Nadal, a cuartos con récord

El partido comenzó con juegos larguísimos, en el que ambos tenistas exprimieron al máximo su saque, viéndose incapaz Nadal de obtener una bola de 'break' hasta bien pasada la media hora de juego. Entonces rompió el servicio del argentino, para poner el 4-2 en el marcador y empezar a minar la moral de un combativo Schwartzman, que puso en jaque al manacorense con un juego rápido de lado a lado de la pista.

El español, viéndose con dos juegos de ventaja, conseguidos en gran parte gracias al apoyo de un público que abarrotó la pista Manolo Santana, cerró el primer set gracias a una buena serie de servicios, que le permitieron liquidar la primera manga a pesar de no realizar su mejor tenis, que sirvió de arma de doble filo ante un Schwartzman que se vino abajo anímicamente al ser incapaz de superar a un regular Nadal.

Tras conseguir llevarse el primer set e igualar a John McEnroe con 49 mangas consecutivas sin perder en tierra, Nadal se vio enredado en el juego de Schwartzman, que con puntos muy largos y agresivos intentó conseguir su primera bola de 'break', algo que consiguió en el octavo juego, poniendo el 4-4 en el marcador y añadiendo picante a un vibrante encuentro que no quería llegar a su fin.

No lo quiso así el número uno del mundo, que remó contra las derechas del tenista bonaerense y consiguió voltear el marcador y llevarse un partido muy trabajado ante un Schwartzman muy meritorio que quiso jugar de tú a tú ante Nadal, consiguiendo ponerlo en jaque en más de un punto. La victoria del balear lleva de la mano la extraordinaria cifra de 50 sets consecutivos sin perder, y con ello el récord mundial en tierra batida, dejando a Nadal en lo más alto del mundo del tenis una vez más.

Una vez alcanzados los cuartos de final, Nadal tendrá que verse las caras este viernes con el austríaco Dominic Thiem, uno de los aspirantes a llevarse la corona en tierra batida en los próximos años, y que pondrá en jaque al balear después de deshacerse del croata Borna Coric en tres mangas.

Terminado el partido, Manolo Santana saltó a la pista del estadio que lleva su nombre para recibir un homenaje de parte de todo el público y apagar las velas de una inmensa tarta que quiso ser el reflejo del buen hacer del primer gran tenista español de la historia, que se llevó como regalo de cumpleaños un gran encuentro de Nadal y el reconocimiento de una afición que reconoció, una vez más, el gran hacer del director del Masters 1.000 de Madrid.