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Bajo la mirada de Orixe. La escultura del poeta, autor de 'Los vascos', preside el edificio del Ayuntamiento y el Ostatu. Lobo Altuna
Un día en Orexa, el pueblo en el que solo se vota a Bildu
Punto caliente

Un día en Orexa, el pueblo en el que solo se vota a Bildu

Fortín de la izquierda abertzale acomodada hoy a la normalidad política,el 23-J se ve como algo «lejano» pero con un ojo en las derechas

Sábado, 22 de julio 2023, 00:46

Dicen que bastan tres apellidos vascos para completar el censo de Orexa. Permítanme esta licencia periodística para esbozar la fisonomía del municipio más pequeño de Guipúzcoa. Con 113 habitantes, este bucólico enclave de caseríos entre montañas y paneles solares es el baluarte del independentismo abertzale. Un monolito en homenaje a dos miembros de ETA -Bernardo Bidaola, alias 'Txirrita', e Inaxi Zeberio- indica el camino por una maltrecha carretera una vez se abandona la GI-2135 a la altura de Lizartza.

La pegada de carteles electorales de EH Bildu para el 23-J en la comarca no se detuvo en Orexa. Para qué ensuciar las paredes con papel y engrudo, debieron pensar, en un consistorio en el que la coalición de Arnaldo Otegi volvió a confirmarse una vez más como la única fuerza política en las municipales de mayo. Solo en las generales y autonómicas el PNV logra arañar apenas un par de votos.

En Errebote Plaza, donde se ubican el Ayuntamiento, la iglesia y el frontón, la única bandera que ondea en el balcón es la local y una pancarta de Euskal Presoak reivindica la vuelta a casa de los reclusos de ETA. Son los únicos símbolos con intencionalidad política. Más arriba, la estatua de Orixe -poeta local y autor del poema épico 'Euskaldunak' ('Los vascos')- mira hacia el Ostatu, que hace las veces de bar, sociedad gastronómica, tienda y núcleo social para los vecinos de la zona.

Las elecciones generales aquí no interesan, se ven como algo «lejano» y ajeno. Pero los parroquianos no tienen complejos en cambiar de euskera a castellano para departir con la foránea que acaba de llegar y reconocer su desconocimiento sobre la política española. «No tengo ni idea ni me interesa. Iré a votar, pero no sé a quién», afirma Oier Senperena Maioz, de 18 años.

«¿Qué son? ¿Generales o de Guipúzcoa», pregunta Aiora Sorozabal Maioz. Ella misma se reponde: «En los pueblos pequeños van a salir los de la izquierda y en los más grandes, PNV o así». A Manex Malkorra solo le interesan las municipales. «Las del Estado son importantes, pero no sé si realmente el individuo tiene el poder de cambiar las cosas con su voto», se lamenta.

Monolito con etarras. Los retratos de terroristas marcan el cruce entre la localidad y vecina de Lizartza. R. C.

El camarero Pello Garmendia, natural de Villabona y vecino de Orexa de adopción desde hace 16 años, se une a la tertulia. Al igual que Pedro Sánchez, él también duda de los sondeos. «¿Que va a ganar el PP? ¡Qué va!. Cuando alguien va por delante cantando victoria antes de tiempo... yo tengo la esperanza de que no gane el PP», confía.

Sí se muestran más informados -y preocupados- con la probabilidad de que Núñez Feijóo gane este domingo Ainhoa Aranburu, de Legorreta aunque trabaja en Lizartza, y Goio Altuna, de Tolosa. «En general no votamos a partidos españoles, pero justo estábamos hablando de la importancia en estas elecciones; de mantener el voto de siempre a Bildu o el PNV o si no es mejor votar a Sumar o el PSOE para frenar al PP. No queremos que nuestro voto quede en vano», reflexiona Altuna. «Exacto», corrobora su amiga. «Con tal de que no entre la ultraderecha... Me vienen pensamientos de cuando mis abuelos hablaban de la posguerra y lo que sufrieron con la dictadura».

'Que te vote Txapote'

Enara Olazabal, madre del último niño que nació en el pueblo hace seis años, comparte el temor hacia un Ejecutivo poco transigente con la pluralidad lingüística. «El tema del euskera está fatal, es el idioma de aquí pero no te lo piden ni en Sanidad ni para ser municipal... Veo que lo vamos a perder», aventura mientras sostiene una novela de Hika Harada traducida al castellano. Sobre el lema 'Que te vote Txapote' que miembros del PP y Vox enarbolan contra Sánchez, Olazabal responde que no está muy al corriente de la polémica. Pero entiende que desde la derecha estén «machacando» al presidente con los pactos que su Gobierno y Bildu han alcanzado esta legislatura.

«¿Que va a ganar el PP? ¡Qué va! Cuando alguien va cantando victoria antes de tiempo...»

Pese a ser vasco, el líder de Vox no levanta pasiones en Orexa. «Abascal es de Álava, la zona que más contacto tiene con España y con las comunidades más macarras contra nuestras ideologías», censura Aramburu. Pese a esta visión de la provincia vecina, lo cierto es que Vitoria, la capital del autogobierno vasco, también emprendió hace años el viraje hacia el nacionalismo.

El hoy senador Javier Maroto fue el último regidor popular, al que sucedió el peneuvista Gorka Urtaran. El 28-M Bildu logró un histórico triunfo tras el que el PSE y el PNV se vieron forzados a recurrir al apoyo del PP para evitar que la alcaldía fuera para la izquierda abertzale. Vitoria acoge el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. Desde su inauguración en junio de 2021 recibe unos 30.000 visitantes al año y se ha convertido en el segundo punto de interés de la ciudad tras la catedral que inspiró a Ken Follet. Allí recuerdan a aquellos con memoria frágil que ETA cometió 853 asesinatos, casi tres veces más que el terrorismo yihadista.

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