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El titular del Juzgado Mercantil número 2 de Santander ha rechazado la petición que había planteado Repsol para que se trasladase a uno de Madrid el caso derivado de la demanda presentada por Iberdrola por competencia desleal. En un auto, al que ha tenido acceso ... este diario, el magistrado considera que es competente para llevar adelante este caso sin necesidad de moverlo de juzgado. Además, contra esta decisión no cabe posibilidad de recurso por lo que la controvertida denuncia será instruida en Santander.
A principios de abril, Repsol había solicitado ese traslado a un juzgado mercantil de Madrid, donde la compañía cuyo consejero delegado es Josu Jon Imaz quería que se tramitase. Lo hizo alegando «falta de competencia territorial» en un escrito remitido a ese tribunal. Pero ahora el magistrado considera esta acción «no solo se ejerce contra Repsol, sino también contra las filiales» de comercialización (Repsol Comercializadora, que previamente era Viesgo), «por lo que al resultar competentes tanto los juzgados mercantiles de Madrid como los de Santander, puede el demandante elegir dónde presentar su demanda».
La fricción entre ambas compañías viene desde el mes de febrero, cuando la firma presidida por Ignacio Galán presentó una demanda contra Repsol acusándole de promocionar políticas comerciales sostenibles y medioambientales a la hora de vender luz, gas y combustibles renovables, cuando realmente no es así, según considera Iberdrola. Desde aquel día, la guerra total entre ambas corporaciones ha ido creciendo con declaraciones públicas. En ese proceso Repsol intentó trasladar el caso a Madrid, lo que podría haber supuesto una dilatación de los tiempos, que podrían llegar a duplicarse con respecto a lo habitual, si finalmente el juzgado aceptaba esta petición, tal y como indican fuentes jurídicas.
Iberdrola presentó aquella demanda en un juzgado de la capital cántabra al ser la ciudad en la que Repsol tiene ubicada la sede social de su filial dedicada a la distribución eléctrica. Aunque se llegó a especular con la posibilidad de que la denuncia estuviese dirigida contra una campaña concreta de publicidad de Repsol -'Conectando energías', que propone descuentos cuando se adquiere más de un producto entre electricidad, gas y combustibles-, el pleito va más allá. Iberdrola estima que hay quince mensajes en la página web de Repsol y al menos tres campañas de publicidad que promueven el 'greenwashing', un lavado de cara medioambiental que, defienden, no se sostiene en la realidad.
Desde la multinacional presidida por Antonio Brufau se ha insinuado que la reacción de Iberdrola está vinculada a la progresiva pérdida de mercado en la distribución de electricidad. Los últimos datos proporcionados por la Comisión Nacional de la Competencia revelan que Repsol continúa ganando clientes con su oferta de electricidad y gas, mientras que Iberdrola los pierde. En 2023, en concreto, Iberdrola, que es el líder nacional, perdió ocho décimas de cuota de mercado, el mismo porcentaje que ganó Repsol.
En estos dos últimos meses, ambas compañías han mantenido una fricción que cada vez ha ido a más. Imaz llegó a acusar a Iberdrola de «no estar acostumbrada a competir». «Se nota que están nerviosos», indicó a mediados de marzo en un foro sobre Energía y Economía. En ese evento, el ejecutivo cargó contra Galán por ser «una empresa que solo sabe moverse en mercados regulados» y por no estar dispuesta a competir con nuevos agentes que, como Repsol, han comenzado a vender luz en el mercado español. «Quieren limitar el crecimiento de un operador emergente», indició el consejero delegado de Repsol. «Parece que les preocupa que nuestros clientes se beneficien de una oferta de productos multienergía», ha insistido. Y ha anticipado que «nada nos va a distraer» y que van a seguir con su estrategia «sin cortinas de humo y sin ideología».
Incluso la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, intervino en esta batalla empresarial al apuntar en las redes que «llega a los tribunales el hartazgo por el 'greewashing'». Las palabras de la vicepresidenta tercera apuntalaron sus críticas a las políticas medioambientales de Repsol, con la que ha mantenido una elevada tensión en los últimos meses.
A principios de año, Ribera acusaba al consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, de defender un discurso de «negacionismo y retardismo» respecto a la manera en que se está abordando desde Europa la transición energética para luchar contra el cambio climático. Ribera aseguró que tenía «un gran respeto» por Imaz, aunque subrayó que le parecía «crecientemente decepcionante» y «populista» su mensaje sobre la transición energética. Se refería a las palabras de Imaz sobre la manera de abordar la descarbonización desde Europa, que estaba basada en «una aproximación ideológica».
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