Telefónica vuelve a los ERE después de diez años y deberá indemnizar al Estado

La última vez que Telefónica había aprobado un ERE fue de 2011 a 2013, cuando salieron a través de este método un total de 6.830 personas de su plantilla. La compañía decidió cambiar su formato de salidas por la polémica suscitada entonces por el coste que tienen para el Estado los despidos colectivos, cuando Telefónica era -y es- una empresa con elevados beneficios. De ahí surgió la modificación de la ley mediante la denominada 'cláusula Teléfonica' o 'enmienda Telefónica' por la que las grandes compañías con beneficios que apliquen un ERE tendrán que costear el coste del desempleo y las cotizaciones a la Seguridad Social a los mayores de 50 años.

En aquel momento la empresa llegó a pagar 350 millones de euros al Estado, una cantidad que podría ser similar en esta ocasión si los despidos llegan a los 5.000 trabajadores que pronostica el mercado.

Por ello, para evitar las críticas por un lado y la compensación al Estado por otro, la compañía decidió cambiar la fórmula con la que reducir plantilla a partir de entonces y pasó al sistema PSI o de bajas voluntarias por el que salieron de la empresa 6.124 personas entre 2016 y 2018, otros 2.636 trabajadores en 2019 y 2.210 personas más en 2021. En total, la compañía ha recortado plantilla en más de 42.000 personas a través de ERE o PSI desde el año 2000 al ir convirtiéndose en una empresa cada vez más digitalizada.

Entonces, ¿por qué volver a los ERE? Algunos expertos consultados reconocen que pese al posible daño reputacional y la indemnización millonaria que tendrá que ingresar al Estado, este sistema beneficia a la compañía porque puede ofrecer a los trabajadores el mismo neto con menos bruto. Es decir, Telefónica pagará menos por trabajador despedido pero ellos recibirán lo mismo o incluso más que con un plan de salidas voluntaria porque los ERE tienen una fiscalidad más favorable al trabajador y permite así ajustar más la propuesta a los sindicatos.

Por otro lado, aunque es una opción más remota, los planes PSI no permiten salidas forzosas, sino que solo se recorta plantilla de forma voluntaria, mientras que en los ERE puede haber despidos forzosos, explican expertos en derecho laboral.

El recorte de plantilla ha sido enorme desde los más de 70.000 trabajadores con los que contaba Telefónica a principios de los años 90. Actualmente Telefónica cuenta con más de 20.000 empleados en España, aunque solo 16.000 están integrados dentro del convenio de la empresa. Un convenio que está negociándose ahora entre los sindicatos y la empresa y ha servido de 'excusa' para plantear este nuevo plan de recortes. Por ello, desde UGT ligan las bajas a la firma de un nuevo convenio que «blinde» las condiciones laborales y económicas de la plantilla, «sin menoscabo de que los afectados por el ERE dispongan de garantías y condiciones similares a los planes de salida anteriores», señalan estas fuentes.

Unos planes de salida que siempre han sido «pacíficos» y «bastante beneficiosos» para los trabajadores de la compañía, reconocen fuentes del sector. Todos los procesos de salidas -excepto uno que llegó a los tribunales- han sido acordados con la plantilla desde que comenzaron estos planes de recorte de personal a mediados de los 90.

En un comunicado, UGT pide la jornada de 35 horas semanales para la plantilla, así como un 'reskilling' que mejore la empleabilidad de los trabajadores. Entre sus líneas rojas al momento de negociar se encuentra la cláusula de revisión salarial que permite mantener el poder adquisitivo de los empleados. Además apuestan por otras mejoras como la póliza de reembolso dental para toda la plantilla, la ampliación del teletrabajo o la ampliación de los permisos. La próxima reunión con la empresa para seguir negociando el convenio colectivo será este jueves 30, pero los sindicatos adelantaron que, por el momento, las posturas entre ellos y la empresa están «muy alejadas».