La directora del FMI reconoce que la inflación «inflige dolor», sobre todo a los hogares de menos ingresos

Georgieva reconoció que la acción decidida de política monetaria -precisamente hoy que el Banco Central Europeo ha vuelto a bajar los tipos de interés ante la moderación de la inflación en la UE-, combinada con un alivio en las restricciones de la cadena de suministro ha conllevado la moderación de los precios de los alimentos y los productos energéticos. «Estamos de nuevo en la dirección de estabilidad de los precios», se felicitó la directora gerente del organismo en un discurso en su sede de Washington.

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Edurne Martínez

Además, valoró que esta moderación de la inflación se ha llevado a cabo sin una recesión económica global ni pérdidas de empleos a gran escala, «algo que vimos durante la pandemia y en otros episodios inflacionarios anteriores y que muchos temíamos volver a ver», indicó Georgieva, recordando que tanto los mercados laborales de Estados Unidos como de la eurozona se están «enfriando de manera ordenada» y esto «es un gran logro».

Tanto en la eurozona como en España la tasa de inflación ya está por debajo del 2%, el objetivo de precios que marca el BCE como recomendable. Pero el FMI sabe que de esta crisis los hogares no han salido indemnes, sino que se ha producido una pérdida de poder adquisitivo en las familias. En un adelanto de su informe sobre perspectivas económicas que publicará la semana que viene, el organismo indicó que tras la pandemia se inició una aceleración de los precios de bienes y servicios por el aumento de la demanda, que no se correspondió con la subida de los salarios, ni en EE UU ni en Europa.

Sin embargo, la directora gerente reconoció que pese a las buenas noticias comentadas, la semana que viene el FMI no publicará informes «victoriosos» por varias razones. En primer lugar, porque hay precios de alimentos y otros bienes más elevados que antes de la crisis, «que han llegado para quedarse». Por otro, porque las familias «están sufriendo» y la gente «está enfadada». Y, en tercer lugar, porque las economías vieron tasas de inflación récord pero están saliendo de la crisis de forma «mucho más gradual y menos dolorosa» que los países de bajos ingresos: «A nivel de país y a nivel de ciudadanos, la inflación siempre golpea más duramente a los pobres», sentenció Georgieva.

Además, a esto se le suma el difícil entorno geopolítico actual. «Todos estamos muy preocupados por los conflictos de Oriente medio y su potencial para desestabilizar las economías regionales y los mercados mundiales de petróleo y gas», aseguró la directora, que incidió en que su impacto humanitario, junto con las prolongada guerra en Ucrania, «es desgarrador».