OpenAI responde a la demanda de Musk: «Quería el control absoluto de la compañía»

Sin embargo, OpenAI, en manos de Microsoft desde 2020, ha puesto en evidencia la versión de Musk al publicar un intercambio de correos que protagonizaron en 2017 los directivos de la 'startup'. En concreto, en ese intercambio de mensajes queda reflejado el acuerdo para crear una filial con ánimo de lucro. Y las pretensiones de Musk, a tenor de los correos y de lo que ahora denuncia, era más elevada que la de sus socios. Sam Altman y Greg Brockman propusieron recaudar 100 millones de dólares, pero a Musk le pareció poco. «Necesitamos ir con una cifra mucho mayor que 100 millones de dólares para evitar parecer desesperados...creo que deberíamos decir que estamos empezando con un compromiso de financiación de 1.000 millones de dólares».

Pero los correos revelados no se quedan ahí. Los directivos de OpenAI desvelan que tras no poder llegar a un acuerdo sobre los términos de una empresa con fines de lucro propuesto por Musk, el magnate sugirió que lo que debían hacer era fusionar OpenAI con Tesla, de la que el es el dueño. De esta forma, consideró que era «el único camino» que podría «siquiera aspirar a igualar a Google», aunque reconocen que la probabilidad era «pequeña». Fue el rechazo a esta fusión, aseguran, lo que hizo que Elon Musk abandonara OpenAI, «diciendo que nuestra probabilidad de éxito era 0 y que planeaba construir un competidor de IA dentro de Tesla».

De esta forma, desde OpenAI intentan defenderse de la denuncia de Musk y aseguran que están haciendo que su tecnología sea «ampliamente utilziable de manera que empodere a las personas y mejoren su vida diaria, incluso con una versión gratuita» que cientos de personas usan todos los días».

Y es que en su escrito de la pasada semana, Musk aseguró que la unión con el gigante tecnológico es lo que desvió a la 'startup' -en la actualidad con 200 millones de usuarios- de su objetivo inicial de beneficiar a la humanidad. Una misión que para Musk ya no se está cumpliendo, todo a pesar de haber reconocido ser un «gigantesco idiota» por haber abandonado la compañía tras su éxito.