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NICOLÁS VAN LOOY
Viernes, 25 de noviembre 2022, 10:40
Vicente Belda, sólo 1,54 metros de estatura, se hizo grande, gigante, en aquel ciclismo español que despertaba al panorama internacional en la década de los 80. Ganador, entre otras, de una etapa en el Giro de Italia del 82 (su única participación en la ' ... Corsa Rosa') y dos en la Vuelta a España (en 1978 y 1981), carrera a la que subió al tercer escalón del podio en el 81, 'La pulga', como era conocido, destacó por su capacidad como escalador y fue uno de aquellos pioneros que pondrían las bases del crecimiento ciclista español que culminó con el Tour de Pedro Delgado en 1988 y todo lo que ha ido viniendo después.
Tras colgar la bicicleta, Belda pasó a desempeñar la labor de director deportivo en el equipo Kelme (luego, Kelme-Costa Blanca y, finalmente, Comunitat Valenciana) que, a las órdenes de Belda vivió, especialmente en los años del cambio de siglo, su mejor etapa deportiva con las victorias de Roberto Heras en La Vuelta (2000 y 2002), el podio de Fernando Escartín en el Tour (1999) y el descubrimiento de Alejandro Valverde, uno de los mejores ciclistas de la historia de España y que cerró su etapa como profesional esta misma temporada.
Fue entonces cuando todo saltó por los aires. En 2004, un exciclista del equipo, Jesús Manzano, concedió una entrevista exclusiva al diario AS en la que destallaba las prácticas de dopaje que se practicaban en el seno del equipo de Belda y que provocó el inicio del fin.
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Belda y los suyos –amén de otros muchos importantes actores del ciclismo español– pasaron a ser un objetivo prioritario de la Guardia Civil, que en 2006 detenía a José Ignacio Labarta, uno de los directores deportivos del equipo, y al médico Eufemiano Fuentes en lo que fue uno de los episodios clave de la Operación Puerto.
Durante la instrucción de aquella operación, los agentes destaparon comprometedoras conversaciones telefónicas entre el técnico alicantino y Fuentes que dejaban patente el «conocimiento y consentimiento» de Belda de las prácticas dopantes que se estaban llevando a cabo en el equipo.
Finalmente, Belda jamás tuvo que hacer frente a una acusación penal porque en aquel momento el dopaje no era un delito tipificado en España y, por lo tanto, la Guardia Civil no pudo imputar, como sería el caso en la actualidad, delitos contra la salud pública a los implicados.
Sin embargo, el nombre de Vicente Belda nunca ha desparecido del todo de esa zona oscura del ciclismo y el exciclista alicantino ha ido sonando de vez en cuando en el entorno de otras operaciones en las que se investigaban redes de dopaje. La última, y por la que ahora él y su hijo Vicente, auxiliar en el equipo Astana han sido acusados por la Guardia Civil de ser «comerciales y distribuidores» de la red comandada por el médico Marcos Maynar, se destapó el pasado mes de mayo.
Fue entonces cuando los agentes desarticularon un grupo criminal dedicado, supuestamente, al tráfico de sustancias dopantes (y medicamentos) liderada por Maynar desde la Universidad de Extremadura en el marco de la Operación Ilex llevada a cabo por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Durante esa operación, la Guardia Civil citó a declarar en calidad de testigo a una de las grandes figuras del ciclismo actual, el colombiano Miguel Ángel 'Superman' López, tercero en La Vuelta y el Giro de 2018 y que este año había regresado al equipo Astana tras su polémico adiós, con espantada incluida, de Movistar. López no acudió a la cita por encontrarse en Colombia en aquel momento, pero su nombre se vinculó también a esta trama ya que el pasado mes de mayo partía como jefe de filas de Astana para el Giro de Italia, una carrera que partía de Budapest (Hungría), ciudad a la que la trama había realizado en los días previos un importante envío de sustancias dopantes. Para alegría de los amantes de las teorías de la conspiración, 'Superman' abandonaría, sin motivo aparente, la 'Corsa Rosa' sólo unos días más tarde, cuando la carrera llegaba al Etna, un terreno teóricamente propicio para él.
La Guardia Civil ha informado ahora, a través de un comunicado, que sus agentes han podido identificar a todos los presuntos miembros del grupo criminal, lo que eleva a ocho personas el número de investigados por la Operación Ilex.
En cualquier caso, la operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones si los agentes encuentran nuevas evidencias tras el análisis de la información contenida en diversos dispositivos electrónicos intervenidos, como ordenadores, soportes de memoria y teléfonos móviles.
Cabe recordar que otro de los hijos de Vicente Belda, David, dio positivo por EPO en un control antidopaje en 2017 (cuando militaba en el equipo Burgos-BH) después de que la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (Aepsad) sospechara de sus actuaciones y le sometiera a un estricto programa de controles.
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