Francia por evacuar a 21 diplomáticos de Bruselas.

También realizan rescates los gobiernos del Reino Unido, Alemania, Egipto, Jordania, Bélgica, Grecia, Italia, Países Bajos, Irlanda, India, China, Corea del Sur y EE UU, que ha movilizado varios barcos ante la posibilidad de evacuar a sus ciudadanos a través del mar Rojo, tras sacar ya al personal diplomático.

Drones estadounidenses escoltaron este lunes un convoy de 700 personas, entre ellos trabajadores extranjeros de Naciones Unidas, hasta la ciudad de Port Sudan para su posterior evacuación del país. «La organización no se está yendo de Sudán. Nuestro compromiso es con el pueblo, para apoyar sus deseos de un futuro seguro y en paz. Estamos con ellos en este terrible momento», aseguró el secretario general de la ONU, António Guterres, al matizar que continuarán trabajando, pero desde Estados vecinos «para reducir riesgos».

La situación en Sudán es extrema. Mientras los ataques entre ambos bandos no cesan, los productos más básicos escasean y cerca del 70% de los hospitales y centros médicos en las zonas afectadas por los combates han tenido que cerrar tras ser «bombardeados» una docena de ellos, según denunció el Comité Central de Doctores.