La economía confía en el consumo navideño para cerrar un año mejor de lo esperado. Efe

La resistencia de la economía simula una menor presión fiscal en España

Según la OCDE, la ratio que mide el peso de los impuestos sobre el PIB bajó en 2022 del 37,8% al 37,5% | En todo caso, España es el cuarto país donde más sube la presión fiscal desde la pandemia

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 11:06

España reduce la brecha de presión fiscal que en los últimos años ha mantenido con los países de su entorno y con toda la OCDE. La resistencia de la economía nacional a los shocks vividos el pasado año, empezando por la guerra en Ucrania que ... derivó en una fuerte crisis energética e inflacionista, permitió que ese concepto –que mide el peso de los ingresos tributarios y cotizaciones sociales sobre el PIB– se moderase al 37,5%, desde el 37,8% del año anterior.

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El dato compara y sigue siendo superior al 34% –(desde el 34,2% anterior) que de media suponen los impuestos sobre la riqueza de los países de la OCDE. Pero la reducción experimentada en España fue más potente que en el resto de miembros de la organización. Y también que la que presentan otros países más de nuestro entorno, donde la presión fiscal fue incluso superior a la de 2021. En concreto, la ratio supera el 46% del PIB en Francia, escalando desde el 45,2% del año anterior, mientras que Alemania se mantiene en el 39,3% o Italia en el 42,9%, también por encima de la registrada en 2021.

Es cierto que esta estadística no refleja todas las partes de la estructura tributaria de un país, pero permite comparar la situación fiscal entre regiones de forma internacional. Así, hasta doce países de la OCDE presentan un dato de presión fiscal más elevado que el español. En todo caso, la referencia nacional tiene algo de truco, pues llega condicionada por la revisión al alza del PIB acometida recientemente por el INE.

En concreto, la economía española creció un 5,8% en 2022, cuando los ingresos tributarios superaron los 255.463 millones de euros, lo que supuso un nuevo récord tras crecer el 14,4% respecto a 2021, según datos del Ministerio de Hacienda. Así que, tal y como indica la OCDE, en la medida en que el crecimiento del PIB nominal fue más elevado, la comparativa con los mismos datos de recaudación para el ejercicio da como resultado esa menor presión fiscal.

Además, y en términos generales, la OCDErecuerda que en ese menor peso de los impuestos sobre la riqueza media de los países también tuvo mucha influencia la eliminación o reducción de algunos tributos energéticos, dentro de los planes anticrisis lanzados frente a la espiral inflacionista desatada el pasado año. Las ayudas directas también contribuyeron a sostener las economías. Pero, en el caso español –donde se aprobaron rebajas fiscales que estuvieron entre las más generosas en materia energética– el avance de los ingresos por impuestos llegó de la mano de la resistencia del mercado laboral y, sobre todo, al impacto de la inflación sobre determinados impuestos muy ligados al consumo, en un momento en el que el IPCse situaba en el 8,4% de media.

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Previsiones

Pese a la moderación del año pasado, España sigue siendo el cuarto país de la OCDE donde más ha crecido la presión fiscal desde la pandemia. En concreto, entre 2019 y 2022 la ratio ha pasado del 34,7% al 37,5%, un crecimiento que sitía al país solo por detrás de Corea del Sur, Noruega y Reino Unido.

El dato llega además en plena elaboración de los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE), que buscarán consolidar el crecimiento al tiempo que se mantiene la senda de reducción del déficit estructural. De momento, el Gobierno ha dejado entrever que en su nueva hoja de ruta fiscal habrá todavía margen para seguir incrementando los ingresos vía impuestos. En concreto, extendiendo los tributos especiales que en principio vencían el próximo 31 de diciembre, para gravar más a los ricos y a determinados sectores como bancos y energéticas.

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De hecho, estas dos últimas figuras serán foco de discusión de aquí a final de año. Por un lado, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, tiene pendiente un encuentro con la banca para abordar la ampliación de las ayudas a las hipotecas. Y es previsible que el sector aproveche para trasladar su disconformidad con la idea de hacer permanente el impuesto.

Por otro, el Gobierno ha vuelto a expresar esta misma semana su intención de replantear el impuesto sobre los beneficios de las energéticas. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, ya dejó entrever que se está revisando en una entrevista publicada el pasado fin de semana por este medio. Y el martes, durante la Cumbre del Clima COP 28 en Dubai, insistía en que «es importante determinar si siguen existiendo o no esos beneficios extraordinarios que intentaban ser identificados en esa figura. La fiscalidad habitual se puede corregir, modular, pero ya no estamos hablando de beneficios extraordinarios, hablamos de otra cosa».

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