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MERCEDES GALLEGO
Corresponsal. Nueva York
Jueves, 19 de noviembre 2020
Donald Trump ha cambiado de estrategia. Sus demandas en los tribunales no van a ninguna parte. De las 30 que ha interpuesto, 19 han sido ya desestimadas. Tampoco los recuentos, que solo en Wisconsin le ha costado ya tres millones de dólares. Es mucho más ... barato cortejar a los funcionarios electorales que se derriten solo con una llamada personal del presidente, mucho más con una invitación personal e intransferible a la Casa Blanca.
Uno de ellos, Monica Palmer, presidenta del consejo electoral del condado de Wayne por el Partido Republicano, contó este jueves que el martes por la noche recibió una llamada de Trump que la dejó estática toda la noche. «Quería asegurarse de que estoy bien, después de lo que había visto en las redes sociales», dijo agradecida. La funcionaria es una de los dos que ese día votaron a favor de no certificar los resultados del condado de Wayne en Michigan, algo que hubiera permitido que los legisladores estatales -republicanos- nombrasen a los 16 representantes del Colegio Electoral y creasen una auténtica crisis constitucional.
No es difícil imaginar la tormenta que Palmer vivió en Twitter. Dice haber recibido hasta amenazas de muerte, aunque la Fiscalía del Estado no tiene constancia. Hasta el momento Joe Biden gana Michigan por 150.000 votos más que su rival, que lejos de aceptar la derrota intenta evitar que se tengan en consideración los sufragios de lugares como Detroit, donde la población es un 80% negra y ha favorecido abrumadoramente al candidato demócrata. Los expertos aseguran que las discrepancias que han aparecido en Detroit son mínimas y propias de errores humanos, sin que cambien el resultado. Paradójicamente la campaña de Trump no está disputando diferencias similares en condados mayoritariamente blancos.
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Estos condados en Estados clave son la última esperanza de Trump, que este jueves invitó a los legisladores republicanos de Michigan a visitarle en la Casa Blanca para instarles a tomar la iniciativa de elegir ellos mismos a los delegados que votarán el 14 de diciembre en el Colegio Electoral. «Eso no va a ocurrir», afirmó Mike Shirkey, uno de los invitados, por el diario 'The Bridge Michigan'. Dicho Estado tiene hasta el lunes para certificar los resultados que medio país espera con el alma en vilo.
Un juez ha determinado que las acusaciones de fraude presentadas «no son creíbles». La conferencia de prensa que dio este jueves Rudy Giuliani, abogado personal del presidente, explica por qué. Según las declaraciones juradas de tres vecinos de Detroit que decía sostener en la mano y no permitió leer «para protegerlos», al día siguiente de las elecciones vieron llegar un camión lleno de papeletas en cubos de basura. «Se acercaron a él porque pensaron que era comida», aseguró. De alguna manera que no explicó lograron ver el contenido de todos los sobres que contenían los cubos de basura, entre 50 y 100.000 votos, según él, «todos para Biden», insistió. Algunos de esos sobres estaban en blanco «porque los habían hecho a la carrera», añadió.
Pese a haber retirado la demanda federal, Giuliani amonestó a los periodistas por no estar investigando esas versiones debido al «odio irracional y patológico que le tienen a este presidente». El hastío ante ese tipo de acusaciones sin fundamento se empieza a sentir en Estados Unidos, hasta el punto de que un grupo de consejeros delegados de empresas que han apoyado a Trump han pedido públicamente que acepte los resultados y de paso a la transición, por el bien del país.
Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha protagonizado este jueves una encendida defensa de los intentos de su cliente por impugnar las presidenciales de las que virtualmente habría salido derrotado, ya que ha asegurado, sin aportar pruebas, que ha existido un «fraude masivo» a nivel nacional para echar al magnate de la Casa Blanca. «Lo que les estoy describiendo es un fraude masivo», ha exclamado Giuliani durante una rueda de prensa celebrada en el Capitolio, junto al resto del equipo legal de Trump, que no ha escatimado en acusaciones y conjuras varias, en las que se incluían la presencia de comunistas extranjeros y antifascistas.
Giuliani ha afirmado que existe un «patrón» a nivel nacional que se repite en varios estados, «lo que sugiere que había un plan, desde un lugar centralizado para ejecutar estos diversos actos de fraude», especialmente enfocado, ha resaltado, «en las grandes ciudades controladas por los demócratas», de las que ha dicho que «tienen una larga historia de corrupción». «Conozco los crímenes, puedo olerlos. No tienes que oler este, puedo probártelo de 18 maneras diferentes. Puedo probarte que ganó Pensilvania por 300.000 votos. Puedo probar que ganó Michigan, probablemente por 50.000 votos», ha dicho Giuliani.
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