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La primera reacción del Gobierno al anuncio de la OPA hostil que BBVA ha decidido lanzar sobre Banco Sabadell ha pasado por mostrar un rechazo rotundo a la operación. Fuentes oficiales del Ministerio de Economía aseguran que el Ejecutivo «rechaza la decisión de BBVA de ... plantear una OPA hostil a Sabadell, tanto en la forma como en el fondo». A su juicio, la operación introduce «efectos lesivos potenciales» en el sistema financiero español.
Las mismas fuentes apuntan al elevado nivel de concentración «que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros». Además, recuerdan que un excesivo nivel de concentración introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera, algo que también señaló estos días el Gobernador del Banco de España. También han salido en tromba para oponerse a la OPA buena parte de los partidos políticos catalanes, inmersos en los últimos días de la campaña electoral de los comicios autonómicos del próximo domingo 12 de mayo.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha puntualizado esta misma mañana en TVE que el Gobierno «tiene la última palabra» en toda la operación. «Ahí es donde entraremos a valorar teniendo en cuenta los efectos potenciales muy lesivos en nuestro mercado», ha recordado. En realidad, Moncloa no tiene capacidad de intervenir en el proceso mientras se vaya desarrollando el calendario previsto (pronunciamiento del consejo de administración, junta de accionistas, permisos de la Comisión de Competencia, Banco de España...). Pero sí juega la última baza, posiblemente allá por 2025, para dar la autorización definitiva a la OPA.
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José María Camarero
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Lo puede hacer, según indican desde el Ministerio de Economía, por lo que parece ser un temor que hasta ahora no había expresado ningún ministro en la última semana: los problemas que afectan a la competencia del sector bancario. Si BBVA compra Sabadell, serían el segundo banco más grande de España y casi tres cuartas partes del mercado quedarían en manos de tres grupos, junto a CaixaBank y Banco Santander. Además, habría zonas en las que el poder de concentración superaría el 40% en el caso del nuevo BBVA-Sabadell, como en Cataluña o la Comunidad Valencina.
Pese a este duro mensaje del Gobierno, los primeros espadas de la entidad defienden el valor económico de la fusión y la aportación que el banco resultante generará a la economía nacional, en términos de mayor capacidad de financiación y pago de impuestos. En la conferencia con analistas para explicar la operación, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, recordó además que, «este mismo domingo hay elecciones y hay mucha politización», en referencia a los comicios en Cataluña. «Es bueno tener un banco fuerte, que pueda competir en Europa y seguro que el Gobierno apreciará el valor de esta transacción», confió el directivo.
Onur Genç, consejero delegado de BBVA
De hecho, confirma que el banco ya ha mantenido contacto con el Ejecutivo español. Aunque también insistió en que, en esta primera parte de la operación, el Ministerio de Economía tiene poco que decir. De momento, se necesita el visto bueno del Banco Central Europeo (BCE) y otras instituciones como Competencia o la CNMV. «No hay una luz verde explícita aún, pero en los contactos, la primera opinión del supervisor ha sido positiva. No ven obstáculos que puedan frenar la aprobación de la fusión, pero tenemos que seguir los procedimientos, que son largos», indican desde la entidad, insistiendo en que la transacción creará «un banco que va a mejorar el apoyo que damos a la sociedad a través del crédito, el apoyo a la economía y la generación de resultados, lo que implica una base fiscal mayor para el país».
Según explican desde la entidad, una vez obtenidas las autorizaciones del BCE y de la CNMV, se abriría un periodo de aceptación de la oferta con un máximo de 70 días. Si tiene éxito, los consejos de BBVA y Sabadell presentan la fusión a sus respectivas juntas y ahí se podría cerrar la operación, esta vez sí, con la autorización del Ministerio de Economía, estimando que el proceso se alargue hasta mediados de 2025.
Los sindicatos se muestran preocupados por la OPA hostil y pide al Gobierno regular los términos de la competencia financiera para «no ir hacia a un oligopolio» en España. Así se pronunció Unai Sordo, secretario general de CC OO, en declaraciones a los medios donde advirtió de que «la concentración financiera empieza a ser un problema económico» en el país y aseguró que este intento de fusión de BBVA sobre Sabadell es «el primero de los que están por venir».
Desde UGT lanzaron un comunicado en el que transmitieron «tranquilidad» a la plantilla y aseguraron que no van a permitir que los trabajadores asuman el coste de esta operación. «No aceptaremos medidas forzadas, no hay excusas, ambas entidades han presentado beneficio récord en 2023», indicaron. Además, UGT señaló la importancia de cerrar un convenio colectivo de banca en breve que refleje una «subida salarial real» para «afrontar con garantías» cualqueier cambio empresarial resultante de este proceso.
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