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Terremoto empresarial y bursátil en España. Gotham City Research, la firma que en 2014 destapó el escándalo de Gowex provocando su posterior quiebra, ha puesto en su diana a la farmacéutica Grifols, una de las grandes cotizadas del Ibex-35 a la que acusa de ... falsear sus cuentas.
La firma fundada por el matemático Daniel Yu hacía público a primera hora del martes un demoledor informe de 65 páginas en el que, con datos y referencias a la propia información financiera de la empresa catalana, detalla cómo sus resultados han sido maquillados para ocultar «artificialmente» su endeudamiento.
La reacción no se hizo esperar: los inversores apretaron el botón del pánico y las acciones de la compañía se hundieron en apenas unos segundos un 42%, aunque finalmente cerraron con una caída del 25,9%, al pasar de los 14,24 euros (una capitalización de unos 6.068 millones de euros) a los 10,55 euros por acción. En todo caso, pérdidas históricas en una sola jornada para sus accionistas, que han visto volatilizarse unos 1.600 millones de euros del valor de mercado de la empresa.
En concreto, Gotham City acusa a Grifols de consolidar al cien por cien las compañías BPC Plasma y Haema en sus estados financieros desde 2018, cuando la compañía vendió esas sociedades a Scranton Enterprises por 538 millones de dólares. «Ese tratamiento es materialmente engañoso e incorrecto», señala el fondo, que calcula que la deuda real de la compañía alcanzaría los 9.000 millones, 1.000 millones más que lo presentado por la empresa.
Ante esta situación, la firma especializada en posiciones bajistas (gana al apostar que un valor va a bajar), considera que «las acciones no sirven como inversión». El documento, titulado 'Grifols SA: Scranton y las deudas no reveladas', recuerda que Haema y BPC Plasma representan cerca de un 40% de las ganancias de la empresa, pero proceden de participaciones no controladas. Y va un paso más allá al asegurar que la propia Scranton también consolida por completo ambas sociedades, «que parecen representar más del 100% de sus ganancias». «Si estamos en lo cierto, entonces el capital de Grifols equivale a cero», sentencia la firma de inversión.
Lo cierto es que Grifols ha sido muy activa en compras financiadas con deuda en los últimos años. Pero su estrategia giró en 2023, precisamente, con el objetivo de reducir deuda a través de la venta de activos. La última operación de este tipo se produjo, precisamente, a finales de diciembre, con la venta de su filial china Shanghai Raas por 1.629 millones de euros.
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La empresa tardó más de una hora desde la apertura del mercado en pronunciarse sobre el polémico documento. En un primer -y escueto- comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Grifols negó «categóricamente» cualquier acusación de prácticas contables o de información «errónea» de sus estados financieros consolidados. «Grifols, como empresa cotizada, informa y divulga plenamente toda la información pertinente relativa a todas sus transacciones significativas con el máximo nivel de integridad y transparencia para reflejar una visión exacta y justa de sus estados financieros consolidados», asegura la compañía.
En un segundo comunicado al supervisor de los mercados pasadas las 15.46h de la tarde, Grifols justifica que el contrato de compraventa de las acciones de Biotest y Haema por Scranton incluye una opción de compra a favor de Grifols sobre la totalidad de las acciones de dichas compañías. «Dicha opción otorga a Grifols un derecho con carácter irrevocable y exclusivo de compra (no una obligación). La opción de compra puede ser ejercida por Grifols en cualquier momento a partir de la fecha efectiva de venta (28 de diciembre de 2018), y con carácter simultaneo para ambas compañías», asegura.
Es decir, la compañía defiende que aún tiene poder sobre las dos entidades -y, por lo tanto, continuar consolidando- aun después de su venta, «considerando que la opción es susceptible de ser ejercitada y Grifols tendría capacidad financiera para llevarla a cabo».
Grifols defiende que todas y cada una de las transacciones acometidas desde 2018 han sido registradas en los libros de la compañía y en sus cuentas públicas, tanto presentadas al regulador español como en el modelo 20-F presentado ante la SEC en EE UU, «por lo que no existe ninguna nueva información que se pueda considerar oculta». Del mismo modo, recuerda que el tratamiento contable fue auditado pro KPMG e informado al supervisor.
«La compañía no entiende la diferente interpretación hecha por Gotham City Research a no ser que lo único que pretenda, como fondo cortoplacista que es, sea que baje la cotización de la acción tal y como ellos mismos reflejan en la página 2 de su informe, para obtener beneficios», insisten.
Aunque la forma de operar de Gotham es similar a la de un 'hedge fund' (fondos de alto riesgo), no es exactamente eso. Pero sí toman posiciones cortas sobre las empresas que serán víctimas de sus informes.
Esta operativa consiste básicamente en apostar por la caída de un valor. En concreto, se toman prestadas acciones de una empresa para después venderlas en el mercado como si fuesen títulos propios. Cuando esas acciones caen, se compran para devolverlas a la entidad que las prestó en un principio, generando fuertes ganancias con esa diferencia.
Los registros de la CNMV demuestran, de hecho, que la operativa ha sido esta. En concreta, Gotham se posicionó en corto (se revaloriza si la acción cae) sobre el 0,57% de Grifols el lunes 8 de enero.
Esta no es, ni mucho menos, una operativa ilegal. De hecho, es más que habitual en los mercados mundiales. Solo lo sería si esa forma de actuar se realiza divulgando información falsa sobre la empresa con el fin de provocar las caídas.
Pese a todo, los antecedentes de otros casos destapados por Gotham City anticipan duras jornadas para la compañía. «Gotham City Research es una firma de reputación cuestionable (su propio nombre es revelador al respecto). Sin embargo, tiene como antecedentes haber descubierto situaciones irregulares en Gowex y NMC Health», recuerda Pedro Echeguren, analista de Bankinter.
Frente a las acusaciones, fuentes de Grifols insisten en que los controles internos sobre la información financiera son muy exigentes y rigurosos. Pero fuentes del mercado indican que muchos gestores ya anticipaban desde hace tiempo que la ratio de endeudamiento que utiliza Grifols no sería la adecuada.
Las pérdidas de la jornada -sin anticipar que las mismas puedan ir a más- serán muy abultadas para los inversores. Además de los minoristas, entre las grandes firmas nacionales que mantienen importantes posiciones en el valor se encuentran, segun datos de Bloomberg, CaixaBank AM, Bestinver o Banco Santander se encuentran entre ellos, al igual que BlackRock, BNP Paribas, Vanguard o Norges Bank. No obstante, como principales inversores aparecen la firma Deria (9,20%) -sociedad de la rama familiar Grifols Roura-, Scranton Enterprise (8,67%), Ponder Trade (7,09%) y Rolledar y Capital Group, con un 6,15% y un 5,7% cada una en el capital.
Tras el shock bursátil generado, en el mercado se han reactivado las alarmas en torno al papel que los supervisores pueden tener en este tipo de movimientos. Por un lado, si la información divulgada por Gotham es cierta, ¿cómo es posible que la firma la descubriese antes que la propia CNMV o los auditores? Por otro, si es falsa, ¿cómo es posible que se pueda originar tal caos en el mercado?
De momento, el presidente del supervisor, Rodrigo Buenaventura, confirmaba que ya se ha solicitado información adicional a Grifols y se está estudiando el ifnorme de Gotham. «No tiene sentido poner en duda la integridad de las cuentas ni tampoco ignorar el documento», aseguran desde la institución, que ha decidido no suspender la cotización de la empresa pese a las fuertes caídas, al considerar que «los inversores tienen ahora la información para formarse un juicio».
En su informe, Gotham también se pronuncia sobre el nombramiento el pasado mayo de Thomas Glanzmann como nuevo consejero delegado con todos los poderes ejecutivos, momento en el que los hasta entonces co-consejeros Víctor y Raimon Grifols pasaron a ser director de operaciones y director general corporativo, respectivamente.
Unos meses después, a mediados de diciembre y con ya sin el poder del núcleo familiar sobre la compañía, Víctor Grifols Roura (expresidente de la multinacional catalana antes de la llegada de Glanzmann) dejaba su sillón en el consejo de administración tras casi cuatro décadas en el máximo órgano de gobernanza.
«El recién nombrado consejero delegado e Grifols está siendo aclamado como un cambio de rumbo, pero lleva en el consejo desde cuando se produjeron las transacciones sospechosas que describimos en nuestro informe», indica el documento.
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