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El PP logró una subida pírrica en las elecciones del País Vasco que dejan a Alberto Núñez Feijóo y a la cúpula del partido con un sabor agridulce al no haber conseguido jugar un papel determinante en la nueva legislatura ni taponar por el camino ... a Vox. Pese a haber obtenido siete escaños, uno más que los alcanzados hace cuatro años cuando se presentaron en coalición con Ciudadanos, y superar los 97.000 votos, 37.000 papeletas más que entonces, se quedan lejos de los 133.000 votos cosechados en las generales del pasado julio. En Génova, sin embargo, hacen una lectura «positiva» porque cuentan una subida de tres escaños al considerar que en 2020 consiguieron en realidad cuatro diputados porque dos pertenecían a la formación liberal. «Es la primera piedra para que el proyecto de nuestro partido siga creciendo en Euskadi», escribió Feijóo en las redes sociales.
En la dirección nacional lamentan que en la recta final de la campaña la polémica por el rechazo del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, a calificar a ETA de banda terrorista ha podido beneficiar al PNV, que ha captado el voto útil de los sectores más moderados unido al temor por un posible 'sorpasso' de la coalición abertzale. Y, aunque la formación de Andoni Ortuzar, ha perdido fuelle en comparación con la última cita con las urnas -se ha dejado cuatro escaños- evitó que la coalición abertzale le superase por apenas 30.000 votos y reeditará su coalición de Gobierno con el PSE. «Se tendrán que replantear en algún momento su relación con los socialistas han perdido cuatro escaños y encima Bildu le está comiendo la tostada», reflexionan en Génova.
El PSE fue capaz de compensar la caída de sus socios y subieron dos escaños –pasando de los 10 a 12–, otro golpe para los populares que confiaban en que Pedro Sánchez obtuviese un nuevo resbalón en las urnas después de meses de dura oposición por su «blanqueamiento» a Bildu, el 'caso Koldo' y la aprobación de la ley de amnistía. Además, la formación de Arnaldo Otegi ha escalado hasta los 27 diputados, seis más que hace cuatro años. «Los socialistas deben desistir en la estrategia de alimentar el independentismo o pronto nos arepentiremos», aseveró el líder de los populares.
Uno de los grandes objetivos de Feijóo era arrebatarle a Vox su único escaño que tenía en Euskadi pero no ha sido posible. La formación de Santiago Abascal ha conseguido mantener el asiento que volverá a ocupar su candidata, Amaia Martínez. Incluso han mejorado en unos 3.800 votos su resultado de las últimas autonómicas, lo que les permite coger aire. «Nosotros no vamos a mirar a Vox», insisten en el PP, donde apuntan a que el escaño a la derecha radical le ha salido «muy barato» puesto que Álava es la provincia que precisa menos votos para conseguir un diputado.
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