Secciones
Servicios
Destacamos
Adiós. No es el primero, pero sí el definitivo. Al menos al mundo profesional. Álvaro Untoria (Nájera, 1990) se colocará este sábado los tacos por ... última vez para saltar a un frontón, el de su pueblo, y poner fin a once años de pelota. Debutó en el año 2011 y se despide en el 2022, aunque hace tiempo que no juega. Desde que se lesionó un dedo. Para Álvaro no es, sin embargo, un adiós definitivo, sino un punto y seguido, aunque con más tiempo para disfrutar de una vida alejada de la exigencia del profesionalismo. Aspira a ser bombero, a trabajar por recuperar la pelota riojana y, como no podía ser menos, matará el gusanillo jugando en el campo aficionado. En su haber, dos finales ganadas, una Manomanista y otra de Parejas, y dos perdidas. Ahora bien aquel triunfo que logró el 26 de abril del 2015 es incomparable.
– Llegó el día. ¿Como están siendo las jornadas previas al partido de esta tarde?
– Buenas. Por un lado, estoy contento por el partido que es –jugará junto a Altuna para medirse a Zabala y Rezusta– y por el revuelo que se ha montado en Nájera, pero por otro lado triste porque llevo toda la vida centrado en la pelota. Es verdad que llevo tiempo sin jugar, pero ahora llega el momento definitivo. Contento, como digo, pero con cierta angustia porque esto se acaba.
– ¿Sensaciones?
– Estoy bien por el partido, por la respuesta del pueblo, por el apoyo del Ayuntamiento de Nájera, por el de la empresa... Siempre es más bonito retirarte jugando que hacerlo en una sala de rehabilitación.
– ¿Es el momento de decir adiós o es una despedida obligada?
– La vida son épocas. He estado once años en el mundo profesional y no pienso si era el momento o no del adiós. Ha llegado de esta forma, hay que aceptarlo y seguir con mi vida y con otros proyectos.
– Se cierra una época. ¿Qué vías se abren a partir de ahora?
– Ahora estoy trabajando como director deportivo de la Federación Riojana con el ánimo de ayudar en lo máximo posible para que la pelota en La Rioja resurja, porque no pasa por un buen momento. Mi reto es que vuelva a ser lo que ha sido. Y más allá de la pelota, voy a preparar las oposiciones a bombero.
– ¿Cómo han sido estos once años?
– Extraordinarios. He vivido muchos y variados momentos y me llevo un aprendizaje increíble. He disfrutado al máximo y me he vaciado en cada partido. Estoy muy orgulloso de mi carrera y solo puedo irme con la cabeza muy alta.
– Debuta en el año 2011. En el 2013 logra su primer gran éxito al ganar el Manomanista de Segunda y dos años después gana el Parejas. ¿Esos cuatro años fueron los mejores?
– Fueron años muy buenos. Los dos primeros no sabes muy bien cómo funciona este mundo. Llegué a las tres finales de Segunda, perdí dos y gané a Elezkano. Poco a poco fui creciendo y asentándome en la empresa hasta que gané el Parejas con Oinatz Bengoetxea y se abrió una etapa en la que alcancé las semifinales del torneo dos años más y estuve en los estelares del verano. Disfruté mucho pero llegó una etapa en la que aparecieron las lesiones y se torció todo. Es deporte, pero lo pasas mal. Viéndolo desde la distancia, he aprendido mucho y sobre todo me quedo muy tranquilo porque lo he dado todo.
ADIÓS
– En este torneo con Bengoetxea no es el zaguero titular, sino que entra en la segunda vuelta, aunque no la juega completa, pero sí las semifinales y, por supuesto, la final. ¿Qué recuerda de la competición?
– Es el sueño cumplido. Cuando eres aficionado piensas en ser profesional y en llegar lo más lejos. En poco tiempo pasé de jugar en Segunda a pasar a Primera, suplir a Aretxabaleta, alternarme con él... El sueño cumplido en muy poco tiempo.
Noticia Relacionada
– Usted pertenece a una generación capitaneada por Titín III y por Joaquín Plaza. Aquellos entrenamientos en grupo en Logroño. Poco queda ya de ella.
– Era un grupo extraordinario. Joaquín ha sido mi mentor y el de muchos pelotaris. Todos le tenemos un gran cariño. Sin embargo, es una pena que este grupo se haya diluido. Ahora hay que mirar hacia un nuevo grupo que haga resurgir a la pelota.
– ¿Qué le han dicho en casa?
– Yo estaba mentalizado de que la pelota se acababa, pero cuando te dicen que todo ha finalizado es diferente, porque aunque lo esperas, no lo esperas. Lo que espero es que este sábado disfrutemos de un buen día, estar con mi gente y cerrar una etapa de mi vida, que por otro lado tengo ganas de cerrarla ya.
PROFESIONAL
– El que debuta suele hacerlo con nervios. ¿Está nervioso ante su despedida?
– La palabra es inquietud, paso previo a los nervios cuando se acerque la hora. Es un día muy emotivo.
– ¿Hacia dónde camina la pelota?
– Espero que hacia algo mejor. Creo que se debe dar más continuidad a los chavales jóvenes y tener paciencia porque, como he dicho, los primeros años no sabes muy bien dónde estás. Yo espero seguir disfrutando de pelotaris extraordinarios, que los ha habido, y de que la pelota riojana resurja.
– ¿Qué necesita esa pelota riojana para resurgir?
– Promoción, mucha promoción, moverla en los colegios, que los hemos olvidado... Es verdad que cuando cuentas con una figura notable el deporte crece. Lo vimos con Titín. A los chavales hay que abrirles los frontones para que puedan jugar.
– Sin embargo, la sensación que dejan esos frontones abiertos de los pueblos es que hoy no hay tantos niños jugando en ellos.
– Cierto. Hay que dar más facilidades porque ahora todo es más complejo. Por ejemplo, reservar un frontón. Antes ibas y jugabas. Ahora es diferente.
– Eche la vista hacia atrás, pero a cuando era un pelotari aficionado. ¿Qué le viene a la mente?
– Sueños. Más allá de ganar o perder he disfrutado mucho de la pelota. Con amigos, con la familia... Siempre he querido disfrutar y con eso me quedo.
– Hay pelotaris que cuando acaban en el mundo profesional se reconvierten al aficionado. ¿Es su caso?
– Voy a seguir jugando, aunque con otra mentalidad. No como hasta ahora, porque la etapa que se abre es otra, con familia, con una hija pequeña, con trabajo... pero quiero seguir entrenando y jugando. Seguiré enganchado a la pelota.
– Treinta años pensando en la pelota. ¿Cómo visualiza su futuro?
– Disfrutando más del tiempo libre. La pelota me ha dado mucho, pero también me ha quitado. Vivir el día a día, practicar otros deportes, viajar...
– ¿Siente que podía haber hecho más de lo que ha ofrecido?
– Pienso que no. Siempre he dado el máximo. Estoy orgulloso de lo vivido porque no tengo la sensación de haber pasado por un momento en el que podía haber hecho algo más de lo que hice. Siempre me he exigido más del cien por cien.
– No sé si es de lágrima fácil, pero entre esos días que uno vive, hoy es uno de ellos.
– Soy de lágrima fácil y seguro que esta tarde se verán lágrimas. Es un día muy emotivo y muy especial, que recordaré toda mi vida.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.