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La fuga de depósitos y la huida masiva de empresas de Cataluña en 2017 fueron dos buenos termómetros económicos que midieron el clima de incertidumbre e inseguridad jurídica que se instaló en la comunidad tras la aprobación en el Parlament de las «leyes de desconexión», ... el referéndum del 1 de octubre, la efímera declaración de independencia y el cese del Govern en pleno por la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Tras esta sucesión de episodios inéditos, un buen número de ahorradores, por precaución, optó por poner a salvo su dinero en otros territorios, lo que motivó una cuantiosa salida de depósitos que las entidades financieras no lograron frenar pese a sus estratégicos cambios de sede. Además, vino acompañada de un éxodo empresarial sin precedentes.
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Más de siete años después, el «proceso de normalización» en el que el Gobierno y la Generalitat enmarcan la decisión de Banco Sabadell de regresar a su lugar de origen -lo que podría abrir la vía a más retornos- muestra una recuperación dispar de esas dos variables.
El dinero huyó en estampida de Cataluña en el último trimestre de 2017 -principalmente a la Comunidad Valenciana tras los cambios de sede de Sabadell y CaixaBank a Alicante y Valencia, respectivamente- y el saldo de las administraciones públicas, empresas y hogares se situó a finales de ese año en 153.335 millones de euros, el más bajo desde junio de 2006, con un descenso del 17% en tres meses.
Sin embargo, la región ya había superado a cierre de 2020 el volumen de depósitos previo al 1-O gracias al ahorro que generaron los hogares por el menor gasto en ocio y hostelería debido a las duras restricciones que la Generalitat aplicó a la actividad económica durante la pandemia.
La fotografía actual de Cataluña arroja, en volumen, un incremento del 28% de los depósitos: desde los 184.734 millones de euros a 30 de septiembre de 2017, justo antes de la consulta secesionista, a 237.101 millones a cierre de septiembre de 2024, el último dato disponible por el Banco de España. Esta mejora contrasta con la evolución del ritmo de captación del ahorro de la Comunidad de Madrid, casi nueve puntos porcentuales menos que Cataluña desde que empezó a cundir el miedo entre los ahorradores de esta comunidad.
La región que desde agosto gobierna el PSC de Salvador Illa casi ha recuperado la cuota del ahorro nacional que atesoraba antes del 'procés', en el entorno del 15%.
La velocidad con la que los ahorros han vuelto a las sucursales catalanas contrasta con el goteo de empresas que aún hoy siguen cambiando de siguen cambiando de sede social y que, en buena medida, recalan en la Comunidad de Madrid -gobernada por Isabel Díaz Ayuso-, atraídas por una política fiscal más atractiva. El regreso de Sabadell, aplaudido por el mercado, patronales y sindicatos, queda opacado por unas cifras que avalan que el proceso de deslocalización mantiene a Cataluña como la comunidad en la que más compañías deciden abandonar este territorio.
Aunque los traslados se concentraron en 2017 y 2018, cuando los cambios de domicilios sociales rondaron los 2.500 anuales, la paradoja es que todavía hoy el saldo entre entradas y salidas continúa en terreno negativo. La región perdió 75 empresas y un acumulado anual de 185 salidas a lo largo del año pasado, el peor dato desde 2018, según los datos correspondientes al tercer trimestre de 2024, últimos disponibles.
Cataluña suma así 39 trimestres como la que más empresas pierde por cambio de sede social en beneficio de Madrid, que mantiene 36 trimestres con saldos positivos entre las llegadas y las salidas de compañías, según los datos analizados por Informa D&B. En términos anuales, el 28% de las empresas que habían llegado a Madrid procedía de Cataluña.
Con la vuelta del banco vallesano, la patronal catalana augura que «otras compañías relevantes» seguirán su camino antes de 2026. Pero a pesar de los puntuales regresos de Agbar en 2022 y, más recientemente, Cementos Molins y Laboratorios Ordesa -como ahora Sabadell-, las grandes cotizadas del Ibex-35 -CaixaBank, Naturgy, Cellnex e Inmobiliaria Colonial- no se plantean por ahora seguir su estela, como tampoco otros buques insignia como Abertis, Grupo Planeta o Cola Cao (Idilia Foods), según informaron las propias compañías a este periódico.
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