El final del permiso retribuido recuperable el 9 de abril implica que hoy –o el martes en las autonomías en las que se celebra el Lunes de Pascua– los trabajadores de actividades calificadas de no esenciales, como la construcción, vuelvan al tajo. Lo harán, pero ... no como si nada hubiera ocurrido.
Publicidad
Para empezar, según una norma publicada anoche en el BOE, se prohíben las reformas en edificios ocupados por residentes o usuarios, para reducir el riesgo de contagio, salvo que puedan parcelarse espacios o salvo que se trate de reparación de averías.
La patronal y los sindicatos del sector han acordado una guía en materia preventiva para que el regreso a la obra tenga lugar en condiciones de seguridad para los empleados. Así, se contemplan medidas de refuerzo en la prevención de riesgos laborales, desde el desplazamiento de los trabajadores a las obras hasta su salida: se plantean accesos por turnos, jornada continuada, pausas y descansos, refuerzo de las medidas de higiene, la distancia de seguridad, así como el uso generalizado de guantes o el de protecciones respiratorias en tareas que requieran que dos personas trabajen a menos de dos metros.
Noticia Relacionada
Entre las medidas de prevención del riesgo de contagio se incluye la de contar con termómetros en las propias obras, así como la recomendación de no compartir herramientas de mano o la de no formar corrillos en los descansos.
Pero el sector no se enfrenta sólo a una vuelta al trabajo traumática por producirse cuando aún persiste la pandemia. Hay que sumar los daños socioeconómicos que soporta y que dejarán su impronta aún un tiempo.
Publicidad
El empleo en la construcción ha sido el principal damnificado de la crisis. Daniel Barragán, secretario de acción sindical de CC OO Construcción y Servicios, expone que este sector fue uno de los primeros que empezó a despedir y uno de los últimos en presentar ERTE (expedientes temporales de regulación de empleo). Desde el 12 de marzo, la de la construcción fue la actividad en la que más bajaron las afiliaciones a la Seguridad Social en relación con el total de empleados: la pérdida de casi 152.000 afiliados supone la reducción de un 17% de la fuerza laboral total.
El coronavirus en cifras
Sara I. Belled Ariel ferrandini
Barragán confía en que los ERTE, que garantizan el mantenimiento del empleo durante seis meses, ayuden a contener los daños que pueda seguir sufriendo la construcción, en la que, según Seopan, la patronal del sector, se encuentran ocupadas, entre trabajadores directos e indirectos, 1,77 millones de personas.
Publicidad
Que los sindicatos hayan pedido a la patronal la negociación de la extensión de los ERTE hace pensar que los daños en la economía pueden persistir más de lo previsto. Barragán afirma que no está claro que a partir de este lunes se vaya a volver a trabajar con normalidad en todos los tajos. Y no descarta que haya obras que se abandonen por problemas de rentabilidad, «aunque esperamos que la gran mayoría continúe».
Según Seopan, el parón del sector las dos últimas semanas (u ocho jornadas laborables) deja un poso económico en forma de pérdidas por valor de 345 millones de euros por cada día de paralización. Sebastián Molinero, secretario general de Andimac, la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción, añade que se estima una caída del 80% en la actividad del sector entre marzo y mayo.
Publicidad
Ello, en un sector que supone el 10% del PIB español, con 124.000 millones de producción anual.
Estas cifras tan gruesas sobre el peso de la construcción en la economía española se debe a que es un sector complejo, formado por varios subsectores, como la edificación residencial, que supone el 50% de la actividad constructora; la rehabilitación y la reforma, que a su vez pesan el 40% en la actividad residencial; la edificación no residencial, que explica el 30% de toda la actividad; y la obra civil de grandes infraestructuras, que aporta el 20% restante, según Andimac. Y cada una de estas actividades tiene, a su vez, muchos proveedores de todo tipo, sobre los que ejerce ahora un terrible efecto arrastre.
Noticia Relacionada
Entre estas actividades, el eslabón más débil es el de la rehabilitación y las reformas, sobre todo tras la norma publicada ayer en el BOE. Su parálisis durante dos meses, dado que su suspensión se extenderá lo que dure el estado de alarma, supondrá pérdidas de 3.000 millones de euros, sobre todo para microempresas y autónomos. Su recuperación tras el parón dependerá de la situación en la que se encuentren las economías domésticas, aunque Molinero no descarta que se pueda recuperar el tiempo perdido en cuanto se supere la pandemia. De todas formas, en general, Molinero cree que el retorno a la actividad será lento.
Publicidad
Noticia Relacionada
El punto más optimista lo aporta Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de los promotores españoles, que confía en que la construcción pueda convertirse en un nuevo motor de empleo que compense las pérdidas que sufre el turismo, que por el cariz de esta crisis, tardará más en recuperarse.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.