La batalla pública que han mantenido en estas últimas semanas las dos vicepresidentas primeras del Gobierno por la reforma del subsidio por desempleo se ha saldado sin una clara vencedora aunque sí deja un perdedor: los mayores de 52 años, el colectivo más numeroso que ... cobra esta ayuda, que no obtienen ninguna mejora económica y, en cambio, sufren un recorte en su cotización. Ni Nadia Calviño ni Yolanda Díaz pueden cantar victoria puesto que ambas han tenido que ceder de manera importante respecto a sus propuestas iniciales.
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La reforma, que era un compromiso con Bruselas para poder acceder al cuarto tramo de los fondos europeos y supondrá un gasto extra de 600 millones de euros, fue aprobada este martes por el Consejo de Ministros sin el respaldo de los sindicatos ni de la patronal, que desconocían, de hecho, el texto final que se publicará este miércoles en el BOE.
«No solo no recortamos sino que ampliamos y mejoramos sustancialmente la cobertura que tenemos diseñada hoy», proclamó Díaz durante la rueda de prensa posterior al consejo, en la que también anunció que se simplifican los tipos y el acceso, se cobrará desde el primer día y se podrá compatibilizar con un empleo. Pero que no hay recortes no es del todo cierto.
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Efectivamente se eleva la cuantía hasta los 570 euros al mes y se extiende a tres nuevos colectivos, al mismo tiempo que se mantiene la duración actual de un máximo de 30 meses, pero esta mejora económica, que puede implicar hasta 900 euros más que ahora en el primer año, no llega al grupo más vulnerable y que representa casi la mitad de los beneficiarios: los mayores de 52 años, que mantienen la misma cuantía que ahora y, además, sufrirán una merma en la cotización que realizan para su futura jubilación, según ha podido confirmar este periódico. En la actualidad el SEPE cotiza por ellos por el 125% de la base mínima (1.575 euros al mes en 2023) y la reforma irá reduciendo gradualmente esta cotización hasta situarla en el 100% en 2028.
Esta ha sido una de las cesiones que ha tenido que hacer Díaz a Calviño, a cambio de elevar la cuantía el primer año, aunque en menor proporción de la que ella quería (hasta 660 euros mensuales), y mantener la duración hasta un máximo de 30 meses, frente a la idea de Economía de reducirlo a un año máximo.
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Con la nueva ley, la cuantía por desempleo seguirá vinculada al IPREM, aunque ascenderá del 80% de este indicador hasta el 95% (es decir, de 480 euros a 570 euros al mes) durante los primeros seis meses, pasando a situarse en el 90% del IPREM, 540 euros, los seis meses siguientes y ya, finalmente, se mantendrá en 480 euros (el 80% del IPREM) durante el tiempo restante. Eso sí, quedan excluidos de esta subida, además de los mayores de 52 años, los parados que ya estén recibiendo esta prestación, aunque la hubieran solicitado este mismo mes, que seguirán cobrando el 80% del IPREM.
Además de la cuantía y duración, el otro gran escollo en la negociación entre ambas vicepresidentas estaba en el periodo de tiempo por el que se podrá compatibilizar esta ayuda con un empleo, algo que hasta ahora estaba vetado y que se permite con el objetivo de incentivar la reincorporación al mercado laboral, para que no rechacen una oferta laboral de corta duración. Con la nueva norma se podrá compatibilizar esta ayuda con un trabajo por cuenta ajena por un periodo de 180 días por cada nuevo empleo a tiempo completo o parcial sin reducción de la cuantía, más tiempo que los 45 días que proponía Díaz, por lo que en este punto ha primado la tesis de Calviño
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A su vez, las prestaciones por desempleo (contributiva y subsidio) serán compatibles con las becas y ayudas que se obtengan por asistencia a acciones de formación profesional o en el trabajo o para realizar prácticas formativas o prácticas académicas externas.
Además, se amplía la protección al permitir el acceso a estas ayudas a los menores de 45 años sin responsabilidades familiares (unos 150.000, según estimaciones del ministerio), a los trabajadores eventuales agrarios de toda España (casi 250.000 más) y a los trabajadores transfronterizos que se desplazan cada día a Ceuta y Melilla.
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Por último, será más fácil obtener y mantener esta prestación, puesto que se suprime el mes de espera tras el agotamiento de la prestación contributiva para presentar la solicitud y se amplía a seis meses el plazo de solicitud, mientras que el periodo de reconocimiento se reduce a un trimestre.
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