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«La crisis sanitaria afecta ya de manera drástica al sector inmobiliario residencial», afirmaba esta semana Tinsa, tras publicar el último informe sobre la vivienda que recoge su situación antes del impacto del Covid-19 y según el que se encareció un 2,5% en ... los últimos doce meses.
La congelación de la compra de pisos es total. Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de Asprima y de la Asociación de Promotores y Constructores de España, explica que lo más trascendente que ha sufrido el sector ha sido el cierre de los puntos de ventas de viviendas. «Respecto a las obras, no ha tenido mucho impacto, ya que el parón de la actividad se contabiliza sólo en ocho días laborables, y hasta la paralización decretada por el Gobierno no había tenido mucho impacto en la actividad productiva, ya que el ritmo de producción, de media, ha estado en un 80%», añade Gómez-Pintado.
Pero Rafael Gil, director del servicio de estudios de la tasadora Tinsa, afirma que los efectos tras el reinicio la actividad persistirán en la demanda, afectada por el paro y la menor renta. De hecho, este experto augura efectos de largo plazo en el sector de la vivienda, no circunscritos a los dos meses que pueda durar el confinamiento. Se extenderán en el tiempo. Como mínimo, se producirá un retraso en las decisiones de compra de vivienda y de inversión. «La demanda potencial está en una situación de vulnerabilidad», afirma Gil.
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Gonzalo Bernardos, profesor de la Universidad de Barcelona, anticipa que, en un primer momento tras el final del confinamiento, será difícil que haya una conexión entre comprador y vendedor. El cruce de las operaciones, prevé, sólo tendrá lugar si al propietario le urge vender, sobre todo pisos procedentes de herencias, o en el caso de empresarios que hayan visto mermados sus beneficios y necesiten liquidez, o de particulares hipotecados que se hayan quedado en paro. Estas operaciones, dice Bernardos, provocarán caídas de precios en un mercado que ya estaba algo sobrevalorado. De hecho, el progresivo agotamiento del ciclo alcista de la vivienda se venía mostrando en los últimos meses en forma de subidas cada vez más débiles de los precios y en una evolución de las transacciones también languideciente.
Desde la inmobiliaria Century 21 conceden que se producirán rebajas de precios por las ventas urgidas, pero apuntan que la promoción inmobiliaria es de «ciclo largo», por lo que está preparada para soportar periodos de entre tres y seis meses con menores ventas.
El coronavirus en cifras
Sara I. Belled Ariel ferrandini
Juan Antonio Gómez-Pintado añade que si bien habrá un impacto en la actividad, «hay que tener en cuenta que todos los mimbres económicos en los que se estaba basando nuestro sector hasta la llegada de la crisis del Covid-19 siguen presentes». Y enumera los niveles aceptables de endeudamiento de las familias, el moderado precio de las materias primas y los tipos bajos.
Gómez-Pintado añade que las ventas de viviendas para 2020 están ya «prácticamente aseguradas»: «El impacto se podría producir hacia finales de 2021 o 2022», por lo que hay tiempo suficiente «para volver a recuperar la confianza del posible comprador«.
Bernardos espera que la caída de precios que espera para 2020 en 2021 haya finalizado.
Rafael Gil recuerda, además, que dentro del sector inmobiliario hay segmentos más vulnerables, y señala la vivienda vacacional.
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