Acusan a Maynar de usar una facultad de Cáceres para fabricar sustancias dopantes

La operación se saldó con la detención de dos personas (una de ellas, Maynar), acusadas de delitos de tráfico de medicamentos y dopaje en el deporte, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales, así como con seis personas investigadas, todo ello en los dos registros que se practicaron en un domicilio de Plasencia y en la Facultad de Ciencias del Deporte de la UNEX.

Agentes de la Guardia Civil comenzaron a investigar a inicios de 2021 la posible distribución ilícita de medicamentos por parte de un médico titulado, el extremeño Marcos Maynar. Tras más de un año de seguimiento a los supuestos miembros del grupo, se consiguió identificar a otras tres personas relacionadas con la trama en Portugal, Guipúzcoa y Castellón. Su función era hacer de intermediarios entre los fabricantes y distribuidores iniciales de las sustancias y consumidores.

Los deportistas eran captados por personas que estaban relacionadas con el mundo del deporte profesional. Ofrecían los servicios de un conocido médico deportivo que consistían en la preparación de los entrenamientos y complementación nutricional, donde se incluía el consumo de medicamentos y sustancias prohibidas en el deporte.

Estos deportistas eran sometidos a un estudio previo mediante analíticas que hacía Maynar y su ayudante, doctor en Fisiología del Ejercicio. Estas pruebas eran realizadas en las instalaciones de la Facultad de Ciencias del Deporte de Extremadura, al igual que la fabricación, recepción y almacenamiento de ciertos medicamentos, donde uno de los principales investigados desempeñaba sus labores docentes.

Posteriormente, se preparaba un plan de entrenamiento a los deportistas, en el que se incluía el consumo de medicamentos no autorizados en España, así como de otros incluidos en la lista de sustancias prohibidas de la Agencia Mundial Antidopaje. Dicho plan contenía un detallado calendario de cosumo de estas sustancias antes de la participación en diferentes competiciones oficiales.

Los investigados cobraban a los deportistas hasta 3.000 euros por deportista y temporada. Entre los consumidores finales se ha identificado a un menor de edad.

Los medicamentos y sustancias prohibidas llegaban a los deportistas por canales seguros, explica la Guardia Civil. Ello conllevaba que terceras personas ocultaban la relación entre médico y deportista y en algunos casos, los productos se entregaban directamente en mano cuando se trataba de deportistas de primer nivel.

Las comunicaciones entre médico y deportista se llevaban a cabo por medio de aplicaciones de mensajería seguras y, en algún caso se ha detectado que los investigados hacían uso de aplicaciones que dificultan la lectura de los mensajes como medida de seguridad extra.

En los registros que se hicieron en un domicilio de Plasencia y en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura se intervinieron distintos medicamentos no autorizados en España, como Actovegin, Ácido Dicloroacético (DCA) y Teofilina, así como sustancias prohibidas en el deporte como la Hormona Menotropina, además de otros facilitados a los deportistas como cafeína en presentación inyectable o supositorio y gran cantidad de cápsulas vacías preparadas para su relleno con alguno de estos medicamentos para su posterior distribución.

La operación continúa abierta. Actualmente se estudia la información contenida en ordenadores, discos duros y otros soportes de memoria y teléfonos móviles intervenidos. No obstante, se descartan nuevas detenciones.

Esta operación ha sido llevada a cabo por la Sección de Salud Pública y Dopaje de la Unidad Central Operativa (UCO), en estrecha colaboración con la Agencia Estatal Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD), Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), International Testing Agency (ITA) y la Universidad Católica de Murcia (UCAM).