El Banco de España cuestiona los Presupuestos al prever un crecimiento del 1,4% y una inflación del 5,6%

Y no son los únicos que calculan un crecimiento menor que el Gobierno para el año que viene. La Autoridad Fiscal (Airef) avala las previsiones macroeconómicas del Ejecutivo pero advierte de que la estimación de crecimiento para 2023 plantea «riesgos a la baja» con una estimación por su parte del 1,5%.

Bajo este cálculo, la recuperación del nivel de PIB previo a la pandemia se retrasará hasta el primer trimestre de 2024, año en el que la economía avanzará un 2,9% según el supervisor. Sin embargo, en la eurozona el nivel de PIB ya se situó en el segundo trimestre de esta año casi 2 puntos por encima de la pandemia. Será en la primavera de 2023, a medida que las elevadas presiones inflacionistas comiencen a relajarse, cuando la actividad económica española recobrará un «vigor creciente», dice el informe del organismo, que apuntan a un crecimiento de solo el 0,1% en este tercer trimestre (de julio a septiembre) pese al tirón del turismo en verano.

De cara a los trimestres más inmediatos, los elevados precios del gas y de la electricidad afectarán negativamente a la actividad económica, aunque no prevén racionamientos severos del gas ante la completa interrupción del suministro procedente de Rusia, señaló durante la presentación del informe trimestral el director de Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán.

Y las previsiones de inflación tampoco son optimistas. Según el Banco de España, los precios finalizarán el año en el 8,7%, lo que indica que la curva de IPC podría haber tocado techo este verano después de que en septiembre ya se haya moderado ligeramente al 9% desde el 10,4% de agosto. Son 1,5 puntos más de lo vaticinado en sus previsiones de hace tres meses. Para el año que viene prevén una inflación que seguirá anclada en niveles muy elevados, concretamente en el 5,6%, lo que significan 3,1 puntos más de lo estimado. Será ya en 2024 cuando la inflación comience a dar un respiro a la economía y se modere al 1,9%.

Esta elevada inflación llevará a un frenazo del consumo privado, que ralentizará la economía. Además, el crecimiento vaticinado por el Gobierno se basa en la buena evolución de las exportaciones de bienes y servicios, sobre todo por el tirón del turismo que ya está en tasas similares a la de 2019, antes de la pandemia. Los Presupuestos prevén un aumento de las exportaciones del 17,9% en 2022 y del 7,3% en 2023. Pero el Banco de España no es tan optimista y deja el avance el año que viene en un 4%.

En materia de empleo, el Banco de España calcula una evolución favorable de la tasa de paro, que cerrará este año en el 12,8%, dos puntos menos que el pasado. En 2023 seguirá en el mismo nivel y bajará al 12,4% en 2024. El Gobierno es de nuevo más optimista que el organismo, al prever que la tasa de paro bajará ya al 12,2% el año que viene.

Uno de los puntos destacados por Gavilán durante su presentación fue el lento despliegue que están teniendo los fondos vinculados al programa 'Next Generation EU'. Advirtió de que se están desarrollando con «cierto retraso» respecto a lo que ellos mismos proyectaban en junio y estimó que los fondos que llegarán este año serán de unos 12.000 millones, frente a los más de 20.000 que preveían hace cuatro meses.

Gavilán reconoció que como los plazos de ejecución están «acotados» hasta finales de 2023, convendría «aligerar» la gestión de estos fondos. Pese a ello, aseguró que si el retraso en esta aplicación se debe a que se está analizando en profundidad la asignación de los recursos a proyectos que tengan un mayor potencial de cambiar la estructura de crecimiento de la economía española, no hay problema.

Y ante la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y de márgenes de beneficios de las empresas por la subida de precios, no es la primera vez que en el Banco de España habla de la importancia de impulsar un pacto de rentas entre patronal y sindicatos, aunque reconocen que ya se está materializando de forma «implícita» porque el crecimiento de los salarios está siendo menor a la inflación y los márgenes empresariales están «relativamente contenidos».

El Banco de España señalá que las empresas más vulnerables son las que están trasladando la subida de los costes a los precios finales en mayor medida, aunque eso les lleve a perder clientes. Las que menos están aumentando márgenes son, según el supervisor, las exportadoras, ya que no pueden subir precios sin perder competitividad.