Elecciones en Cataluña

El PP recupera el liderazgo del centroderecha al dar el sorpaso a Vox

Los populares han pasado de la irrelevancia absoluta en Cataluña –hace tres años tocaron suelo al conseguir el 3,85% de los votos, poco más de 109.000 papeletas– a recuperar el protagonismo con cifras de antaño, cuando el fallecido Josep Piqué consiguió el mismo resultado en los comicios de 2003 con el apoyo de 393.499 catalanes, que eligieron su papeleta (un 11,89%). «El PP ha vuelto y lo hace con más fuerza que nunca», proclamó anoche un exultante Alejandro Fernández, acompañado por su directora de campaña Dolors Montserrat, que será la siguiente aspirante del PP en medirse en las urnas.

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Este resultado es especialmente significativo para los conservadores, que después de las generales de julio concluyeron que el apoyo obtenido en Cataluña permitió resistir a Pedro Sánchez e impidió la suma de la derecha para poder gobernar. Apuntan a que traslada un mensaje «muy potente» y es que «el voto constitucionalista, no independentista y nacional vuelve al PP». Aquel que en 2017 se fue a Ciudadanos de la mano de Inés Arrimadas y que, cuatro años después, pasó a Illa. «Gracias a los 340.000 catalanes que nos consolidan con claridad como alternativa constitucionalista», escribió el propio Feijóo en redes sociales.

En Génova atribuyen parte de su crecimiento –han logrado diputados en todas las provincias– a un trasvase de votos del PSC, que sube a costa de ERC pero que pierde voto por el centro que el PP ha logrado captar. Por la derecha ha sido imposible sumar ante la resistencia de Vox, que mantiene intactos sus once escaños. La polarización y el voto «emocional» por la problemática de la inseguridad ciudadana y la inmigración ilegal terminó por consolidar a los de Santiago Abascal. «Cuando la campaña se mide en términos emocionales y no de gestión, Vox aguanta», reconocen fuentes del partido conservador.

Con su cuarto mejor resultado en la historia de los comicios catalanes, los populares miran ya a Europa donde aspiran a dar la puntilla a Pedro Sánchez. «La vida no va a ser sencilla para él a partir de ahora», avisan en el equipo de Feijóo, convencidos del difícil juego de equilibrios que tendrá que mantener en el Congreso tras arrebatarle la Generalitat a los independentistas.