Borja Sémper comparece en Génova este lunes. EFE

El PP valora la recuperación de apoyos dentro de una apuesta a más largo plazo

«Revertir una tendencia de veinte años no se puede hacer de la noche a la mañana», insisten en Génova donde cargan contra Sánchez por ser «una máquina de votos para los independentistas»

Lunes, 22 de abril 2024, 19:30

No habían pasado ni 24 horas cuando Alberto Núñez Feijóo convocó este lunes al comité de dirección del PP para hacer un análisis más exhaustivo de los resultados obtenidos en el País Vasco. En poco, o en casi nada, difiere del realizado en la ... misma noche electoral por la secretaria general, Cuca Gamarra. Al menos de puertas hacia fuera. El balance sigue siendo «positivo» aunque el resultado sea estéril y los populares no hayan conseguido borrar a Vox del mapa, que mantiene su único escaño por Álava, ni ser decisivos para la gobernabilidad de esta legislatura. «Era un objetivo que nos marcamos, pero quizá era el más ambicioso, porque solo una vez en la historia lo hemos sido», reconocen en la cúpula.

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Feijóo y su círculo se centran en el crecimiento en solitario –hace cuatro años fueron en coalición con Ciudadanos– en números y escaños. En total tres parlamentarios y casi 40.000 votos más que entonces. Y, aunque reconocen que el resultado «no es suficiente» sí entra dentro del «proyecto a medio y largo plazo» que tienen para Euskadi. «El PP llevaba perdiendo peso en Euskadi desde hace veinte años. Hemos parado esa tendencia y hemos crecido. ¿Es suficiente eso? Para nosotros no. Es un proyecto político de medio y largo plazo, que comienza Javier de Andrés y nosotros al menos tenemos más ambición de ser alternativa al nacionalismo», arguyó el portavoz nacional, Borja Sémper.

El dirigente vasco hacía referencia así a la hemorragia electoral que venía sufriendo su partido desde 2001 cuando pasó de 16 a 19 escaños con Jaime Mayor Oreja como cabeza de cartel. Desde entonces, los populares fueron menguando en las siguientes citas electorales. Consiguieron 15 actas en 2005 con María San Gil; 13 en 2009 con Antonio Basagoiti que en 2012 perdió tres diputados mientras que en 2016, con el exministro Alfonso Alonso como candidato, el PP retrocedió hasta los nueve escaños tocando en 2020, ya con Carlos Iturgaiz como aspirante a lehendakari, su suelo electoral con seis. «Revertir una tendencia de veinte años no se puede hacer de la noche a la mañana», reflexionan en Génova, donde insisten en que aspiran a ser algo más que la cuarta fuerza política en el País Vasco. Pero, «lleva su tiempo» y, pensar otra cosa, admiten estas mismas fuentes, «es hacerse trampas al solitario».

La dirección del PP cargó en paralelo contra el PSOE, al que acusa de inflar a Bildu después de «blanquearlo» con sus acuerdos y por tener como aspiración ser «muleta» del PNV. Los populares censuran que los socialistas vascos estén «exultantes» con sus resultados, cuando apenas han subido seis décimas, que se han traducido en dos escaños, y que vienen a confirmar que Pedro Sánchez se ha convertido «en una máquina de votos para los independentistas». «Se evidenció en Galicia, también lo hace en País Vasco y pasará igual con Carles Puigdemont, actor principal ya de las elecciones catalanas», vaticinó Sémper.

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